¡A Web.Com!

Los científicos estadounidenses de la Agencia de Investigación Avanzada  de Proyectos (ARPA) jamás imaginaron la tremolina que se armaría escasos 50 años después de interconectaron el primer par de computadoras.

Muchas cosas han cambiado. No más tarjetas de navidad y si muchos perros tristes por los carteros convertidos en invisibles bits y bytes del email que ellos, los perros, no pueden perseguir… Bibliotecarios aburridos y estantería polvosa repleta de libros cada vez más amarillentos si acaso consultados por la nostalgia del murmullo de las salas de lectura, ahora poco menos que vacías. ¿Para qué leer libros viejos? Se preguntan 410 millones de usuarios de todas las nacionalidades cuando con unos cuantos “clicks” consultan en la Internet, por cierto gratis, la Wikipedia, una enciclopedia muchísimo más grande que la vetusta Britannica.

Otro caso por ejemplo, las protestas sociales antaño coordinadas en reuniones clandestinas de sudorosos conspiradores reunidos al amparo de la oscuridad de la noche en habitaciones ignotas en medio del humo del cigarro… Hoy, cientos de activistas que en muchos casos ni se conocen, con su Ipad –la “Lap” ya pasó de moda- o su teléfono inteligente conectado a una red social acuerdan en pijama y pantuflas desde la comodidad de su casa o mejor aún, desde el “antro” echándose unas chelas escuchando la música de Rihanna, Adele o Flo rida... Y ni que decir del repicar de las campanas para llamar a la lucha, eso ya se acabó. Para eso y para más tenemos twitter y Facebook…

La forma de interactuar de la generación actual cambió radicalmente y es global. Lo que en los sesenta era acaso un sueño ahora es hecho consumado. La Internet llega a todos lados y se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza que los gobiernos que buscan controlar a toda costa. Aun aquellos que presumían de democracia y libertades civiles. Por eso fue el borlote de la semana pasada.

Justo el miércoles 18 de enero, día histórico en el acelerado proceso de cambio de la sociedad, en protesta por el intento de controlar Internet, la versión inglesa de Wikipedia se auto impuso unapagón de 24 horas, apoyado por miles de empresas y millones de usuarios, que provocó que las iniciativas de ley diseñadas para controlar la red perdieran mucho de su apoyo. No obstante, la moneda aún está en el aire, la decisión final se dará en los próximos días en el congreso estadounidense quien, si bien es cierto debe proteger los derechos de autor y terminar con la piratería, haría bien en asegurarse que no sea atentando contra la libertad y la búsqueda del bien común que provee el conocimiento disponible a todo el mundo, sin distingos, a través de la Internet.

Pero el asunto no terminó ahí. El jueves, justificada o injustificadamente, por casualidad o por reacción a la protesta, el FBI clausuró el sitio web Megaupload, metió a la cárcel a sus ejecutivos y sorprendentemente desató una guerra inédita: la Guerra Mundial del Web (World War Web) donde el colectivo de hackers Anonymous respondió a la “toma” de Megaupload contra atacando con éxito los sitios web del Departamento de Justicia Americano, del FBI y de empresas que apoyan las iniciativas de ley en diversos países del mundo. Ante eso, el FBI pretendió minimizar los efectos declarando que no se había comprometido la seguridad de su información pero eso fue rápidamente desmentido cuando los hackers publicaron datos personales delDirector, Robert Mueller y su familia. ¡Uoops! Debió doler.

El hecho inédito que la define como un nuevo tipo de guerra, es que en esta no se combate con rifles, ni cañones. Se combate con inteligencia y conocimientos sobre los que no tienen derechos de autor ni derechos exclusivos las hegemonías.

Y ¡a web.com! que tienen miedo.

Reciban un cariñoso abrazo,

Enrique Chávez Maranto

enrique.chm@gmail.com

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