domingo, 2 de octubre de 2011

Los niños y los borrachos ¡siempre dicen la verdad!

“Somos una orquesta sinfónica de 100 billones de células en perfecta armonía. Intérpretes magistrales de un instrumento que produce la maravillosa melodía que nos permite sentir y experimentar la vida. ¿No son acaso todas un milagro? ¿No somos, y todo lo que nos rodea, acaso milagros?” (Alegría de Vivir, 12/09/11/09)

Si es así, el óvulo, el espermatozoide, el óvulo fecundado, el vientre materno donde el nuevo organismo se desarrolla hasta nacer y todo lo que contribuye, son milagros que forman parte del maravilloso proceso que nos permite sentir y experimentar la vida tal como la conocemos.

El proceso como tal es bien conocido. Lo desconocido es en cuál de sus etapas está la hipotética frontera que al cruzarla, el producto en vías de desarrollo se convierte en un producto con plena conciencia de sí, de su individualidad… Hoy nadie puede decir a ciencia cierta que lo sabe y quién lo diga miente pues los milagros, son justamente eso, milagros que no podemos explicar.

Pregunta, ¿Qué pasaría si se convierte en dogma la hipótesis de que el espermatozoide tiene derecho a la vida porque es insumo imprescindible para la fecundación de un óvulo? ¿Serían criminales los adolescentes con sueños húmedos? ¡De ninguna manera! De ahí ¿Por qué legislar sobre lo que se desconoce? Porque eso es justo eso es lo que hacen al establecer en la ley la protección del derecho a la vida desde el momento de la concepción.

Ahora bien, dado que desconocemos en cuál etapa del proceso inicia la conciencia de sí, del ser humano, el estado debería aplicar medidas preventivas para asegurar que todo el proceso llegue a feliz término. Nunca omitir esa responsabilidad y mucho menos reprimir a la mujer criminalizando el hecho consumado de un aborto.

En presencia de un sistema de impartición de justicia ineficiente, ineficaz y corrupto, la pena de muerte es impensable por la posibilidad de que inocentes puedan llegar a sufrir tal pena. Hoy aterra que, sumado al impacto gravísimo que tiene un aborto en la mujer, termine en la cárcel como presunta culpable del delito de asesinato.

El hecho es que unos criminalizan el aborto por un dogma religioso, pero se oponen a la educación sexual; pregunta ¿Dónde queda la misericordia? Otros legalizan el aborto, pero no aplican las medidas preventivas para el control integral de los factores del riesgo de embarazos no deseados como la ausencia de educación sexual, la falta de supervisión de los adolescentes, el detrimento de los valores, la carencia de empleo, la falta de servicios de atención y asesoría especializados, etcétera; pregunta ¿Dónde queda la debida responsabilidad del estado y de los padres de familia?

Respecto al tema de la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el obispo de Mexicali en el estado de Baja California México, Isidro Guerrero, al informar a su grey que "Ayer (miércoles) casi perdíamos, pero una llamada del Papa no sé a quién, no me pregunten, cambió todo puso en evidencia la probable existencia de un grave atentado a la soberanía nacional.

Esa declaración en otro país, habría implicado el llamado a consultas del embajador, una amplia investigación y en su caso juicio político por traición a la patria a los funcionarios que se hubieran sometido a los deseos del estado Vaticano, presionando a los magistrados de la SCJN para que decidieran su voto en contra de la declaración de inconstitucionalidad de las enmiendas a las constituciones de los estados de Baja California y San Luis Potosí.

La supuesta llamada del Papa exhibida por el obispo Guerrero encajaría perfectamente en la ofensiva que el ejecutivo federal emprendió para presionar a la SCJN con franco irrespeto al principio de división de poderes.

Cómo era de esperase todos los afectados desmintieron apresuradamente al obispo, este se retractó y como siempre, no pasó nada. Sin embargo una afirmación de la sabiduría popular nos dice que “los niños y los borrachos siempre dicen la verdad” Con base en eso el obispo de Mexicali merece toda la credibilidad porque cuando lo dijo estaba borracho de euforia y felicidad. “¡Vamos por más!” Concluyó.

Además, ¡Cómo no creerle! siendo como es un alto prelado de la iglesia, todo un obispo, él no podría mentir… ¿Verdad?

Con mis mejores deseos…

Enrique Chávez Maranto 
enrique.chm@gmail.com
twitter.com/enriquechm

3 comentarios:

  1. Tocas 2 puntos aquí querido amigo; pero respecto al aborto ya hay mucho escrito. Me confieso católico, mas no fanático. Y me preocupan este tipo de actos. Soy de la creencia de que al Cesar lo que es del Cesar y... que pena que permitamos que la Una institución eclesiástica se meta en asuntos de política aunque es bien sabido que esto pasa en todas partes.
    Saludos!

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  2. Muy buena entrada, buenos argumentos y observaciones

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  3. Interesante. Aún no tengo opinión al respecto. Un saludo!

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