Sierra de cañones y barrancas
espectaculares, cubierta por el deteriorado tapiz de un bosque agonizante, es
el asiento de una cultura añeja cuyo apego solo abraza a la madre tierra y a
nadie más; pobre, pero solo a la vista del miserable por su inconsciencia y sí,
rica, alimentada por el fruto de los cultivos abonados con alegría de vivir.
La cultura rarámuri, la del pueblo de
los pies ligeros, está sujeta a un proceso gradual de deterioro que le
conducirá más tarde o más temprano a la extinción, merced a modernas formas
de evangelización conducidas por
intereses que ven en ella y en su entorno una magnífica fuente de utilidades.
La iglesia católica “respeta su
cultura y sus costumbres” pero desintegra las comunidades cuando catequiza en
sus internados a los infantes rarámuris buscando incrementar la cada vez más
exigua matrícula de los seminarios. Por su parte, la industria sin chimeneas
vende el inigualable paisaje de una geografía agreste y bella, pero también los
sentimientos que provocan las formas de una cultura incomprensible para la
mayoría de los turistas; en tanto los tala montes someten al bosque a una larga
agonía al depredar el hábitat, que ya poco puede apoyar al sustento del
ecosistema de la sierra tarahumara y ni que decir del narcotráfico, que
encuentra en los valles escondidos el refugio ideal para sus andanzas.
Salvo el indígena, todos ellos se
benefician solapados por un gobierno que solo barre por donde mira la suegra
para que el visitante parta engañado con el recuerdo de la escenografía de una
moderna infraestructura, sin conocer que empieza unos cuantos kilómetros
antes y termina un poco después del
último parador turístico. Antes y después de eso, incontables kilómetros de
brechas en tierra de nadie; de ahí que el pretencioso ferrocarril “El Chepe”
sea el medio de acceso privilegiado, por no decir que el único, a ese
territorio.
Pero los problemas de los rarámuri no
terminan ahí. Hoy la sierra tarahumara vive una grave crisis por los efectos de
la prolongada sequía que afecta al norte
del país y a las comunidades indígenas, que no necesitan ropa, ni zapatos para
defenderse del frio pues justo eso es lo que han aprendido a hacer, y muy bien,
a lo largo de cientos o miles de años.
Ellos, lo que en verdad necesitan es
que los dejen en paz, que se respete su cultura, que se suspenda la
“evangelización” que desintegra sus comunidades, que se suspenda la depredación de los bosques y se
les provea de agua para sus cultivos en tanto regresan las lluvias.
Lo dijo bien Carl Lumholtz, explorador
noruego de la Sierra Madre en el siglo XIX… “Indígenas como son me han enseñado
una nueva filosofía de la vida, pues su ignorancia que está más cerca de la
verdad que nuestras preocupaciones”
Al margen de la reflexión anterior,
los amantes de la naturaleza encontrarán en la sierra Tarahumara un cúmulo de
experiencias inolvidables entre ellas el trato cordial, solicito y respetuoso
de la gente que atiende, y muy bien, a turistas de todas las latitudes.
Reciban un afectuoso abrazo,
Enrique
Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
twitter.com/enriquechm
Oración Tarahumara a las Montañas
ResponderBorrar"Gracias por estar aqui y por cuidar nuestro Pais,
Gracias por protejernos todos estos años y por mostrarnos la belleza de su grandeza cada día al rayar el Sol,
Porque han visto la generaciones que me han precedido y veran las que me siguen
Que se prudente silencio y magnifica presencia nos enseñe el camino a ser todos a Uno en la Creación"
Así sea.
BorrarQue bonito, muchas gracias a ambos por compartir esto.. saludos tio, soy hija de Ricardo y Bertha
BorrarYo fui en invierno y mi impresión y deseo ferviente después de ver la miseria, el frío y el desamparo de los raramuris, es que desaparezca su aislamiento. Prefiero gente integrada a la sociedad actual, que personajes de museo en condiciones infrahumanas. Igualdad y menos injusticia, porque bajo el pretexto del "respeto de usos y costumbres" hemos cometido una y otra vez la infamia de rezagar comunidades enteras de mexicanos. La historia se la dejo a los libros. Los seres humanos no pueden ser paisaje para turistas, mientras mueren de hambre, enfermedad y frio.
ResponderBorrarMe pregunto ¿Quiénes son los que viven en la miseria? La palabra integración me parece un eufemismo. La palabra más adecuada,me parece, sería "destrucción" tal como lo hicieron quienes destruyeron el registro del conocimiento de la cultura Maya porque su ignorancia no les permitió entenderlo. ¿Qué sufren frío y desamparo? No lo creo, ellos han desarrollado competencias a lo largo de miles de años a vivir perfectamente en esas condiciones. ¿Personajes de museo? Si, pero no por culpa de ellos, somos nosotros quienes los percibimos así al comparar nuestra forma de vida que consideramos superior con la suya solo porque sus valores son otros. Hoy como afirmo están en peligro, pero no por ellos, si no por nosotros que los hemos colocado entre la espada y la pared. No hay infamia en el respeto.
BorrarGRACIAS. NO SÉ SI VIAJASTE POR ESAS REGIONES O TRATAS DE DECIR ALGO SOBRE EL CHEPE. PERO LAS DOS NOTICIAS O LAS TRES, CON LO DE LA EXPLOTACION VIA EVENGELIZACION HACEN UN BUEN ARTICULO LLENO DE PINCELADAS ROMANTICAS. UN SALUDO
ResponderBorrarGracias por su comentario,
BorrarViajé en el ferrocarril "El Chepe" de Chihuahua a los Mochis con escalas en los paraderos turísticos.
Saludos,
Todo lo mejor para Mexico. Los lideres tendrán un reto muy grande , espero sepan elegir bien.
ResponderBorrarRQ.
Lo mismo espero, que sepamos elegir bien y que con el apoyo de todo el pueblo superar los retos.
BorrarDesde los 60´s se habla mucho de nuestros hermanos, hasta una película se hizo con Jaime Fernández, pero la verdad es que continúan igual y es una tristeza, gracias por recordarlo Enrique.
BorrarAtte
Modesto Herrera
Y ha sido nuestra forma de vida moderna, llena de comodidades y tecnología, nuestra necia idea de tener que expandirnos sin importar a quien afectes a que sistema ecológico destruyas. hemos sido nosotros los civilizados que hemos robado tierra a las llanuras, árboles a los bosques, ecosistemas completos a los mares, peces a los lagos. Si hoy algunas comunidades no viven en mejores condiciones que antes es por eso, porque invadimos sus espacios, y además hemos sido tan soberbios, que creemos que los que no saben vivir son ellos, que deben vivir como nosotros. Adicional y comparativamente hemos robado sus espacios tanto a estas milenarias comunidades como a animales como el jaguar, el puma, el lobo, el aguila, el coyote, especies marinas, exintas ya o en peligro de extinción. Hoy no sabemos escuchar sonidos de la naturaleza, oler, sentir, vivimos ensimismado en nosotros y egoistamente pensamos "pobres no tienen que comer o mueren de frio", pero nos olvidamos que antes comian,se vestian,cubrian con esos árboles talados, los peces de esos rios contaminados, que hoy son riachuelos, de sus animales que ya no pueden pastar y mueren de hambre y sed. Creo que debemos respetar con todo lo que implica a estas comunidades, apoyarles pero no cambiarles. necesitamos volver a nuestra raíz que es el alma rescatar los valores como el amor, la humildad, la generosidad, el agradecimiento y muy importante la compasión, eliminando el egoísmo que sin la compasión crece y se fortalece. Me gustó mucho tu artículo y comparto lo escrito, deseando que no solo abramos los ojos ante la problemática de estas comunidades y otras marginadas sino tambien abramos el corazón. Te dejo un fuerte abrazo. Saludos
ResponderBorrarTienes razón, antes comían, se vestían... pero ya no. El daño está hecho y ¿ahora que? Es muy romántico pensar en todo lo que se perdió, pero son seres humanos que necesitan comer hoy, no a futuro, cuando se hagan nuevas leyes de protección al medio ambiente, no cuando nos acordemos de ellos y se hagan colectas, no cuando vuelvan a crecer sus bosques, es hoy. Dificilmente se recuperará un ecosistema dañado y mientras ¿qué? Y la realidad es que como dice Enrique, muchos caen en manos del narcotráfico, otros, los más jóvenes, abandonan su comunidad en busca de una mejor vida. Tienes razón Enrique, no hay infamia en el respeto, pero si en el olvido. Cuando quien viste una chamarra de pluma de ganso ve niños descalzos con los mocos secos y continuos, con un pedazo de tela cubriendo sus cuerpos, es mejor pensar en que son una cultura milenaria que en su frio, enfermedad y hambre.
BorrarNo podría calificar a ninguno de los puntos de vista como correctos o incorrectos. De un lado me identifico con el ideal del respeto a las culturas indígenas pero por el otro lado están los hechos aberrantes que no podemos soslayar tanto de un lado de la moneda como del otro. En el caso de los rarámuris se aprecia una cultura que nos recuerda a algunos mucho de lo que una sociedad apalancada en la tecnología y el consumo ha perdido. Del otro esta una realidad que nos debiera impulsar a buscar soluciones a sus necesidades básicas pues como con todo tino complementa mi frase la infamia es el olvido. Cabría también reflexionar en aquello que dice... "Pobrecito mi patrón piensa que el pobre soy yo..."
BorrarSaludos,
Esto complementa la interesante charla sobre la sierra Tarahumara que tuvimos con motivo de la visita que recientemente nos hiciste y que disfrutamos mucho.
ResponderBorrarSaludos a todos.
Walter Friedeberg.