sábado, 28 de junio de 2008

Una historia asombrosa...

Lee Myung-bak; vendedor callejero en su infancia y el quinto de los siete hijos de una familia campesina de escasos recursos en la sureña ciudad de Pohang de Korea del Sur, es ya un personaje mítico. De la pobreza se convirtió a los ¡treinta y cinco años! en el director ejecutivo de la empresa eje de la transformación económica de Korea del Sur, la Hyundai Engineering and Construction Co; de ahí fue electo alcalde de la capital Seúl y hoy, a los sesenta y cinco años de edad, es presidente de su país.

Cosmopolita, congruente con su fabulosa y difícilmente equiparable experiencia de superación personal dada en el contexto de una empresa global como lo es la Hyundai; en la contienda electoral ganó el apoyo de los sectores más influyentes de su país y del extranjero llevando sus propuestas globalizadoras a extremos nunca antes vistos en el mundo: una apertura total a las multinacionales y la inclusión de extranjeros en su gabinete.

Con el 48.7 por ciento de los votos, en contra del 26.2 por ciento de su más cercano oponente, la elección de diciembre de 2007 fue solo un trámite menor en la construcción del mito en el que se ha convertido. Con una legitimidad fuera de toda duda, inició su mandato con un capital político inmenso que fue más que evidente al superar los 70 puntos porcentuales en el índice de aprobación. La suya es, sin duda, una historia verdaderamente asombrosa.

Sin embargo, a solo cuatro meses de asumir el poder cientos de miles ya protestan en contra de sus reformas; su gabinete y el personal de la oficina presidencial ofreció su renuncia y el capital político se agotó: el índice de aprobación de su gestión cayó estrepitosamente a solo 20 puntos porcentuales.

¿Cuál fue la causa de la tragedia? Lee Myung-bak sencillamente olvidó que el pueblo de Korea del Sur tiene una identidad que se renuncia a perder.

En 1975, cuando Mao aun dirigía los destinos de la China que en ese entonces estaba cerrada al mundo, partí de Shangai rumbo a Beijing en un vetusto tren de vapor donde entablé conversación con nuestra amable guía quien, punto y aparte su perfecto español, mostraba un profundo conocimiento de la historia de México. A ella le pregunté si veía a México convertido en un país comunista dados los movimientos insurgentes que en ese entonces cobraban fuerza en Latinoamérica.

La guía, sopesando su respuesta, guardó silencio por un momento y me contestó diciendo “Cada País, como cada hombre tiene su destino, para nosotros la muerte del pueblo por el hambre, por el opio ó por la enfermedad eran la alternativa al comunismo, llegará el día en que no se necesite más; la historia, las circunstancias, los recursos y la geografía, de México y China son muy distintas” Lee Myung-bak en la embriaguez de su triunfo personal olvidó que el pueblo de Korea del Sur, como todos los pueblos del mundo, son algo más que simple mercado; son seres humanos con identidad, arraigo, orgullo de pertenencia y autodeterminación. No supo comprender que los pueblos no son empresa.

Mismo caso de nuestro México, donde más allá de los gritos y sombrerazos que hoy se viven, en la coyuntura histórica donde se ha colocado, el pueblo tiene plena conciencia del imperativo, que solo a él corresponde, de decidir su propio destino.

Más allá y a pesar de lo que otros quisieran.

Con mis mejores deseos,

Enrique Chávez Maranto

sábado, 21 de junio de 2008

Érase una vez un avestruz...


Han transcurrido 11 de los 21 foros del debate de la Reforma Energética y las primeras conclusiones podrían darse:



                        1. Nos guste o no en el largo plazo el petróleo se agotará, pero ante esa perspectiva no se percibe la política energética que pueda servir de marco de referencia para conducir al país a un mundo post petrolero. Política que debería considerar a las diversas fuentes de energía incluyendo a las renovables; el incentivo al ahorro y a la eficiencia a lo largo de las cadenas de valor incluyendo a los usuarios finales; el desarrollo tecnológico; y la debida coordinación de todas las instancias involucradas. Hoy, la ausencia de esa política se hace más que evidente en la descoordinación de las dos principales empresas del sector energía: Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad y el demérito del Instituto Mexicano del Petróleo.
                        2. Las iniciativas del Ejecutivo Federal están muy lejos de constituir una reforma energética. La propuesta escasamente resuelve la problemática de Petróleos Mexicanos pues no incide en aspectos críticos como la legitimidad del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana que debe darse para construir a partir de ahí una nueva relación laboral. Pero en cambio, si coloca en manos del Ejecutivo Federal, a través de la Secretaría de Energía, todo el poder de decisión sobre la materia petrolera nacional.
                        3. Las iniciativas son constitucionales si acotamos el beneficio a la nación únicamente al usufructo del diferencial entre el precio de las ventas de primera mano y el costo de extracción de los hidrocarburos. Es decir, son constitucionales si estamos de acuerdo en convertirnos a la postre en un mero productor de materias primas y cedemos a la iniciativa privada el valor agregado de su transformación. Valor que Petróleos Mexicanos puede obtener para la nación como lo hacen para sus accionistas todas las compañías petroleras integradas exitosas del mundo.
                        4. Los recursos petroleros en las aguas profundas del Golfo de México son prospectivos – estimaciones vagas para todos los efectos - y si bien es cierto que no podemos dejar de lado las tareas de exploración que los confirmen como verdaderas reservas, también es cierto que no podemos apostar a ellas el futuro energético del País por el alto riesgo y costo que representan. México, afortunadamente, aun tiene en mucho que hacer en tierra y en aguas someras.
                        5. En la solución de la problemática energética que nos atañe; todos los mexicanos y mexicanas debemos participar pues ya es insostenible el actual sistema de subsidios que incentiva la ineficiencia –autos parados en congestionamientos desperdiciando gasolina importada comprada cara y vendida barata- como tampoco podemos posponer una verdadera reforma fiscal que le permita al gobierno asumir su responsabilidad al margen de los recursos que hoy se sangran a Petróleos Mexicanos.

                        Finalmente: la dificultad del consenso deriva de un contexto más amplio de visiones que a primera vista parecieran incompatibles respecto de los diversos proyectos de nación considerados por los actores políticos. Sin embargo, después de encono, el agravio y la descalificación de los primeros debates, estos paulatinamente han disminuido permitiendo los primeros resultados importantes para México:

                        Todos los actores están de acuerdo en que mantener el estado de las cosas no es opción; que se requieren iniciativas de mayor alcance que las presentadas por el Ejecutivo Federal que conformen la verdadera agenda nacional; que para esto el pasado es importante pero importa aun más la conciencia de nuestra realidad y de las coincidencias respecto del proyecto de nación que se desea.

                        En esto último, los políticos y la ciudadanía, hemos dado pasos seguros en la dirección correcta.

                        El avestruz empieza a sacar la cabeza del agujero.

                        Con mis mejores deseos,


                        Enrique Chávez Maranto

                        enrique.chm@gmail.com

                        domingo, 15 de junio de 2008

                        Atrapados por el miedo...

                        En días pasados emprendí una suerte de peregrinación a aquellos lugares que tienen un lugar muy especial en mis recuerdos en la ciudad donde nací: Poza Rica. Mis objetivos, aquellos puntos en la geografía citadina donde ocurrieron las maravillosas –otras no tanto- aventuras de mi niñez y de mi juventud hasta aquel año de 1969 cuando deje el terruño por la selva de cemento de la ciudad de México para cursar mis estudios universitarios.

                        Bastó ingresar a los suburbios para que los recuerdos se agolparan. La casa de bombas de Escolín, las instalaciones de la Cía Halliburton, la casa del pintor que transformó mi primer coche en el auto de mis sueños en la colonia Petromex; la escuela Art. 123 Benito Juárez donde cursé el jardín de niños y la primaria con aquel el enorme patio -ahora lo ví más pequeño- que tuve que limpiar de papeles, uno por uno, a pleno sol, después del recreo como castigo a mis primeras rebeldías; la barda donde esperaba pacientemente -a veces inútilmente- a que pasaran por mí para regresar a casa… El cuartel donde año tras año los alumnos de mi escuela acudíamos a obsequiar en su día a los soldados con rostro adusto que terminaban esbozando una sonrisa cuando recibían la cajita de jabones envuelta en papel de china…

                        El imperturbable Cerro del Abuelo que ofrece al visitante desde su cima la mejor vista de los alrededores pero ahora vestido sin aquellas galas verdes de antaño que cambió por las miles de casas apiñadas en sus faldas...

                        El boulevard, con el paseo de la burrita al centro, escenario de los desfiles donde marchábamos al redoble de los tambores, las cornetas y el clarín de la fabulosa banda de guerra de la H. Sección 30 del S.T.P.R.M… Boulevard donde aun se encuentran las escuelas Secundaria “Salvador Díaz Mirón” y la Preparatoria “Poza Rica” donde conocí a los que son mis amigos de toda la vida…

                        Y el “Interior del campo” donde desde el tiempo de las compañías antes de la expropiación petrolera se ubicaban las instalaciones y los talleres. “Interior del campo” donde también se encontraba aquel Casino Petrolero de los bailes de “Blanco y Negro” y las colonias de los ingenieros rodeadas de extensos y bien cuidados jardines… prohibidas durante muchos años a los ojos del común de los mortales salvo que fueras personal de servicio… Porqué si, aun muchos años después de la expropiación petrolera, cada cuál obreros e ingenieros ocupaban su lugar…

                        Todo eso recorrí con la cámara en ristre, capturando una tras otra las imágenes para reforzar las raíces… hasta que la cruda realidad rompió mi ensueño por los recuerdos. El lugar el “Interior del campo” a donde de niño podía entrar pues mis Tíos, Teba y Walter, vivían ahí. El paisaje, los mismos jardines bien cuidados pero ahora con los accesos restringidos a los extraños y más aun para los sospechosos que como yo portan una cámara…de nada valieron mis credenciales ni mis argumentos de hijo no tan pródigo que regresa nostálgico al terruño para llevarse unas cuantas fotos de recuerdo… Lo siento joven –dijo uno de los vigilantes después del interrogatorio de rigor- no me cause problemas señalando con discreción a la camioneta que ahora entiendo me empezó a escoltar en cuanto tomé las primeras fotos en la casa de visitas; el acceso está prohibido, no se permite tomar fotos… Y guardé la cámara con el coraje atravesado en la garganta camino a la salida con la camioneta siguiendo mis pasos… ¡no me fuera a regresar!

                        Y mas tarde las “hummer” repletas de soldados armados recorriendo la ciudad con letreros solicitando la denuncia ciudadana…

                        El antes y el ahora… atrapados por el miedo.

                        Con mis mejores deseos,

                        Enrique Chávez Maranto
                        enrique.chm@gmail.com

                        domingo, 8 de junio de 2008

                        ¿SE ENOJÓ?

                        Si bien es cierto que no hay manera de compensar las miles de nuestras víctimas en la guerra contra el narcotráfico, de prosperar la Iniciativa Mérida, México habría obtenido un justo reconocimiento, no en el discurso, si no en los hechos por parte de los Estados Unidos de Norteamérica.

                        La realidad es que el resultado obtenido hasta ahora por la Iniciativa Mérida es patético: antes que el debido reconocimiento a la colaboración de México, por enésima ocasión, el congreso estadounidense –con minúsculas- pretende imponer condiciones vergonzosas a nuestro País para conceder lo que entienden equivocadamente como una “ayuda” que, de haberse dado, habría constituido solo una aportación o compensación a la que en justicia los americanos están obligados para resolver un problema que de origen es más suyo que nuestro.

                        A partir de ese día 22 de mayo, donde mostraron su acostumbrada falta de respeto a nuestro País, se han dado una serie de eventos que en conjunto podrían mostrar un cambio de actitud contrario a los intereses de los Estados Unidos por parte del gobierno federal.

                        27 de mayo: los enviados para defender la iniciativa de reforma “energética” después de la enjundia mostrada en las primeras sesiones, cambian a una postura sin tono. Al respecto, el senador panista, Juan Bueno Torio, (Periodico el Liberal del Sur el pasado 5 de junio) se lamenta de la aparente falta de voluntad política por parte de Petróleos Mexicanos y la Secretaría de Energía (Sener) en torno a la defensa de la iniciativa de reforma presentada por el Poder Ejecutivo.

                        28 de mayo: Calderón propone en Honduras la creación de un Fondo Verde contra el Cambio Climático.

                        29 de mayo: Marcelo Ebrad propone una consulta popular sobre la reforma energética, la respuesta del PAN y del propio gobierno federal no es significativa, la iniciativa cobra fuerza.

                        30 de mayo: Calderón declara que (México) “está exponiendo todos los días la vida de sus policías, no obstante que la mayoría de los consumidores son americanos”; dos o tres días después, Mouriño, declara a la opinión pública como inaceptables las condiciones del congreso americano para aprobar los fondos de la Iniciativa Mérida.

                        6 de junio, el Presidente Calderón se dirigió durante ¡hora y media! (su discurso de mayor duración) a los directores de la administración pública federal para repasar los lineamientos y estrategias que darán rumbo al país. Afirmó que es el momento de transformar a México y trabajar con honradez y transparencia... Se comenta que la reunión fue convocada de último momento.

                        ¿Qué está ocurriendo? A partir de las condiciones que busca imponer el congreso americano: la promoción y la defensa de la iniciativa de reforma “energética” bajan de intensidad; las declaraciones del Presidente asumen un tono francamente inusual; se emprende la iniciativa del Fondo Verde que sería contrario a la posición americana respecto del cambio climático y finalmente el Presidente muestra que finalmente busca poner en orden su casa…

                        ¿Qué está ocurriendo? ¿Se sintió defraudado y se enojó el gobierno federal con los Estados Unidos? ¿Será que por fin les está cayendo el veinte? ¡Ojala!

                        Con mis mejores deseos…

                        Enrique Chávez Maranto
                        enrique.chm@gmail.com

                        domingo, 1 de junio de 2008

                        ¡Ya llegaron, ya están aquí...!

                        Un estudio de la Universidad Simon Fraser de Canadá, comentado por el columnista Fareed Zakaria en la edición del 2 de junio pasado de la revista NewsWeek, afirma que las bajas civiles consecuencia del terrorismo antes que aumentar han disminuido en los últimos cinco años si se descuentan las víctimas en Irak pues esa es una zona de guerra “normal” y como tal, las muertes de civiles simplemente ¡no cuentan!

                        Y no puedo estar más en desacuerdo. Irak vive la guerra terrorista del “bien contra el mal” justificada solo por la paranoia y las mentiras que, como los granos podridos de una mazorca, han caído uno a uno para dejar al descubierto, descarnada, la avaricia del liderazgo de los Estados Unidos.

                        El mundo enfrenta hoy males que podrían ser, o mejor dicho son, la versión moderna de los jinetes del Apocalipsis: El hambre, el impacto del cambio climático, el terrorismo, el tráfico de drogas y los graves problemas de salud pública como el SIDA entre otras calamidades. De ellas al menos las primeras son consecuencia de la acción o inacción de los Estados Unidos para privilegiar sus intereses.

                        La crisis de alimentos que es consecuencia del uso de granos para la producción de combustibles y de las medidas adoptadas para fortalecer al dólar promovidas por nuestros vecinos del norte, fue calificada ya por el Director de la FAO de las Naciones Unidas como un crimen de lesa humanidad.

                        El cambio climático que para enfrentarlo el Protocolo de Kyoto requirió la acción urgente de todas las naciones del mundo simplemente no fue suscrito por los Estados Unidos pues casualmente es quien consume uno de cada cuatro barriles de petróleo que se producen en el mundo.

                        El terrorismo provocado por las guerras emprendidas por los Estados Unidos con el propósito de garantizar la seguridad energética a cualquier costo. El tráfico de drogas impulsado por la CIA primero para proveer a los soldados en Vietnam y después para obtener fondos durante la guerra fría trae a mi memoria a los tristemente célebres: Oliver North del escándalo Irangate, a Noriega en Panamá y a Somoza en Nicaragua.

                        Lamentablemente muchos apenas toman conciencia de la gravedad de los problemas que enfrentamos. Problemas que tienen como común denominador a quienes por mantener su hegemonía y su dispendio no se han detenido ante nada: los Estados Unidos de Norteamérica. País a quienes muchos admiran por su altísimo nivel de desarrollo tecnológico y de bienestar sin considerar que si viven así, es a costa del dolor y la depredación que causan en países que son desconocidos para la mayoría del público estadounidense.

                        A quienes les admiran –o envidian diría yo- les comento que los EEUU con solo el 4.5% de la población mundial dispendia el 25% de los recursos energéticos del mundo. Que en tanto mucha gente sufre y muere de hambre, ellos promueven el uso de los granos alimenticios como combustible para usarlo en los millones de automóviles que poseen. Que desde el espacio continentes como África por las noches apenas se distingue en tanto que los Estados Unidos brillan con toda intensidad.

                        Sin embargo no nos equivoquemos, no somos víctimas de los Estados Unidos. Pues tanta culpa tiene el que mata la vaca como el que le amarra la pata. Y no somos víctimas porque, tal vez como un mecanismo de protección ante la barbarie que invade nuestra cotidianeidad por la inmediatez de los sofisticados medios de comunicación, nos hemos vuelto insensibles, callados y sumisos. Y menos aun podemos ser víctimas cuando hemos permitido que los gobiernos en turno privilegien intereses distintos al bienestar de la Nación.

                        Sin embargo alguien dirá que todo eso ocurre en lugares muy distantes y que nada podemos hacer. Y tendrían razón en cuanto a que difícilmente podemos resolver los problemas del otro lado del mundo… pero le diría a ese alguien que no hay que ir tan lejos para hacer algo pues el narcotráfico, el SIDA, los problemas ambientales, la inseguridad y la marginación…

                        ¡Ya llegaron, ya están justo aquí en nuestra comunidad!

                        Con mis mejores deseos,

                        Enrique Chávez Maranto

                        enrique.chm@gmail.com