Identidad, raíces, tierra, nación, bien común, patria…
Acompañado de una brisa fresca partí antes de la salida del sol hacia las escolleras para meditar y disfrutar de un momento de paz y comunión con la naturaleza. Ansioso por lo que esperaba, disfrutando a priori, irrumpí impertinente con el ánimo exaltado, en el escenario aquel donde no hay límites para la imaginación. Escenario que como siempre, se me entregó gratuito y hermoso para ver al infinito pues desde ahí, no hay otra forma.
Ya instalado sobre la roca de cara al cerro de San Martín, momentos después me embargó la emoción al comprender que hasta donde la vista llega es parte minúscula de la inmensidad que llamamos Patria. Nación, tierra nuestra y de los sueños que nos dieron la identidad mexicana.
Fue entonces cuando sobrevino el desencanto. La brisa olvidó el refrescante abrazo para tornarse en fuerte y fría al tiempo que los negros nubarrones cargados de agua dejaron mi ánimo agobiado por la penumbra que se desvanecía brevemente por los relámpagos que muestran el enojo por lo que pudiendo hacer no hemos hecho.
Patriotismo, ¿Qué palabra tan extraña es esa?, ¿Acaso alguien recuerda su significado? Y el silencio fue la respuesta. Vana, vacía, hueca, sin sentido se escucha en los labios irreverentes de la soberbia cuando arenga al pueblo apelando a lo que no siente. Porque el patriotismo es ejemplo cotidiano de integridad, es orgullo de lo nuestro, de nuestros logros en pos del bien común, es sumar no dividir. No la buena fe de los corruptos, ni la honestidad intelectual dogmatizada.
¿Quiere el gobierno trascender? Pensaría que le es poco menos que imposible sin embargo aún podría hacerlo. Le haría falta reconocer con toda humildad que se equivocó hace 3 años cuando eligió entrar por la puerta trasera al registro de la historia nacional. Porqué el ejercicio pleno del poder solo puede darse con el peso y la percepción su plena legitimidad. Jamás en un acta constancia de una mayoría exigua, casi inexistente, falsa... tal vez.
Porqué el ejercicio del poder no puede apalancarse solo en la milicia para enfocarse en una lucha que no era nuestra y ahora lo es. Con miles de víctimas inocentes o culpables, muertos al fin.
¿Qué les ha tocado enfrentar más retos que a ningún otro gobierno? Es verdad pero eso nunca será excusa, pues aún en las peores circunstancias, el patriotismo al que apelan solo cobra fuerza y propósito cuando el pueblo percibe la voluntad y la humildad en el ejercicio del poder. Cuando el líder conduce a su pueblo hacia el logro de una visión compartida del bien común, nunca cuando se piensa en patrias diferentes.
Y si, tiene razón mi hijo Guillermo al decir que cuando las cosas van mal… los locos salen a la calle. Serán por eso los nubarrones y relámpagos que por cotidianos, cada vez se notarán menos… hasta que la tormenta se desate.
Con mis mejores deseos,
Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
www.ramari.blogspot.com
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