domingo, 12 de febrero de 2012

Avaricia


“Oculta tras el velo de la ignorancia, la avaricia destruirá sin remordimiento al tesoro más valioso…”

Machu Picchu, Cuzco, Tulum, Chichén Itzá, Palenque, Bonampak, El Tajín, Tenochtitlan…  Vestigios que solo el paso de los siglos nos permite vislumbrar apenas la grandeza y sabiduría de sus constructores. Maravillosas culturas que la insaciable sed de oro del conquistador, oculta tras el pretexto de su fe, destruyó.

Bastó un puñado de aventureros sin más blasón que el acero de Toledo en la mano y la perfidia, para inocular el virus mortal a un organismo que no tenía defensas para tal enfermedad. Y así sus ciudades se redujeron a escombros, sus calles otrora limpias en muladares, los palacios en pocilgas, sus dueños en sirvientes, esclavos del encomendero sin la mayor dignidad ni esperanza. Y su mayor tesoro, el conocimiento, en cenizas pues al ignorante le fue más fácil destruir lo desconocido que intentar siquiera comprenderlo.

Han pasado 490 años desde el 13 de agosto de 1521, fecha de la caída de la Gran Tenochtitlán y desde entonces el saqueo de nuestro país continúa. Antes, los barcos de la flota española cargados de oro. Ahora, vía las transferencias electrónicas de utilidades.

Veamos, España fue el segundo inversionista en México en el periodo 1999-2009 solo después de los Estados Unidos, en 2009 el quinto a escala mundial y el segundo de entre los países de la Unión Europea. Nos venden más de lo que les compramos y la verdad sea dicha están más que contentos.

Y para muestra un par de botones, los grupos Financiero BBVA-Bancomer y Santander tuvieron un buen, ¡que digo! excelente año de 2011. ¡Viva México! dijeron sus ejecutivos y ¡cómo no!, si somos su negocio más rentable cobrando altos intereses y pagando muy escasos rendimientos por los depósitos. Baste decir que las utilidades del primero superaron a las del grupo en España y las del segundo, en todo Latinoamérica fueron superiores a las que tuvo en su país de origen.

Pero no tiene la culpa el indio, si no el que lo hace compadre. Ellos simplemente han aprovechado lo que se les ha permitido. Buenas son la inversión extranjera, la asociación del gobierno con la iniciativa privada y la participación de la banca extranjera pues no vivimos aislados.

Lo que no debe volver a permitirse es la inequidad y la depredación del país por un entreguismo absurdo. El patéticocaso de Islandia es una muestra extrema de lo que puede hacer la desregulación, la avaricia y la manga ancha.

Quien en todo caso debe decir ¡Viva México! es nuestro pueblo, no ejecutivos de corporaciones extranjeras.

¡Viva México!

Reciban un cariñoso abrazo,

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
twitter.com/enriquechm

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