En el primer artículo de esta serie, “Conclusiones”, afirmé que para hacer quebrar a una empresa o a un país, basta con seguir una receta que incluye como ingrediente principal a la corrupción. Tema del comentario y la propuesta de hoy.
Para empezar, imagine que está en un vagón del metro a la hora pico, cansado y ansioso por llegar a su casa. En el primer tramo soporta estoicamente el apretujamiento porque mantiene la esperanza de salir al andén en cuanto llegue a la estación de su destino. Sin embargo al llegar a esta, los pasajeros que entran desordenadamente le impiden salir y esto mismo ocurre en otra y en otra estación… ¿Mantendría la calma?
No, Usted que siempre ha sido una persona respetuosa y de buenas maneras, seguramente perdería la calma. Le pregunto: ¿Por qué quienes se colocaron junto a la puerta pudieron salir y usted no? La respuesta es obvia: la mayoría porque lo hicieron a punta de codazos, empujones, sin respeto alguno por el resto de los pasajeros. Exactamente lo mismo que Usted tendría que hacer antes de llegar a la próxima estación si quiere llegar pronto a casa. Eso sí, ya en el andén regresaría a su conducta habitual de gente con valores, respetuosa y de buenas maneras.
Si fuera el caso de algún pasajero desesperado la solución sería sencilla pero no es así. Son muchos los pasajeros los que asumen esa conducta que no puede resolverse enseñando valores, buenas costumbres y respeto por los demás. Conducta que tampoco se puede solucionar separando a hombres de mujeres, ni con policías y garrotes. El problema es generalizado y requiere otro tipo de soluciones que atiendan la causa raíz como incrementar el número de vagones, abrir nuevas rutas, etcétera.
La corrupción es una conducta que se ha analizado siempre desde el punto de vista de la persona avariciosa, de las oportunidades que se le presentan para corromperse y de la impunidad que percibe. Y por medicina se ha prescrito el Control Basado en la Desconfianza (CBD) que como hemos visto en artículos anteriores tiene consecuencias nefastas para cualquier organización o país como es el caso de México.
Sin embargo la afirmación popular, «La corrupción somos todos», le concede a esta calamidad rango de fenómeno social con un alcance mucho mayor que satisfacer la avaricia de unos cuantos. Su propósito, afirmo, ha sido servir de válvula de alivio al resentimiento de la sociedad. De tal forma que cuando la válvula se activa libera el exceso de presión dentro de la olla para evitar la explosión que se produciría si llegara a fallar. Y esto, al margen del discurso, ha sido permitido por quienes han detentado el poder.
La corrupción es en síntesis, el camino de los codazos y empujones, sin respeto por la Ley, de aquellos que se preguntan ¿Por qué ellos sí pueden llegar al andén y yo no? De aquellos que asumen como norma de conducta la frase “El que no tranza, no avanza”. Y el sistema lo permite para mantener en muchos la esperanza de salir del vagón e impedir así que explote la olla de presión donde se cocinan inequidad, injusticia, carencia de oportunidades de desarrollo, impunidad y falta de reconocimiento a las competencias y al comportamiento ético del ciudadano, entre otros muchos ingredientes.
La propuesta es muy sencilla: Sustituir los ingredientes por equidad, justicia, oportunidades de desarrollo, castigo ejemplar a los corruptos, evaluación del desempeño con base en resultados, premio a la competencia y al comportamiento ético, y sobre todo integridad y un comportamiento ejemplar del liderazgo. Si, ya lo sé, no me digan… ¡Sueños guajiros!
Sin embargo nada es imposible, el cielo o el infierno lo construimos nosotros. El tema de las propuestas aún no se agota, continuarán en la siguiente columna.
Si desean mayor información pueden consultar los siguientes artículos: El Petate del Muerto, marzo de 2007; ¿Corrupto Yo?, mayo de 2005; Legisladores, ¿Corruptos o delincuentes?, marzo de 2010.
Con mis mejores deseos,
Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
Twitter @enriquechm
Las ideas son por los demás... así que en este espacio encontrarás las ideas que antes no lo eran por quedarse en la intimidad de mis temores. No serán buenas, ni malas, acaso ideas que lo serán por tí.
sábado, 4 de septiembre de 2010
4 comentarios:
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Sr Enrique Chavez siempre puntual con sus comentarios. es un gusto leerle, cuanta razon, aveces la condiciòn del alacran cambia la nuestra. Un abrazo.
ResponderBorrarMi estimado Enrique, por supuesto que tus deseos son un sueño guajiro, siempre y cuando permanezcamos en la comodidad de nuestro sillón preferido, viendo como los políticos, a los que les corresponde hacer las leyes necesaria para mejorar nuestro entorno, se dedican a pelear por nimiedades, nosotros ¿que podemos hacer?, nos preguntamos, yo diría que mucho, en primer lugar, votar por los candidatos ciudadanos, que realmente se preocupen por su comunidad y no solo por el acceso al poder, organizando a la sociedad civil, para que proteste por el mal funcionamiento de nuestros sistemas legislativo y judicial, ya en la capital del país existen varias organizaciones que protestan por ello, y aunque no han logrado mucho, esta lucha, es como una escalera de diez peldaños, y hay que empezar por el primero y luego el segundo, y así, sucesivamente, hasta llegar a la cima, yo insisto, por que otros países lo logran y nosotros no, la respuesta es obvia, por que hay grupos, a los que no les conviene ese cambio, bueno, hay que destruirlos, como el mar, que a tanto golpear la roca, hace una hermosa playa, saludos y felicidades. Jorge Ramírez.
ResponderBorrar"Cuando no pasa nada..Pues todo puede suceder"; el hombre por naturaleza es competitivo,quiere ganar siempre, aun que para lograrlo tenga que hacer lo que tenga que hacer; robar, matar, abusar de los demas , mentir etc etc
ResponderBorraretc etc incluye los 7 pecados capitales sin embargo la conducto humana puede cambiar solo por una razon : " POR MIEDO "
En eso se basan todas las religiones... inventan infiernos y demas diablos para tratar de modificar la conducto humana que por naturaleza es medio perversa y bueno en principio funciono... en el caso de Mexico pues como bien dices Enriquito el sist.judicial no funciona y pues si robas, matas, secuestras y demas chuladas humanas dificilmente pagas las consecuencias. la impunidad esta por arriba del 90 % en nuestro pais..asi cual miedo ... saludos
Ja ja, efectivamente en México los pillos que importan, los que verdaderamente le hacen daño al país, a esos les vale.
ResponderBorrarComo dices: NO TIENEN MIEDO dada la garantía de impunidad que antes y ahora, desde las posiciones de poder, se han procurado.
Pero -siempre hay un pero- no se vale generalizar. Existe gente buena, -escasa, pero existe- integra, que actúa procurando el bien común por convicción.
También estoy convencido que se puede ser competitivo y gente buena a la vez, aplicando fórmulas de "ganar ganar" no "competitivos" que procuran el "Todos ponen"... ¡para ellos!
Lo que también es cierto es que la maldad y la bondad forman parte del Ser humano, el problema está cuando se mantiene uno de un solo lado. En los extremos de la bondad (creación de valor para los demás a costa del propio) y de la maldad (creación de valor para sí a costa de los demás) efectivamente prevalece el miedo.
Un abrazo