Guabino.
Dícese del parroquiano del Bar la Guabina que cada sábado ocupa siempre la misma mesa, la ubicada en la esquina noroeste del establecimiento, mesa que tiene una vista primorosa de la playa de Coatzacoalcos, de la Bandera monumental y ahora muy recientemente de la Plaza de la Paz. Esta Mesa se constituye en el lugar para pasar un buen rato y olvidar las presiones de la vida cotidiana entre chismes, cuentos, embustes, patrañas, chistes, bromas, burlas, chacotas, guasas, carcajadas, risotadas, jolgorios, tragos, copas, cervezas y uno que otro insulto –que no trasciende. Al conjunto de Guabinos la picaresca popular la ha nombrado “La mesa de Guabinos”
Guabina.
Pez cuyo nombre científico es Gobiomorus dormitor. Presenta un cuerpo alargado y cilíndrico con hocico puntiagudo, boca grande y mandíbula inferior saliente. Habita ríos y riachuelos de poca a moderada velocidad de corriente, entre alturas de 0 a 60 metros sobre el nivel medio del mar entre temperaturas de 22 a 29 ºC. Alcanza unos 32 cm de largo.
Pero… ¿En que se parece el parroquiano Guabino al pez Guabina? El parroquiano Guabino se asemeja al “Gobiomorus dormitor” en lo bocón, por los cuentos largos que se avienta; en el hocico puntiagudo, por lo bueno que es para el cotilleo mordaz y el albur; en lo dormilón, cuando eventualmente dormita agotado por el peso de los años –nótese que casi todos los Guabinos ostentan orgullosamente la credencial que les identifica como miembros de otro grupo selecto… el de los adultos mayores de 60 años…; y la quijada caída, que pone de vez en vez, cuando alguna que otra chica viene y pasa, con dulce balanceo, camino del mar…
La mesa de Guabinos se fundó sin proponérselo nadie hace un poco más de14 años, con reglas que han sido el secreto mejor guardado por los integrantes de la cofradía. Tanto es así, que aún sin saberlo muchos han sido salvaguardas de tan preciado tesoro. Pero, en estos tiempos de crisis mundial, ha llegado el momento de que nuestra mesa, la Mesa de Guabinos” haga su aportación al mundo para resolver sus males…y dice así…
Serás siempre bienvenido. En la mesa de Guabinos se acepta sin cuestionar a cualquiera que desee sentarse a compartir. No se discrimina absolutamente a nadie por razón de su credo, raza, ideas, partido político, honradez, preferencias, género, condición socioeconómica, nivel cultural o de estudios, edad, etcétera. Nadie, absolutamente nadie, puede ser rechazado por la mesa o por cualquiera de sus miembros. En otras palabras, no se descalifica a nadie, no hay buenos, ni malos; si un Guabino tiene algún problema con alguno de los presentes tiene tres opciones, a) cambiar de lugar para que no le quede al lado; b) hacer como que no existe y c) retirarse.
No estas obligado a llevar botana. En la mesa de Guabinos cada quien aporta lo que quiere, y lo que puede, y si no aporta nada, nadie le recriminará ni le negará el acceso a la botana que otro lleve. Es decir la mesa respeta tanto la generosidad y como la tacañería.
Permitirás que se rían de ti. El Guabino que se respete, sabe que cualquier sábado le tocará ser el blanco de las burlas y el escarnio. Pero él no se enoja y en cambio aprende a reírse de si mismo. En la mesa, el que se ríe de alguien está conciente que en algún momento le tocará a él ser el objeto de las risas de otros y tendrá que soportarlo. Así el Guabino aprende a enfrentar la crítica y si no lo hace puede optar por retirarse sin que nadie ose criticarlo. En otras palabras, entiende que en la vida no todo es color de rosa, unas veces se gana y otras veces se pierde.
Beberás lo que quieras y a tu ritmo. Nadie en la mesa podrá presionar a otro para que apure su bebida o que beba algo que no quiere y esto es así porque se respeta la forma de ser de las personas, sus usos y costumbres. Entendemos que solo el soberbio puede pretender que su forma de vida o costumbres es mejor que la de otro. Siendo así, nadie busca imponer su sistema de vida a otros.
Pagarás siempre tu cuenta. En la mesa nadie paga las cuentas de alguien más si no es su deseo. El auténtico Guabino ofrece pagar la cuenta de otro, solo cuando percibe que necesita ayuda por algún apuro económico imprevisto. Dicho de otra manera, cada cuál es responsable de sus actos, pero la solidaridad es un valor reconocido cuando alguien se encuentra en problemas. Así que no hay víctimas, pero tampoco victimarios, hay solidaridad cuando se requiere.
Puedes retirarte a la hora que desees. Nadie está obligado a permanecer un minuto más si no es su deseo.
Las reglas de conducta anteriores no estaban escritas; pero son el secreto del éxito de la Mesa de Guabinos a lo largo de todos estos años. No han sido necesarios contratos, ni penas, ni castigos. Solo ha bastado la voluntad de las partes que tienen en mente un objetivo muy claro: disfrutar de la vida en ese espacio de convivencia que en esas horas es todo nuestro mundo y para disfrutarla todo se podría resumir en una sola frase: “El respeto al derecho ajeno es la Paz…”
En la Franja de Guabinas, lo que no ocurre en la Franja de Gaza, hemos entendido eso. Somos diferentes, tenemos intereses diferentes, unos llegarán a pie y otros en coche, unos serán letrados y otros no tanto, unos serán honrados y otros medios pillos, unos serán de un partido y otros de otro; unos son católicos, otros protestantes y algunos no creen en nada y así hasta el infinito de las diferencias.
Pero al final del día, cada sábado, a las dos de la tarde, en la mesa de Guabinas, que podría ser la del mundo, todos somos iguales. Sencillito, ¿no?
Con mis mejores deseos,
Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
www.ramari.blogspot.com
Las ideas son por los demás... así que en este espacio encontrarás las ideas que antes no lo eran por quedarse en la intimidad de mis temores. No serán buenas, ni malas, acaso ideas que lo serán por tí.
domingo, 11 de enero de 2009
4 comentarios:
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Mi estimado Enrique, tu lugar será insustituible, la mesa extrañará por siempre tus acertadas precisiones. En algún lugar nos encontraremos para experimentar las mesas que vienen. La Botana es lo de menos.
ResponderBorrarCon respeto y estimación. Descansa en paz.
Mi estimado Enrique, tu lugar será insustituible, la mesa extrañará por siempre tus acertadas precisiones. En algún lugar nos encontraremos para experimentar las mesas que vienen. La Botana es lo de menos.
ResponderBorrarCon respeto y estimación. Descansa en paz.
Mi estimado Enrique, tu lugar será insustituible, la mesa extrañará por siempre tus acertadas precisiones. En algún lugar nos encontraremos para experimentar las mesas que vienen. La Botana es lo de menos.
ResponderBorrarCon respeto y estimación. Descansa en paz.
Creo que he llegado tarde a la reunión y a la mesa. Igualmente creo que son unos comentarios y críticas deliciosas. Que Dios guarde a don Enrique.
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