Dicen que la curiosidad mató al gato.
En mi caso, no por ser gato pero si «perro» en época de las novatadas universitarias, la curiosidad me condujo encapuchado con la cabellera trasquilada y el orgullo herido, directo a una peluquería en la Plaza de San Jacinto en la Delegación Álvaro Obregón... ¿Cómo se lo arreglo? Dijo el fígaro con una sonrisa burlona… ¿A rape?
-¡Párenle, párenle que no somos de ingeniería!, estudiamos física en ciencias y allá no rapan… -¿Física? ¡Aquí también se enseña física! Contestaron los méndigos con las tijeras en mano y bueno, el resto de la historia, perdón del pelo, terminó en el piso de la peluquería.
Eso fue a principios de 1970, 60 años después de que Justo Sierra pronunciara su discurso en la inauguración de la Universidad Nacional de México. 25 años después de que le fue otorgada la autonomía, 20 años después de colocada la primera piedra de la actual Ciudad Universitaria, dos años después del movimiento del ’68 y a escasos seis meses del jueves 10 de junio.
Mis comienzos en la universidad fueron la época de los comités de huelga, de las interminables asambleas, de los encendidos discursos, del dolor y del resentimiento por los muertos, de las historias de horror, de las aclamaciones y los abucheos, de los desaparecidos, de los presos, de las pintas, del volanteo. Que muchos provincianos al principio poco entendíamos salvo que lo que ahí se gestaba era grande, algo que trascendería a todos nosotros. Y llegó el infausto 10 de junio, el jueves de corpus, el de los halcones, su violencia y nuestros muertos… y el tiempo empezó a transcurrir despacio, y la frustración a convertirse en silencio, en anécdota y hoy en olvido.
Pero no para todos. Pues hay muchos, muchísimos afirmo, que no han olvidado los logros de su historia. Ni tampoco el propósito que Justo Sierra expresó en su discurso inaugural:
"(…) nosotros decimos a los universitarios de hoy, la verdad se va definiendo, buscadla, enfatizando que (…) tenéis encomendada la realización de un ideal político y social que se resume así: democracia y libertad."
Así, soy un universitario orgullosamente egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México. Agradecido porque, plural como es, por ella conocí la diversidad que nos distingue como país. Porqué en sus aulas aprendí que la educación es oportunidad de grandeza. Porqué ahí recibí las bases para contribuir a un México mejor. Porqué cuando pude comprender que “POR MI RAZA HABLARÁ EL ESPÍRITU” entendí el real significado de expresar:
¡Viva México!
Con mis mejores deseos,
Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
Twitter @enriquechm
Las ideas son por los demás... así que en este espacio encontrarás las ideas que antes no lo eran por quedarse en la intimidad de mis temores. No serán buenas, ni malas, acaso ideas que lo serán por tí.
sábado, 18 de septiembre de 2010
2 comentarios:
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Mi querido Enrique, tocas una de las venas mas sensibles de mis sentimientos, mi orgullo puma. Soy miembro de la comunidad universitaria, desde 1964 (6404182) en la Escuela Nacional Preparatoria número 5 Maestro Gabino Barreda, en Coapa D.F., posteriormente en la Facultad de Derecho, 1967–1971; División de Estudios de Post-grado 1973-1974, especialidad en Ciencias Penales; profesor Asignatura A, de la Facultad de Derecho 1977 – 1982; Miembro del Instituto de Investigaciones Jurídicas 1979–1982. También desarrollé actividades deportivas, miembro de las fuerzas básicas del equipo de fut bol profesional Pumas Universidad, 1964–1965, Selecciones de Fut bol y Béisbol, Preparatoria número 5; Selección de béisbol Facultad de Derecho y selección de béisbol UNAM. Actualmente pertenezco a la Asociación de Ex alumno de la UNAM desde 1989. Como podrás ver, soy miembro activo de nuestra querida Universidad Nacional, a la que nunca podré dejar, curiosamente, el día de hoy, estoy en la Ciudad de México, entre otras cosas, por que a las seis de la tarde, asisto al concierto de música clásica de Chopin y Schumann en la hermosa Sala Nezahualcóyotl de nuestra querida Universidad, la cual por cierto, es de las mas bellas del mundo. Un saludo y perdona el espacio, pero me encantó que hablaras de nuestra alma Mater. Un fuerte abrazo y ¡Goya, Goya, Universidad!.
ResponderBorrarMuy linda nota que describe tus días en la Universidad, que son los días de muchos compatriotas tuyos.
ResponderBorrarCreo que gracias al mensaje y a las enseñanzas del "Maestro de América" muchos han sabido valorar la importancia de vivir en pluralidad y han sabido hacer de México un pais que merece ser vivido y que merece la lucha cotidiana por hacerlo cada vez más grande.
Justo Sierra le dió a los mexicanos y a Latinoamérica el ejemplo de lucha contra la dictadura ilustrada, una de sus frases dejan en claro su pensamiento: "México es un pueblo con hambre y sed. El hambre y la sed que tiene, no es de pan; México tiene hambre y sed de justicia"
Cada uno de los habitantes de mi México lindo y querido deben honrarlo y seguir con el camino que empezó, tengan o no pertenencia a la UNAM, porque la pertenencia más grande que tienen es hacia su país y como ejemplos de este grande de Campeche, tienen a montones.
Gentes que han dado todo por hacer de su México un pais justo y de cara al futuro, es tarea de cada uno de ustedes hacer que el camino siga su rumbo.
Un abrazo y muchísimas gracias por permitirme enriquecer con cada nota.