domingo, 15 de febrero de 2009

El Gran Hermano - The Big Brother

Juan caminaba rumbo a su casa cuando, repentinamente, un fuerte empujón lo arrinconó contra la pared. Lo demás sucedió en segundos: insultos, golpes, amenazas…

-¡A ver pendejo…! Traiga acá el celular… No la haga de pedo…

Con el alma en un hilo, Juan entregó apresuradamente sus escasas pertenencias incluyendo el aún reluciente teléfono celular adquirido semanas antes tras cumplir con los requisitos de ley…El asalto concluyó súbitamente cuando el delincuente con una sonrisa cínica pintada en el rostro le espetó:

-¡No te vayas a pasar de listo cabroncito!, ¡Si me suspenden la línea se donde vives pendejo…!

Y a buscar su siguiente víctima. El “Canaima” –así apodaban al ladrón- tenía que cubrir la cuota de 10 celulares diarios que entregaría al jefe de una de las tantas bandas de secuestradores, Gabino, quien en esos momentos “conversaba” desde su automóvil -protegido para no recibir las señales de los satélites GPS- con el Papá de una de sus víctimas, el Ingeniero Asunción Peraza, a quien exigía una millonaria cantidad por la vida de su hijo… La comunicación duró escasos 3 minutos y también la vida útil del teléfono que salió disparado por la ventanilla. Acto seguido, Gabino con toda calma cambio de ruta, su asistente-cómplice le pasó otro teléfono de los muchos que comedidamente le proveían y esperó a que el siguiente atribulado Papá le contestara…

La historia anterior es algo que ya ocurre, la delincuencia no compra teléfonos celulares y como dice Don Teofilito ¡Ni lo hará!, ¡los roba! Menos ahora cuando la reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones exige entre otras muchas cosas registrar la huella dactilar del comprador y la “ubicación digital del posicionamiento geográfico de las líneas telefónicas” ¿Puede usted creer que un delincuente por muy burro que sea dejará que lo fichen y que conozcan donde vive solo por comprar un celular? ¡Jamás!

Entonces ¿En que estaba pensando el gobierno si es más que obvio, para cualquiera que tenga dos dedos en la frente, que la medida no servirá para combatir a la delincuencia? Al leer con detenimiento la multi citada reforma concluyo que el propósito no es controlar a la delincuencia, es controlar a los ciudadanos. ¡Órale! A ver, a ver, a ver… Enrique, ¿Te das cuenta lo que acabas de afirmar? Si estimada Conciencia, si me doy cuenta de lo que acabo de afirmar. El asunto es grave… ¿Grave? ¡Gravísimo!

Punto y aparte el “fichaje” que representa entregar tu huella digital la reforma obliga a los concesionarios a registrar (lo que de acuerdo a la Real Academia Española es sinónimo de grabar) y controlar todas las comunicaciones de cualquier tipo para entregarlas a solicitud de los procuradores de justicia “cuando realicen funciones de investigación de los delitos de extorsión, amenazas, secuestro, en cualquiera de sus modalidades o de algún delito grave o relacionado con la delincuencia organizada, en sus respectivas competencias” pero sin mencionar que deba existir la orden de un juez de por medio.

Dicho de otra manera, el gobierno tendrá a su disposición en bases de datos a través de las concesionarias del servicio de telefonía móvil: Todos tus datos personales incluyendo la huella dactilar, la ubicación geográfica precisa de tu casa lo que permite a cualquiera con acceso a Google Earth, teclear las coordenadas y ver el tamaño de tu casa, su distribución exterior, los accesos, etcétera y, por si fuera poco, el gobierno también podrá rastrear con precisión satelital todos tus movimientos a partir del celular; conocerá todas tus comunicaciones: de qué hablaste, cuando y con quién; que mensajes de texto o multimedia envíaste, cuando y a quien. El asunto me pareció grave y me pregunté, ¿Qué a caso esto no viola las garantías individuales consagradas en nuestra constitución? Presto, consulté la Constitución y salvo que no entienda el español, la respuesta es si, absolutamente, si viola las garantías individuales particularmente la descrita en el Artículo 16 Constitucional.

En mi articulo titulado “En donde están” (Publicado el 26/Ago/2008 en El Liberal del Sur de Coatzacoalcos) que redacté a propósito de la firma del “Acuerdo Nacional Por la Seguridad, Justicia y la Legalidad” advertí que deberíamos estar atentos para evitar acciones que intentaran violar las garantías individuales pretextando la seguridad. Este es el caso, en el punto VII de ese acuerdo esbozaron la intención que ahora, en la reforma a la Ley de Telecomunicaciones concretaron.

No obstante, quiero pecar de ingenuo, voy a suponer que estoy imaginando cosas, que mi visión es “catastrofista”, que estoy viendo “moros con tranchete” y que la intención del gobierno es buena y santa. De ser así –cosa que insisto, lo dudo- me pregunto ¿Quién nos asegurará que esa información no termine en manos de la delincuencia que pretende combatir? ¿Recuerda usted cuando un funcionario vendió el padrón electoral? De acuerdo a las cifras de la “Open Security Foundation” el año pasado fue él de mayor número de incidentes de robo de información. En los últimos años, de acuerdo a la misma fuente, centenas de millones de registros de usuarios bancarios donde se aplican los mayores estándares de seguridad, han terminado en manos de delincuentes. La organización del gobierno americano, el “Internet Fraud Complaint Center”, asegura que México se coloca en el 6° lugar en el mundo en este tipo de delitos solo después de la India y más allá de todo eso, lo que parecería a esta altura trivial ¿Quién asumirá el costo millonario de registrar y controlar? Seguramente no será el gobierno y mucho menos las concesionarias, seremos usted y yo con el incremento en el costo del servicio.

Le dí muchas vueltas al asunto y sinceramente no puedo imaginar un propósito honesto cuando se pretende colocar tal poder en manos de una autoridad que nos ha comprobado hasta el hartazgo su responsabilidad en el estado actual de la cosas en el país por ser omisa, simplemente incompetente o lo que es peor ¡cómplice!

Alguien me juzgó como idealista y romántico al pretender vivir en un marco de libertades y si definitivamente lo soy. No puedo aceptar al “Big Brother” en que se pretende convertir el gobierno. -Pero hombre, no seas ingenuo…me dice, si eso de registrar, grabar, controlar lo hacen desde hace mucho tiempo. Totalmente de acuerdo, lo hacen de una manera ilegal solo que ahora tendrán todo el derecho de hacerlo como en algún tiempo lo fue la esclavitud.

Nuevamente hago mías las palabras de mi hijo Guillermo cuando dice sentir estar en un país extraño, porque esto que vemos dice… No es México, México es mejor.

Con mis mejores deseos,

Enrique Chávez Maranto,
enrique.chm@gmail.com

2 comentarios:

  1. Interesante y preocupante tu artículo Alejandro.

    Es bueno que nos hagas reflexionar al leer tus agudos artículos.

    Gracias

    Un saludo fraternal y solidario

    http://modestoh.bitacoras.com

    ResponderBorrar
  2. Otra cosa:

    Y tomar conciencia... Es lo que me faltó decir, después de ello, acción con lo poco que podemos tener como sociedad civil dentro de la ley: Ejercer nuestro voto y manifestarnos en contra de algo que no estamos de acuerdo, como bien lo señalas en este artículo.

    Saludos

    ResponderBorrar

Todos los comentarios son muy bienvenidos ya sea que estés de acuerdo o no con el contenido del artículo. Si te los quedas nos impiden considerar tu punto de vista que es valioso. Puedes seleccionar la opción anónimo y solo si lo deseas firmar con tu nombre. ¡Mil gracias por colaborar! Enrique