1 de julio, 05:30 AM El largo ring…
ring… del despertador… ¿Dónde estoy? De inmediato recuerdo… ¡Hoy es el gran día!
Rápidamente me levanto y a continuación el baño, el desayuno, la vitualla, el
entusiasmo, el paquete electoral… ¿No me falta nada? ¿Nada? ¡Adelante!
1 de julio, 08:15 AM inicio de las actividades:
sustituir a un escrutador por uno de la fila; instalar la casilla, calmar a los
molestos por el retraso; superar el calambre en la mano por las 1272 boletas
entregadas; atender a una larga fila de votantes;
hacer bromas a los que fue su “primera vez”; comer mi torta a trompicones entre
boleta y boleta, espantar a un par de mapachitos primerizos que intentaron el
chanchullo del carrusel –Sí, él que dicen es un mito…; contar y recontar los
votos; terminar oliendo a “chivo” de tanto sudar; y la culminación… ¡Hacer cola
para entregar el paquete electoral!
2 de julio, 01:30 AM, El regreso a casa
para tomar un baño, cenar, relajarse y dormir como Dios manda… pero no, no se
pudo. Excitación, agotamiento, tensión, alegría, ternura, admiración fue el
collage de sentimientos en adición al esfuerzo físico, que dejaron a su
servidor, Presidente de Casilla, como “araña fumigada”.
Tanto así, que después del sueño
inquieto decidí hacer dieta informativa, no enterarme de nada y quedarme solo
con la satisfacción del deber cumplido... pero no, tampoco se pudo.
A los dos días rompí la dieta, me
informé y casi sin sentirlo el sutil velo de una incipiente tristeza empezó a envolverme.
¿Por qué? La respuesta llegó pronto, fui un actor y un testigo de la más
reciente tragedia mexicana.
No fueron los cuerpos desnudos de supuestos
“narcos” tirados en una avenida; fue la dama que llaman democracia la que, cual
una Coyolxauhqui desmembrada, yace esparcida por todo el territorio nacional.
"No
le veo él porqué comprar votos a 1000 pesos o con despensas. Cuando alguien
quiere apoyar al país no hace estas acciones, lo hace para apoyar a nosotros
los pobres. México se vendió" aseveró con firmeza, triste y lapidaria,
Doña Rosa Hernández Martínez de 85 años de edad. (El Liberal del Sur 3/7/2012).
Pues si Doña Rosa, es de lamentar que hayamos
sido testigos de la culminación de una estrategia muy bien diseñada y mejor instrumentada,
con toda paciencia a lo largo de un sexenio. Si me permite le explico como le
hicieron.
¿Cómo aniquilar a su competencia? El librito
de la mercadotecnia dice: publicite diariamente su producto en los medios
masivos de comunicación utilizando la técnica que llaman subliminal; quítele
clientes diciendo que lo que vende su competencia es de muy mala calidad y que
hace daño; en paralelo introduzca una marca chafa en el mercado para quitarle aún
mas clientes; compre a empleados importantes de su competencia y anúncielo; pague
para que los líderes de opinión hablen bien de su producto; y el gran día
¡regale la tienda!
Veamos… Enrique salió durante 6 años
diariamente en la televisión; despertaron en los votantes el miedo por Josefina
y Andrés recordando sus viejos errores;
inventaron la candidatura de Gabriel y la presentaron como una nueva opción para
quitarles votos; atrajeron a sus filas a Fox, a Espino, a Rosario Robles y a
otros connotados panistas y perredistas; las encuestadoras y comentaristas
dieron a Peña la imagen del triunfador; y mucho antes del día de la elección ¡vaya
que si puso en oferta la tienda! regaló de todo a cambio del voto.
¿Qué no se vale hacer regalos? el ex
presidente del Consejo General del IFE, Luis Carlos Ugalde dice que no es
delito, que solo una transacción comercial. Qué el delito habría sido el exceso
en los gastos de campaña pero eso es casi imposible probar pues el dinero proviene
de fuentes desconocidas y obvio, ¡no se registra!
¿Qué compró tarjetas de debito del
Grupo Financiero Monex y de tiendas Soriana para comprar votos? Seguramente lo hizo
pero los fondos provinieron de cuentas no relacionadas con el partido y en todo
caso, al final del día, también son regalos. ¿Qué hizo la FEPADE ante las
denuncias que podrían demostrar todo lo anterior? Hasta hoy que yo conozca,
nada.
He de decirle Doña Rosa que para la
Ley, lo que está a la vista de todo el mundo, la deshonestidad y la inmoralidad,
no es delito; y lo que si es delito, es prácticamente imposible probarlo como el caso
del evidente exceso de gastos de campaña,.
Finalmente le comento que el problema
no es que Enrique haya obtenido más votos, el problema es como se hizo de esos
votos. Para el PRI, el PAN, el PRD, el Verde o el PANAL, el fin justifica los
medios y como dice el dicho “El que tiene más saliva traga más pinole”… y en
este caso, ya se verá si para bien o para mal, fue el PRI.
Habemus Presidente y tenemos pinolero.
Reciban un afectuoso abrazo,
Enrique
Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
twitter.com/enriquechm