domingo, 9 de noviembre de 2008

Víctor, Mike, Charly ¿Me escucha?

Poza Rica de Hidalgo Ver. 26 de enero de 1970.- El ceño fruncido y la cara de preocupación de mi Madre no auguraban nada bueno… en cuanto me vio, el tono del interrogatorio no dejó lugar a dudas ¿Dónde está tu licencia de conducir? ¿Dónde andabas? ¿Qué te pasó? Me dijeron que te perseguía la policía y después que el coche estaba estacionado frente al palacio municipal… ¿Qué hiciste?

Todo inició al pie de la escalera del estrado donde Luis Echeverría iniciaba un acto más de campaña ante miles de trabajadores petroleros cuando de pronto, algo ocurrió y el candidato, alterado, se encaminó apresuradamente rumbo al hospital de Pemex que se encontraba muy cerca del lugar. A partir de ese momento todo sucedió muy rápidamente. La comitiva entró al hospital y nosotros, que conocíamos bien el edificio, lo hicimos por una puerta sin vigilancia del área de urgencias aun a tiempo para ver el rostro del candidato endurecerse apretando las mandíbulas cuando recibía los detalles del accidente de aviación donde acababan de perder la vida 14 de los periodistas que cubrían su campaña. No dudó en ordenar un transporte para acudir al lugar del accidente.

Nos fuimos entonces al aeropuerto a donde llegamos justo en el momento en que despegaba el primer helicóptero; otro más lo hizo entre las protestas de quienes no alcanzaron lugar… De entre ellos, un par, desesperados, a gritos preguntaron si sabíamos como llegar al cerro del Mesón, lugar donde había ocurrido el accidente. Nuestra respuesta fue inmediata, ¡Si, súbanse! Ya en el coche, los “periodistas” (nunca supe realmente si eso eran) me pidieron-ordenaron ir lo más rápido posible… ¡enciende los faros, toca el claxon! vamos, ¡muevete! ¡rápido!

Y así emprendimos una loca carrera que incluyó burlar una barrera policial colocada para alejar el tráfico del centro de la ciudad que en esos momentos estaba inundado por los miles de asistentes al mitin que retornaban a sus casas… Fue entonces cuando la patrulla de la policía nos persiguió… ¡no te pares! me dicen, ¿dónde está el palacio municipal? ¡Ahí, ahí, deténte! Me detengo y veo al oficial enfurecido que se dirige a mi auto. Yo me encargo, ¡sube la ventanilla y ni una palabra! dijo perentorio uno de los “periodistas”… ¿Qué fue lo que le dijo el “periodista” al oficial de policía? Ni idea, solo se que mi coche quedó estacionado frente al palacio municipal, que nosotros emprendimos de nuevo el camino a toda marcha ¡en la patrulla! con la sirena encendida… y que el oficial se quedó calladito a media calle…

Minutos después llegamos al lugar de la tragedia, la escena era sobrecogedora, los soldados colocaban en bolsas de plástico los restos mortales tomados de entre el fuselaje humeante y destrozado que se encontraba disperso en bosque, el candidato con la mirada perdida caminaba de regreso al helicóptero. Entonces mi excitación se torno en una profunda tristeza y volviendo la vista a la ciudad me arrepentí de estar ahí… Ese día los coches incendiados eran árboles, los restos calcinados del avión eran los de un Corvair XC-00K propiedad de la CFE no de un jet… Pero el olor a quemado, el dolor y la muerte fueron las mismas que las del martes pasado. Solo que en ese entonces nadie dudó de la causa oficial del accidente, “error del piloto” dijeron, salvo tal vez el candidato, pues él iba a viajar a Poza Rica ese día… en ese avión.

Hoy, rallando en el morbo, la impertinencia de las televisoras dio cobertura al accidente cuando el fuego aún calcinaba a las víctimas alimentando con sus comentarios a la especulación que no abona y si siembra la duda.

Hoy Guillermo, mi hijo, me dice que siente estar en un país extraño, porque esto que vemos dice, no es México, México es mejor.

Y tiene toda la razón.

Con mis mejores deseos,

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com

1 comentario:

  1. Tienes razón Enrique, el morbo y las impertinencias de los medios, así como la "interpretación" de la lectura del primer discurso presidencial.

    El que no hayan comentado que el piloto iba a una velocidad de 280 nudos al pasar por el "Bor" No se si esté bien escrito) de San Mateo ( cuando debe ser entre 180 y 200), y así alcanzar el túnel de turbulencia provocado por el avión que llegaba de Argentina. La falta de pericia del secretario de comunicaciones, para manejar a los medios, la subestimación de los técnicos mexicanos al hablar de "técnicos y peritos extranjeros", como siempre, por parte de este gobierno; el propio gobierno infundando su paranoia por causa de sus errores (que son muchos) etc., etc., etc.

    Por otro lado, que triste e interesante experiencia la del accidente aéreo de 1970, que nos comentas, misma que te dejó marcado.

    Como siempre, recibe un abrazo y mis felicitaciones por tus artículos que provocan una reflexión seria al leer el intento y la intención objetiva e imparcial de tus letras.

    Tu amigo Modesto Herrera

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