domingo, 2 de agosto de 2009

Los tres cochinitos y el lobo feroz...

Pues que les cuento… al cabo de muchos, pero muchos, gritos de ¡Ahí viene el lobo! -que por cierto, nadie quiso escuchar- apareció el lobo rugiendo de hambre y gritando: - Cerditos, cerditoos, deliciosos cerditoooos… ¡os voy a comer!

Seguro recordarán la historia: el lobo sopló, sopló y sopló hasta acabar primero con la casita de paja; acto seguido su exdueño, el cerdito Flautista, se refugió en la casita de madera del cerdito Violinista que también resultó destruida por los soplidos del lobo; Flautista y Violinista huyen a duras penas a la casita de Práctico que el lobo intenta en vano tirar también a soplidos pero fracasa; entonces el lobo, intenta el plan “b”… ¡entrar por la chimenea! solo para caer en el caldero hirviente con la sopa de nabos. Pobre lobo, terminó con el “orgullo” escaldado y huyendo rumbo al lago para nunca regresar… y los cerditos más pequeños Flautista y Violinista, bien regañados por Práctico, el cerdito mayor, por haber sido tan perezosos y poner en peligro sus vidas…

Una bonita historia con un final feliz. Ojala que así terminaran todas… Pero no. La nuestra no acaba así. ¡Ahí viene el lobo! Gritaron los vigías, a la muchedumbre ciega que al voltear no miró nada… ¿Pues que esperaban? ¿Qué llegara el lobo al son de la marcha de Zacatecas? enarbolando sus pendones gritando ¡Aquí vengo yo, el lobo feroz, a comerme a todos ustedes deliciosos cerditos!

Pues se equivocaron de cabo a rabo, el lobo llegó agazapado, disfrazado de muchas formas, sopló, sopló y acabó con nuestra casita de paja. Solo que hay una pequeña gran diferencia respecto al cuento: no tenemos casita de ladrillos donde refugiarnos porque nuestros cerditos vecinos fueron, unos más, otros menos, igual de perezosos que nosotros y el grito fue ¡sálvese el que pueda!

Por el lado que lo vean ¡Puras malas noticias! Bueno no, no puras malas, perdón, me equivoco, mil disculpas. Perdió la selección de futbol estadounidense ¿Cuál, la “A”, la “B” o la “Z”? ¡No importa! los chaparritos verdes le metieron el quinto gol, que no es malo, a los güeros grandotototes. Marcador final a favor de México CINCO a CERO, nada más, ni nada menos… ¡goliza! pero ¿Ya con eso la hicimos? Humm… difícilmente.

Lo siento pero la realidad es que ya no hay de donde “jalar” ¡Noay, noay! diría aquel célebre personaje cómico de Héctor Suárez… ¿le recuerdan? El gobierno ya agotó su capacidad de maniobra, está acotado. La planta productiva va en caída libre y de la seguridad, ¡ni se diga!, cada vez con más balas, con más muertos, con más alias curiosos y de mal gusto ¡en fin!... De paja resultó la casita que construimos con mucho esfuerzo año tras año a base de aprender a administrar la abundancia, de alfileres, de familias incómodas, de políticos avariciosos por el poder y las prebendas, de corrupción a todos los niveles, de abstencionismo –por no decir de vale madrismo- y demás chunches por todos ustedes conocidas que, la verdad, da flojera reseñar. El chiste es que no hay más casita ni de paja, ni de madera, ni de ladrillos en que refugiarnos… ¡solo quedan los restos!

Sí, sí, ¡Ya lo sé! Algunos de ustedes me dirán ¡catastrofista, pesimista, ave de mal agüero, que la lengua se te haga chicharrón! ¿Qué acaso no escuchaste a los pregoneros del gobierno dicendo que ya tocamos fondo? Si seguro, como no, los escuché igualito como cuando el chiste del catarrito que resultó pulmonía… ¿Y ahora que nos queda? Primero, reconocer que estamos en verdaderos aprietos sin esconder la cabeza en un agujero como el avestruz pretendiendo que no pasa nada. Segundo, apretarnos el cinturón para adaptarnos a la nueva circunstancia: presupuesto, ¡Noay, noay! subsidios, ¡Noay, noay! empleo, ¡Noay, noay! Ventas, ¡Noay, noay! Tercero, construir una nueva casita entre todos. Solo que en esta ocasión que sea de piedra por favor.

¡Ah! Y les suplico que no olviden ver el partido de la selección el próximo día 12. Los muchachos nos dieron una primera lección de lo que se puede hacer cuando se trabaja en equipo, espero la segunda. México tiene opciones, Usted y Yo podemos ser parte de ellas.

Con mis mejores deseos,

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com

2 comentarios:

  1. Cierto es que "México tiene opciones, Usted y Yo podemos ser parte de ellas", en eso estoy completamente de acuerdo, solo falta tener la actitud correspondiente de empezar a involucrarnos en ello y no solo participar en las opciones. Tal vez recuerdes el atinado comentario del cerdito con la gallina en el caso de los huevos con jamon. ¿Tu participas o te involucras?

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  2. Estimado Anónimo, no recuerdo bien el comentario a que te refieres. Sin embargo asumir la actitud correcta con compromiso y convicción conduce necesariamente a participar e involucrarnos en la lucha por el cambio deseado. No tiene sustento participar y/o involucrase sin esas premisas. Cada cuál en su trinchera, cada cuál con sus formas. Ahora bien, si en "eso" estas de acuerdo, ¿en qué no? Saludos cordiales,

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