Hace ya algunos días que una preciada dama me ha dejado fuera de su agenda… Pareciera que indigno soy de sus placeres…
Me refiero naturalmente a Caliope, la musa, quien finalmente hoy me concedió tan solo una pregunta:
-¿Porqué no has escrito Enrique? Que de tus penas no tengo yo la culpa pues mi ausencia es solo fruto de tus propias aflicciones…
-¿Mis aflicciones? Pero si eres tú quien me abandona…
-Amado mío, lejos estás de conocer tu propia historia y te repito, busca en ti la causa que eres tu quien me rechaza…
Y al tiempo, la verdad incómoda, oculta por días tras mil pretextos saltó retorciéndose, culpable y temerosa de mostrar la miseria de mis culpas.
Y en este ánimo, amigos míos, me resulta difícil expresar con palabras las cosas del alma, sin embargo, cuando por solo un instante se desvanecen las penumbras, las palabras saltan y se engarzan... solas.
Mea culpa Caliope… Mea culpa…
Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
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