Nada en esta vida carece de propósito.
Y la corrupción tiene su propósito; sin embargo, cuando de combatirla se trata, se hace a un lado la causa raíz de la corrupción como el fenómeno social que es, y se limita el combate a la coyuntura de las circunstancias que la favorecen.
Nada más equivocado que esa visión tan corta. La corrupción, vista como lo que es, un fenómeno social que se comprueba con aquella frase famosa “la corrupción somos todos” ha servido al gran propósito de actuar como válvula de escape a la presión generada por la inequidad y la injusticia del sistema que ha fincado sus raíces muy hondo en la cultura nacional. La corrupción –o delincuencia que es lo mismo- es el camino fácil del resentimiento que surge como opción cuando el individuo proclive, cancelando sus escrúpulos, se contesta así mismo la pregunta ¿Porqué ellos sí y yo no?
¿Qué necesidad tendría alguien de delinquir si vive en un sistema que provee de bienestar y oportunidades; un sistema donde la riqueza que se crea, se reparte con equidad pero que también castiga ejemplarmente las conductas delictivas? Ninguna, salvo la avaricia personal que en todo caso sería contenida y drenada por el propio sistema. Esto pareciera ser algo inalcanzable, pero no lo es; existen países con índices de corrupción mínimos y altos niveles de bienestar que son más que evidencia de que puede lograrse. ¿Pero cómo? Es la gran pregunta.
Liderazgo ejemplar y transparente, justicia, equidad e igualdad de oportunidades. ¡Nada más fácil que decir que eso! Lamentablemente, hoy por hoy, estamos muy lejos de acercarnos siquiera a la calificación mínima requerida para pasar cada una de esas asignaturas.
¿Liderazgo ejemplar? Podría serlo, sin embargo el asunto es de percepción y así, poco menos de la mitad de los votantes –los que tienen derecho a opinar- considera al actual liderazgo como “espurio”… a lo que habría que agregar la sombra de sospecha que cayó sobre el delfín de la corte. ¿Transparente? Difícilmente cuando se desconoce el destino final de los excedentes petroleros, que si bien es cierto se distribuyen de acuerdo a lo que determina el congreso, terminan en fondos ciegos para ejercerse en forma discrecional.
¿Justicia? ¿Cuál? ¿Cuando sin previo juicio se exhibe de manera desmedida y se expone al escarnio publico, por que así conviene a la coyuntura política, a los que aún no han sido juzgados y hasta ahora solo son presuntos culpables de actos de corrupción? ¿Cuál? Me pregunto, cuando las cárceles están abarrotadas de gente que roba por hambre en tanto los delincuentes de cuello blanco siguen en la más absoluta impunidad.
¿Equidad? ¿Cuál? Si lo que se favorece con las políticas “públicas” –pero no escritas- son los intereses de una elite que para colmo, cuentan su dinero delante de los pobres soltando migajas solo para taparle el ojo al macho...
¿Igualdad de oportunidades? ¿Dónde? Si en la administración pública federal se desplaza a la experiencia y la competencia profesional a favor de los amigos y las relaciones.
¿Por favor díganme dónde?
Y sí, la corrupción somos todos pues tanto se peca por acción como por omisión y muchos hemos guardado un silencio cómplice y vergonzoso ante los verdaderos males que aquejan al país.
Reconocimientos,
A mis lectores Laura, Sandra, César, Jaime, Carlos y Cinthya, que enviaron comentarios sobre la problemática que representa el “Barlecón”, como algunos ingeniosos han dado en llamar a la cantina que tenemos por las noches en el malecón. En breve les enviaré un resumen de las propuestas.
A Don Elías Ferez Tanus por su callada labor en los años 70 para liberar presos por razones humanitarias. –Gracias Fernando por tu aportación.
A los enfermeros y enfermeras que alivian el dolor de los enfermos a su cuidado y comparten la pena de los familiares. – Gracias Karina por tu aportación.
Con mis mejores deseos,
Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
Las ideas son por los demás... así que en este espacio encontrarás las ideas que antes no lo eran por quedarse en la intimidad de mis temores. No serán buenas, ni malas, acaso ideas que lo serán por tí.
sábado, 17 de mayo de 2008
10 comentarios:
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Hola Físico, permitame felicitarlo por tan acertada publicación y analisis de lo que hoy vivimos los que trabajamos en pemex, espero que como usted, todos los que ahi trabajamos se den cuenta de que todo esto en realidad se trata de una contraofensiva politica y no de un verdadero interés por transparentar a Pemex, si así fuera tendrían que comenzar no por abajo si no mas bien por arriba.
ResponderBorrarSaludos
My bien Enrique, excelente tu artículo.
ResponderBorrarFelicidades y Gracias por las reflexiones que aportas como un martillo a la conciencia
Enrique, me agrado el análisis que haces de la corrupción, desafortunadamente esto ya se volvió un mal de la sociedad, pues ya no causa asombro que suceda esto, mas bien critican a quien no aprovecha el puesto donde se pueda dar estas malas practicas.
ResponderBorrarEl reto de nuestra sociedad es encontrar la forma de reeducarnos para que los principios éticos y morales prevalezcan en nuestras actividades diarias. Felicidades.
Estimada Fátima, A lo largo de mi experiencia en Pemex he visto como por una razón u otra se hacen acusaciones a gente inocente que al cabo de mucho desgaste resultan exonerados y tambien me ha tocado conocer casos de verdaderos pillos con cara de ángel que resultan impunes. En este caso lo único que puedo decir es que no se vale que antes de que hayan podido defenderse ante alguien que no es juez y parte, como es el caso del OIC se les denoste y se les someta al escarnio. Si al final del día resultan inocentes el daño moral y económico, no solo para ellos, si no también para su familia jamás podrá ser resarcido. La difusíón que dieron a esto es inédita por lo que el sospechosismo de una burra que no era arisca si no que la hicieron hace pensar que el asunto es político. La verdad no la sabremos nunca. Que tendrían que barrer la la escalera desde arriba no me queda duda y extraña que solo "altos funcionarios" resulten siempre los indiciados. Saludos cordiales, Enrique.
ResponderBorrarModesto, mil gracias !!
ResponderBorrarPepe, tienes toda la razón. Hace muchos años ya escuche que a alguien integro sus compañeros lo tachaban de penitente por no aprovechar las oportunidades de corrupción que el puesto le brindaba. Asi es pareciera que ya se imbricó en el ADN de nuestra sociedad. Sin embargo hay que seguir picando piedra, poco a poco hasta que al menos uno entienda que se puede ser diferente. Mil gracias Pepe por tu comentario,
ResponderBorrarEnrique
hola, k tal, les invito a que visiten esta liga, otro ejemplo de corrupcion con los politicos del PRI: http://dinosauriosconpieldeoveja.blogspot.com/2009/05/la-limpieza-empieza-por-casa.html
ResponderBorrarHablando de corrupcion y el pri k se asoma, vean este articulo: http://pri-rasicpark.blogspot.com/2009/05/gato-por-liebre.html
ResponderBorrarEnrique estoy de acuerdo contigo en el tema de la corrupción, y por supuesto que la corrupción no somos todos, porque habemos personas que no somos corruptas. Lo que te quiero comentar y me gustaría saber tu punto de vista, que hace una persona que no es corrupta en una sociedad donde todo se arregla a traves de la mordida.
ResponderBorrarPor ejemplo, el cajero de banamex me acaba de retener 4 mil pesos, lo reporto y dentro de 25 días me los devolveran, que hacer en estos casos,cuando la solución está en que se haga el corte al cajero y en 24 hrs. te devuelven tu dinero y así como esta, tantas cosas que pasan en el país. Que podemos hacer como sociedad, que paga sus impuestos y cumple con todas sus responsabilidades?
Me gustaría saber tu punto de vista.
Tu amigo Gerardo Garduza López
Estimado Gerardo,
ResponderBorrarUna niña de 13 años envió el siguiente comentario a mi artículo “Olla de presión”
“Esta muy padre y si es ciero si eres bueno, justo no llegas a ningun lado y los que nos injustos si.”
A lo que contesté
“Las cosas son así pero no deben serlo por siempre. Poco a poquito las hemos de ir cambiando. Sin perder la paciencia pues llegar a estos extremos nos llevó mucho tiempo. Y tiempo nos llevará arreglarlo.
¿Cómo hacerlo? Poniendo nuestro granito de arena al hacer las cosas bien en aquello que nos toca. Enseñando con el ejemplo que se puede vivir de otra manera.
Qué nos dirán… ¿Por qué no fuiste una niña(o) normal? Como me lo han dicho a mí. Así será pero poco a poquito se unirá más gente a la cruzada como soy testigo que así ocurre.
En la frase “Qué nos dirán… ¿Por qué no fuiste una niña(o) normal? Como me lo han dicho a mí.” Intenté expresar que el ser “bueno, justo” tiene su costo. Quien con toda convicción elija el camino de la honradez y la integridad para dormir en paz y con la conciencia tranquila, no le importará ser el último en salir del vagón del metro; no hará caso de las críticas, aún de los más cercanos, que le tacharán de tonto por no aprovechar las oportunidades que brinda la corrupción; ni tampoco que otros con el único mérito de su servilismo asciendan en tanto tú permaneces en el mismo puesto haciendo lo que otros no quieren…
Dicho de otra manera, lo que hace una persona que no es corrupta en donde todo se arregla a través de la mordida es actuar con integridad, sin enojarse de lo que le toque vivir, pues está convencido de ello.
Se dice fácil, pero de que cuesta trabajo… ¡Cuesta trabajo!