Con el cansancio de muchos kilómetros a cuestas, ese día olvidé la regla principal para el bien comer en la carretera: Aunque el restaurante sea modesto, si al frente hay muchos camiones estacionados… ¡Ese es el bueno! En cambio detuve el automóvil frente a uno que lucía atractivo. Un bonito anuncio, estacionamiento, terraza agradable para disfrutar la hermosa vista y meseros almidonados que iban y venían en el salón comedor.
-Mesero, por favor, el menú, que muero de hambre…
-Aquí no usamos menú… solo ofrecemos tacos azules, tacos amarillos y tacos tricolores… ¿De cuáles comerá el Señor?
-Oiga, pero es que a mi esos tacos me caen mal… ¿Me podrán preparar unos huevitos revueltos, con frijolitos y una enchiladita roja a un lado? Digo, nada complicado…
-Disculpe mi franqueza mi Señor, ¿Qué parte de la frase “solo hay tacos” no entiende?
Me espetó el muy ladino con una sonrisa burlona al tiempo que se alejaba…Fue cuando caí en cuenta de que la típica animación de los buenos restaurantes en ese lugar brillaba por su ausencia, solo se veían caras largas, caras de taco en los comensales… ¿Y el nombre del restaurante? ¡Adivinó!... “Cómo México no hay dos”
Entonces pensé que sería buena idea instalar uno de esos restaurantes modestos de los que si conocen del servicio y la atención al cliente. Pero no, no se pudo, los terrenos en muchos kilómetros a la redonda pertenecen hoy a los mismos dueños del restaurante ese, el de los tacos de colores…
La propuesta de las candidaturas independientes como una alternativa al limitado menú que ofrecen los partidos políticos es una idea sensata que permitiría filtrar a candidatos indeseables basados en dos principios: el auto financiamiento reembolsable y la rendición de cuentas.
Si usted, como ciudadano, tuviera que entrevistar a un candidato a un puesto de elección popular… ¿Le concedería puntos si no sabe transmitir sus ideas, sus proyectos, su honradez, ni obtener el compromiso efectivo de otros para sostener una campaña? Si el candidato no es competente para convencer, organizarse y obtener recursos para su campaña, ¿Merecería ser electo? ¿Haría bien su papel como presidente municipal por ejemplo? Yo creo que no. Candidato que no convenza, candidato que no podría obtener fondos para su campaña.
Si ya durante el proceso electoral el candidato no es capaz de registrar los donativos y llevar bien sus cuentas para que después de la elección, con transparencia, superar una auditoría y sean reembolsados los gastos a los donantes ¿Merecería ser electo? Yo creo que no. Debería ser requisito superar la auditoria de los gastos de campaña para entregar una constancia de mayoría. Gasto no comprobado, gasto no reembolsado, irregularidad detectada, acta no entregada.
¿Qué habría una competencia inequitativa con los candidatos de los partidos políticos porque estos ya cuentan con una “maquinaria” electoral? Para superar este escollo bastaría con sujetar a todos los candidatos a las mismas reglas, sin embargo tienen razón quienes piensan que no será nada sencillo para un candidato independiente remar contra la corriente. Pero eso será siempre preferible a la aplastante certeza de que habremos de seguir comiendo los mismos tacos de siempre. Como en las prisiones, donde te ofrecerán siempre el mismo pan duro, siempre el mismo estofado mal oliente y agusanado.
Instrumentar las candidaturas independientes no será tarea fácil. Para lograrlo se tiene que promover con firmeza el cambio basados en un modelo sencillo que permita refutar uno a uno los argumentos en contra. De otra forma la pregunta perpetua de nuestro carcelero será ¿Qué va a comer hoy el Señor? ¿Tacos o tacos?
Con mis mejores deseos,
Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
Twitter @enriquechm
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