La vida es generosa y muy complaciente. A nuestra elección, ella, la vida, puede ser un páramo despojado del aliento del espíritu o fuente inagotable de las maravillas que conforman la felicidad. Siempre un poco más ciegos que alguien más, la vida nos ofrece incontables lazarillos para salir del laberinto de la ignorancia. Gente generosa que permanece a nuestro lado solo el tiempo necesario para sembrar la semilla de su enseñanza y después continuar con su camino. La mayoría de las veces personajes anónimos a los que escasamente prestamos atención. Pero que siempre han estado, y están, a nuestro lado esperando el momento para guiarnos con sus palabras, su conducta, su emoción, los caminos por los que debemos o no transitar.
Recuerdo a muchos, a aquel profesor que me enseñó que la sencillez es la expresión de la elegancia; a mi primer jefe, que redujo la complejidad de mis ideas a la compresión de un sencillo dibujo del viejo libro aquel que sus amarillentas páginas se desprendían... Al limosnero que no lo es, ejemplo vivo de la solidaridad impulsada solo por la fortaleza de su espíritu más allá de sus limitaciones físicas; a nuestra otrora mesera en la Guabina quien plasmó en un trozo de papel arrugado al despedirse la nobleza de su alma agradeciendo lo que nunca en realidad le dimos.
También recuerdo a un señor norteño, con quien fortuitamente compartí el pan y la sal una fría noche cuando no traía un peso partido por la mitad, para quien la vida dura no es sufrimiento sino preparación…ó a aquel parroquiano que nadie quería y que terminamos apreciando muchos cuando aprendimos a ver su corazón más allá de las máscaras... O a quien me enseñó que el poder no es prepotencia, ni abuso y si servicio, bien común y amor a la patria. O aquella Maestra –ustedes ya sabrán quien- para quien el magisterio era vocación, ejemplo, estudio y amor a la niñez, no bulla ni estropicio; que el liderazgo es humildad, voluntad y enseñanza; y no soberbia, ni imposición, ni usufructúo.
Muchos personajes me han acompañado tantos que no habría cuartillas para nombrarlos a todos. Niños, jóvenes y grandes; pobres, ricos y otros todo lo contrario; letrados y sin escuela… pero todos iguales en aquello de saber mirar lejos… en aquello de aprender en cabeza ajena, porque el que mira lejos, mira al pasado y aprende. Iguales en saber que las estrellas están siempre ahí para ellos. Iguales en el constante movimiento oteando el horizonte porque si se detienen, saben que les llevará el viento…
A partir de las 11:02 AM del martes 20 de enero del año 2009, el cuadragésimo cuarto y actual Presidente de los Estados Unidos de América es Barack Hussein Obama. No pierdo la esperanza de que también sea como aquellos que saben de mirar lejos...
Con mis mejores deseos,
Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
Las ideas son por los demás... así que en este espacio encontrarás las ideas que antes no lo eran por quedarse en la intimidad de mis temores. No serán buenas, ni malas, acaso ideas que lo serán por tí.
domingo, 25 de enero de 2009
1 comentario:
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