El agua siempre encuentra su camino al mar. Si el cauce acostumbrado de un río se obstruye, este buscará un camino nuevo inundando tierras que antes permanecían a salvo de sus aguas. Eso es lo que le ocurre justo ahora a mi ciudad Coatzacoalcos, el agua de la delincuencia que antes se veía muy lejana está inundando sus tierras.
Se ha obstruido el canal que llevaba el mundo de las drogas a nuestros vecinos del norte y ahora sus calamidades están inundaron nuestras tierras. Coatzacoalcos que se convirtió en la pesadilla que nunca imaginé; en una ciudad donde la noticia del secuestro del amigo, del conocido de muchos años, de aquel que muestra alguna forma de prosperidad, es cosa casi cotidiana. Primero fue el rumor de los secuestros y extorsiones a personajes de reputación dudosa; después la noticia del secuestro de gente honrada dedicada al trabajo y a su familia que no tendría por que pintar su rostro de miedo al preguntarse ¿seré yo el siguiente de la lista?
Reflexioné entonces sobre lo qué haría si yo estuviera incluido en esa hipotética lista y decidí que lo mejor sería seguir con mi vida, amando a mi familia, trabajando en lo que sé y expresando mis ideas pues llegado el caso simplemente no podría hacer nada para detenerlos y menos aún para pagarles.
Dicen que nada se da por casualidad y que todo tiene un propósito, tal vez el propósito de todo esto sea mostrar a los ciudadanos que también tenemos la culpa cuando no protestamos, cuando permanecemos al margen del dolor ajeno, cuando decidimos vivir encadenados a esa mediocridad permisiva pensando que esas desgracias nunca nos ocurrirán.
También decidí expresar públicamente mi más enérgica condena respecto a lo que ocurre en mi ciudad y mi convicción de que la causa raíz de todo, es el resultado de la acción u omisión de aquellos que detentan el poder quienes, por privilegiar a lo largo de muchos años tan solo sus intereses, han secuestrado al pueblo la esperanza de un futuro promisorio y eso, finalmente, es lo más grave pues el agua siempre encontrará su curso.
Reconocimientos de la semana,
A la gente humilde que se presta para asistir al médico y a los pacientes en el dispensario de San José, que clasifican las medicinas, que atienden el bazar en el que se recaudan los fondos necesarios para el pago de medicinas y/o análisis especiales, en la compra de y reparto de despensas. (Gracias Memo)
A la labor que realizada por la Casa del Inmigrante que lamentablemente cerró sus puertas en días pasados.
Con mis mejores deseos,
Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
Las ideas son por los demás... así que en este espacio encontrarás las ideas que antes no lo eran por quedarse en la intimidad de mis temores. No serán buenas, ni malas, acaso ideas que lo serán por tí.
domingo, 27 de abril de 2008
10 comentarios:
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Tuve la fortuna de vivir 10 años en Coatzacoalcos en compañía de mi esposa y mis dos hijos, los cuales llegaron de uno y dos años.
ResponderBorrarFueron días de alegría por la paz y tranquilidad de una ciudad que gusta de compartir la vida de sus habitantes como una gran familia.
Es por ello que siento la tristeza que nos platica Enrique pero comparto con él la seguridad de que lo importante siempre se mantendrá y los habitantes de Coatzacoalcos nunca dejarán que estos factores les roben su amor por la vida y sus familias
Yo nací en esta ciudad, crecí con la tranquilidad de un pueblo donde nada ocurría, si alguna vez nos enterabamos de algún secuestro, lo tomabamos con preocupación pero a la vez nos tranqulizabamos pues esos casos no ocurrían aqui en Coatzacoalcos, eran en otros lugares que nos parecían muy lejanos, hoy al enterarnos como dice de que, algún conocido ha sido secuestrado nos hace pensar cuando nos tocará a nosotros, el miedo con el que se vive hoy en día impide ver la belleza de todo lo que nos rodea, el temor de que le pase a alguno de nuestros hijos aterra, sin embargo como usted dice, es necesario que reclamemos la tranquilidad que caracterizó a Coatza, es necesario luchar contra ese cancer humano que corroe a nuestro Coatza y sobre todo es necesario estar unidos en esta lucha, hay que recordar que la Unión hace la fuerza y tengo la plena confianza de que "SE PUEDE, SE PUEDE" (eso lo aprendí de usted).
ResponderBorrarGuillermo, esa es justamente la actitud, más allá de la debida prudencia no debemos dejarnos llevar por el miedo y luchar por que lo verdaderamente importante prevalezca.
ResponderBorrarFatima, hasta hace pocos meses presumía de vivir en una ciudad cálida, segura donde se podía respirar tranquilo. Y si se puede recuperarla, con la suma de todas las voluntades. Saludos,
ResponderBorrarEnrique; Te felicito por tocar estos temas tan de actualidad y que tanto preocupan a la sociedad porque cada día son más constantes.
ResponderBorrarDebemos comenzar por denunciar; creo que si no se ha combatido la delincuencia es porque tienen el apoyo de la autoridad, pero no hay que prejuzgar primero delatemos abiertamente cualquier sospecha; Sí tenemos la certeza insistamos en siempre denunciar y de esta manera la autoridad quedará al descubierto si no actua.
saludos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarJosé, efectivamente debemos crear una cultura de la denuncia. Ahora bien debemos entender el dilema en el que se encuentran las familias de quienes están secuestrados pues la desconfianza no es infundada y la denuncia puede ser contraproducente. No es válido generalizar que toda la autoridad sea corrupta; hay buenos policias, pero ¿Quienes son? No sabes si al denunciar estás haciéndolo ante el propio secuestrador. Saludos cordiales y gracias por el comentario.
ResponderBorrarEstimada LuN!+@
ResponderBorrarComparto tus comentarios; Coatzacoalcos dió un giro de 180° con el cuál perdió buena parte de su encanto. Si bien no soy de aquí, aqui me he hecho y conozco bien de lo que hablas. Finalmente te digo que procede la prudencia que no el temor; recibe un cordial saludo, Enrique.
Yo decidi no regresar a la Ciudad de Mexico donde naci, ya que pensando en mi hijo y esposa, seria mejor quedarnos aqui siendo una ciudad de prosperidad y como ustedes llaman himildad.
ResponderBorrarhoy lo pienso enormemente con estos sucesos, y es por el temor de mi misma familia, que al ver transformarce en una urbe de comercio lo que fue un dia un lindo pueblo, y que a su ves atrae mas delincuencia organizada, no me gustaria pensar que cosas mas graves ueda pasar.
Me uno a la verdad y al la denuncia de estos acontecimientos. y exijo como debemos hacerlo todos, que la autoridad haga algo y no se qede con los brazoz cruzados, porque e lo contrario perderemos la poca espeanza que tenemos.
Anonimo: El problema es que a donde más podemos ir, no hay opciones. Tal como están las cosas el riesgo está en prácticamente toda las ciudades de la república asi que más vale dar la lucha en los lugares que nos son conocidos. No hay que desanimarse y continuar.
ResponderBorrarSaludos,