Queridos Pingo y Guille:
Un sentimiento constante en mi vida es la inmensa gratitud hacia el Amor que me ha concedido la maravillosa experiencia de ser Papá. Porque hijos, ustedes provienen de él como muestra de la vivencia más profunda del maravilloso misterio de la vida, expresado en y a través de, mi amadísima esposa, su Madre.
Sin embargo ¡Cuántos sin sabores le hemos causado!… ¡De cuántos momentos de su tristeza somos responsables!... ¡Cuán insensibles hemos sido ante sus lágrimas!... ¡Cuán ignorantes nos hemos visto al dudar por momentos de su afecto!... Y todo por no comprender las múltiples motivaciones y expresiones de su Amor.
Ustedes, y yo en mi oportunidad con su Abuelita, en muchas ocasiones nos hemos sentido incomprendidos y lejanos de su afecto.
Pero hoy entiendo que jamás hubo incomprensión y que jamás nadie puede estar lejano del afecto de una Madre.
Y sí, hoy es 10 de Mayo, una fecha tal vez demeritada por hacer puntual el desagravio al buscar en un solo día, con un regalo y una flor acaso, borrar las culpas y brindar el reconocimiento que debería ser un acto permanente a la inmensa capacidad de amar de su querida Mamá.
Porque ustedes son su orgullo y son sus ojos; porque ustedes son su joya más preciada y el más hermoso regalo que ella, su madre, tuvo jamás.
Así que Hijos Míos, reconózcanse como eso, sus hijos, y permitan que de lo más profundo de su alma surja, tal vez como un breve susurro...
“Te Quiero Mucho, Mamá”
Su Papá que los ama, hoy y siempre.
Ccp. Mamá.
La versión original de la carta la escribí once años atrás para mis hijos, Pingo y Guille, cuando esperaba el vuelo de regreso a casa. El 10 de mayo del año 2000 para ser exactos. Al concluirla me emocioné tanto que sin pensarlo la mostré a una señora que como yo esperaba en el asiento contiguo.
Ella, extrañada en un principio, aceptó darle lectura solo para finalizar profundamente emocionada y con lágrimas en su rostro. En ese momento solo atinó a pedirme si podía conservarla y se levantó apresuradamente. Nunca más la he vuelto a ver.
Ese día di por supuesto el motivo de su llanto, era el texto que habría tocado una fibra muy sensible de su maternidad. Hoy, a once años de distancia, pienso que también cabe otra posibilidad. Pudo ser una hija que se juzgó culpable, como yo inconscientemente al redactar el escrito, de no haber dicho mil y una vez:
“Te quiero mucho Mamá”
VI ¿Ya iniciaron los trabajos para desarrollar el plan de protección civil y el programa para mejorar la vialidad de Coatzacoalcos?
Con mis mejores deseos,
Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
twitter.com/enriquechm
Las ideas son por los demás... así que en este espacio encontrarás las ideas que antes no lo eran por quedarse en la intimidad de mis temores. No serán buenas, ni malas, acaso ideas que lo serán por tí.
sábado, 7 de mayo de 2011
6 comentarios:
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Una carta de un padre a sus hijos, muy hermosa, cuanta verdad en lo que escribió, sin duda la mas conmovida fue su esposa al sentirse tan amada y tan afortunada de tener tan linda familia. como siempre Físico hermoso escrito.
ResponderBorrarelia*
Gracias Enrique... en vida! me lo envías a unos minutos que acabo de colgar con mi madre a quien aprovecho para decir Te Quiero cada que tengo oportunidad. Gracias por el recordatorio. Un abrazo!
ResponderBorrary 11 años despues, el amor por mi madre sigue creciendo cada dia, gracias a los dos por todo el amor que nos han dado.
ResponderBorrarNi un solo día puede ser ella y no solo Usted, usted, usted, lean detenidamente y es increible que ni en esta ocasión pudo dejar el protagonismo que lo caracteriza atras... SI hoy es día de las madres, no de los padres.... eso no se hurta, se quita, se borra, yo borraria la entrada y permitiria dejar por solo este día a quien se lo merece disfrutar.
ResponderBorrar*Yayo
Estimado Anónimo Yayo,
ResponderBorrarEl que usted me haya caracterizado como protagonista implica que no es la primera vez que lee mis escritos lo cual agradezco al igual que sus comentarios.
Tiene razón, efectivamente soy protagonista pues no invento, escribo lo que he vivido y siento. Así en cada texto siempre encontrará algo de mí. Que si es bueno o o es malo eso lo decidirá quien amablemente me lea.
Lo que también queda claro de su comentario es que Usted definitivamente no es protagonista, es anónimo.
Gracias por este artículo porque me permite conocer mas al amigo en su carácter de padre e hijo. Un abrazo!
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