domingo, 21 de diciembre de 2008

Mateo 16:28... de Hamburgo a Estambul

“La guardia de la hora nona siempre era aborrecible. Aún más ese día cuando una multitud excitada y amenazante cerraba nuestro único camino. En verdad no era mi día, ni menor el miedo que impulsó el fuerte golpe de adrenalina que sucedió cuando las puertas se abrieron de improviso para dar inicio al tortuoso recorrido en medio de aquel tumulto donde podía ocurrir cualquier cosa.

Los improperios y golpes, que surgieron de inmediato para conminar a la multitud a abrir paso a la escolta, fueron el preludio de una fatídica jornada. Transpirando miedo, mi angustia se acrecentaba conforme la gente nos rodeaba, insultando al hombre de aquel rostro de serenidad inexplicable, cuyos ojos en esos dramáticos momentos miraban muy lejos, ahora lo puedo decir, más allá de la distancia, más allá del tiempo.

Mi destino quedó anclado al suyo sin saberlo, cuando en medio de la violenta tremolina el tiempo pareció suspenderse para dar paso a unas breves y confusas palabras… las finales. Las de un demente que descargaba al fin la furia contenida hasta entonces por su inexorable final.

Estuve equivocado por mucho tiempo, no eran las palabras del resentimiento, sino las de quien miraba lejos, muchísimo más lejos de mi escaso entendimiento en esa época. Solo al cabo de muchos años que ahora me parecen nada, entendí el significado real de sus palabras…Y la comprensión me llevó primero al entusiasmo ignorante de quien sabe que no agotará su tiempo…Años después, al sufrimiento, a la impotencia, y al dolor de quien siempre ve partir a los amados…Más tarde, al ostracismo y a la resignación, rendido ante la vida, que ya no te puede ofrecer más sorpresas ni mayor significado.

En todos mis años que ya son muchos, me ha tocado vivir de todo. He sido pobre unos años e inmensamente rico en otros; he sido esclavo y señor de esclavos; humilde en unas épocas y soberbio en otras; activista y solidario de cuando en cuando, e indiferente al sufrimiento ajeno muchas veces; he amado hasta la locura y cuando no, me han hecho sujeto de amor idolatrado; en alguna época me alabaron como arquetipo de santidad solo para repudiarme después como el peor de los malvados; culto y refinado por largo tiempo en tanto que ignorante y patán en las estaciones del hastío.

Pero por sobre todas las cosas, ahora lo sé, he sido él privilegiado cronista anónimo de la historia…pero no solo como observador. He sido el personaje principal de muchos de los actos de esta obra donde he degustado, sin prisa alguna, el mejor vino o la peor de las miserias de la experiencia humana.

Y así querido amigo, poseedor de esa experiencia, como lo soy por gracia de aquel hombre, puedo decirte que nuestras almas son el campo donde se baten en una lucha eterna las fuerzas de la ignorancia y el egoísmo, con las de la Conciencia y el Amor. Lucha épica y encarnizada donde se darán triunfos y derrotas pero nunca ganadores ó vencidos.

¿Qué la balanza se inclina hacia un contendiente? No sufras, no vale la pena gastar tus lágrimas, pues siempre surgirá el contrapeso divino que recupere el equilibrio como sucedió, cuando en esa época, con su sacrificio supremo en la vía crucis, camino del calvario, colocó la más conocida, tal vez la última de las pesas de Amor y de Conciencia que aún fortalece a las almas de buena voluntad con la Fe que Él sabía necesitaríamos en los momentos de tribulación. Pues como dije, sabe mirar de lejos, más allá de la distancia, más allá del tiempo.

En estos días cuando celebramos su nacimiento recuerdo siempre el día de su muerte cuando me dictó la orden, que no condena, para permanecer aquí ahora sé para qué…

Mateo 16:28

“De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino”

Tu amigo de siempre…

Catáfito…”

Catáfito es un discreto personaje cuya presencia irradia la tranquilidad de los muchos años que seguramente carga sobre sus espaldas. Las raras veces que se deja ver, acostumbra relatar pasajes de la historia que acompaña siempre con una moraleja evidencia de su sabiduría y lo hace de tal manera que parece que él lo hubiera vivido. No está loco, eso me queda claro, pues sus comentarios expresados siempre en un lenguaje sencillo e impecable y con el buen humor entrelazado, nunca están basados en supuestos. Obedecen a un profundo conocimiento de la naturaleza humana. A él jamás lo verás alterarse ante la ofensa y si acaso, se concede una sonrisa que delata su intima satisfacción cuando recibe una muestra de cariño o de agradecimiento.

Catáfito realmente es un personaje misterioso; cuando alguien le pregunta sobre sus orígenes o sobre su quehacer cotidiano cuenta que nació en algún lugar de su hogar que es el mundo y que se dedica simplemente a vivir y contar cuentos.

Que el Amor de sus seres queridos les cobije hoy y siempre…

¡Feliz Navidad y próspero Año Nuevo!

Con mis mejores deseos,

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com

4 comentarios:

  1. Enrique, los regalos de los amigos y las personas que se interesan por algo más que su vida, esto es por su familia, comunidad, país, semejantes, México, Coatzacoalcos, etc., se reciben poco a poco y difícilmente se olvidan. Quiero aprovechar este espacio para agradecerte el interés y disposición de compartir una parte de tí que quiere mejorar el mundo en el que vivimos. Te conviertes en ejemplo para todos.

    Feliz Navidad

    Guillermo Villa

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  2. Gracias por sus humildes flores, que como ellas, no por ser humildes son menos bellas. Por todos estos momentos de reflexión, le doy también las gracias. Que Dios permanezca en usted.

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  3. Gracias Memo, gracias Shombly,

    Hoy por hoy tenemos mucho que hacer. Y lo estamos haciendo, TODOS.

    Mi más sincero y cariñoso abrazo,

    Su amigo,

    Enrique

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  4. Las palabras de Guillermo Vila encierran lo que siempre quiero decirte: Gracias Enrique, un abrazo y mis mejores deseos para todos los tuyos que en parte somos todos, como dijo el poeta:

    Los otros que no son si yo no existo/los otros que me dan plena existencia (O.P.)

    Tu amigo

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