martes, 30 de mayo de 2000

Cosoleacaque y el campo, carta al candidato

Sr. Candidato,

En mi opinión la importancia estratégica de los asuntos del país está directamente relacionada con el impacto que dichos pueden tener en la supervivencia misma de su pueblo. De hecho de la garantía de la supervivencia digna depende el ejercicio pleno de la soberanía.

Si bien es muy crítica la situación de todo Pemex-Petroquímica, particularmente me preocupa, y ocupa, el estado de las cosas del contexto de una de sus filiales: Petroquímica Cosoleacaque que; otrora uno de los mayores productores de amoniaco a escala mundial, proveedor de la industria de los fertilizantes nitrogenados y por ende piedra angular de la producción de alimentos del país; está a punto de desaparecer, con las gravísimas consecuencias que esto representa para el agricultor nacional y el país en su conjunto cuya producción de alimentos quedaría totalmente supeditada a los fertilizantes importados.

La producción de alimentos y todos aquellos elementos que concurren deberían ser en mi opinión de importancia estratégica para el Estado sin embargo, Petroquímica Cosoleacaque siendo como es piedra angular de la industria de los fertilizantes esta, repito, al punto de cerrar sus puertas en el contexto de la grave crisis e incertidumbre en la que está inmersa la petroquímica nacional.

Muchos esfuerzos se han realizado dentro del organismo para proponer una solución viable a la problemática de Petroquimica Cosoleacaque sin embargo, todos los escenarios planteados nos llevan a que, desde un punto de vista estrictamente financiero y puntual, la empresa no tiene muchas posibilidades. Los resultados de Petroquímica Cosoleacaque son extremadamente sensibles a los precios y disponibilidad del gas por los altos consumos y a la gran competitividad de los fertilizantes nitrogenados importados.

Lo anterior debió obligar necesariamente a la oportuna actualización tecnológica de sus plantas para reducir el consumo del gas como insumo y como combustible cosa que no se hizo por la falta de inversión en la petroquímica; y a negociar el mejor precio posible para el energético, hoy pareciera que es demasiado tarde.

Una empresa es su contexto: Los proveedores, las fuentes de recursos, sus clientes y los mecanismos de control que se ejercen sobre ella. Cualquier desequilibrio en este, llamémoslo, “ecosistema de negocios” atenta contra la supervivencia de todos los que participan.

El problema así planteado es de muy difícil solución dada la gravedad del estado de las cosas al que se ha llegado. Sin embargo dicha solución podría darse con una visión de largo plazo, reconociendo la importancia estratégica para el país de la cadena de valor –gas, amoniaco, fertilizantes nitrogenados y el campo- mediante un conjunto de acciones coordinadas en diversos frentes: precio del gas; mecanismos de defensa ante la importación de fertilizantes de aquellos países con los que no tenemos tratados de libre comercio; mejoras tecnológicas; mejoras en la logística; disminución del costo del control administrativo externo sobre la empresa -que, dicho sea de paso, beneficiaría a todo la industria paraestatal.-; etc. en fin, de todo.

Medidas que en todo caso requerirían de la voluntad política del patrocinador y promotor de mayor jerarquía en el país, nuestro Presidente de la República.

Mucho agradecería conocer sus comentarios respecto a este asunto. Licenciado Labastida,

¿Qué podemos hacer?