Conduciendo a lo largo de la costa por
la ruta cotidiana, rumbo a la tienda nunca vista pero que siempre ha estado
ahí… sentí la sonrisa pintar mi rostro al ver a un hombre impecable, erguido,
admirando la playa, hinchado el pecho de la brisa y “de aquella alegría que no ocupa lugar alguno y sin embargo llena todo
a su alrededor” (@Lulyann)
Bajo un sol tórrido el papá orgulloso,
digno, tomando de la mano a su esposa y a su pequeño hijo, igual de impecables,
se veía tan ajeno a las vicisitudes cotidianas… tan ajeno a esos ¿por qué? que
tanto preocupan a algunos, pero que esa familia ha cambiado por la sencilla,
pero tan complicada para muchos, alegría de vivir.
Todo ocurrió en un segundo, no pudo
ser más, sin embargo el tiempo se detuvo para brindarme la oportunidad de disfrutar
de su felicidad, hacerla mía, y convencerme de que el título, que esta semana escrito
para ustedes, “El bolsón de Higgs” –si, el “bolsón”- debía esperar otra semana.
También que el tema ahora seria esa
bella estampa, evidencia de la esperanza que impide claudicar a este país hermoso,
grande, pleno de recursos donde vive un pueblo ingenioso y creativo; con algunos
malandrines que construyen su propio infierno pero otros, la inmensa mayoría, son
como esa hermosa familia.
¿Qué no todo les resulta fácil?, ¿Qué
es culpa de los malandrines de siempre? con toda seguridad, pero eso tiene un
propósito. Se necesita el contraste para crecer, desarrollar y fortalecer de
forma sustentable la conciencia de los pueblos. Y hoy no me queda duda que ese
hombre, orgulloso e impecable, tiene más conciencia.
Pero una muy especial: la que no
impide disfrutar intensamente los sencillos placeres de la vida.
Reciban un afectuoso abrazo,
Enrique
Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
twitter.com/enriquechm
La felicidad está hecha de saber apreciar momentos fugaces, te felicito por darles su justa dimensión.
ResponderBorrarGracias Enrique por recordárnoslo, saludos.
Veo la vida como t'u, siempre puede ser bella, si tenemos un coraz[on agradecido. Chela
ResponderBorrarTiene razón Físico la vida es muy hermosa, hay tanto que disfrutar y tanto que agradecer a Dios por darnos la oportunidad de vivir, que muchas veces perdemos nuestro valioso tiempo en pequeñeces que no valen la pena.
ResponderBorrarMuchas gracias por compartirnos su escrito.
Elia*