“Oculta
tras el velo de la ignorancia, la avaricia destruirá sin remordimiento al
tesoro más valioso…”
Machu Picchu, Cuzco, Tulum, Chichén
Itzá, Palenque, Bonampak, El Tajín, Tenochtitlan… Vestigios que solo el paso de los siglos nos
permite vislumbrar apenas la grandeza y sabiduría de sus constructores.
Maravillosas culturas que la insaciable sed de oro del conquistador, oculta
tras el pretexto de su fe, destruyó.
Bastó un puñado de aventureros sin más
blasón que el acero de Toledo en la mano y la perfidia, para inocular el virus
mortal a un organismo que no tenía defensas para tal enfermedad. Y así sus
ciudades se redujeron a escombros, sus calles otrora limpias en muladares, los
palacios en pocilgas, sus dueños en sirvientes, esclavos del encomendero sin la
mayor dignidad ni esperanza. Y su mayor tesoro, el conocimiento, en cenizas
pues al ignorante le fue más fácil destruir lo desconocido que intentar
siquiera comprenderlo.
Han pasado 490 años desde el 13 de
agosto de 1521, fecha de la caída de la Gran Tenochtitlán y desde entonces el
saqueo de nuestro país continúa. Antes, los barcos de la flota española
cargados de oro. Ahora, vía las transferencias electrónicas de utilidades.
Veamos, España fue el segundo inversionista en México en el periodo 1999-2009 solo después de los Estados
Unidos, en 2009 el quinto a escala mundial y el segundo de entre los países de
la Unión Europea. Nos venden más de lo que les compramos y la verdad sea dicha
están más que contentos.
Y para muestra un par de botones, los
grupos Financiero BBVA-Bancomer y Santander tuvieron un buen, ¡que digo!
excelente año de 2011. ¡Viva México! dijeron sus ejecutivos y ¡cómo no!, si
somos su negocio más rentable cobrando altos intereses y pagando muy escasos rendimientos por los depósitos. Baste decir que las utilidades del primero
superaron a las del grupo en España y las del segundo, en todo Latinoamérica
fueron superiores a las que tuvo en su país de origen.
Pero no tiene la culpa el indio, si no
el que lo hace compadre. Ellos simplemente han aprovechado lo que se les ha
permitido. Buenas son la inversión extranjera, la asociación del gobierno con
la iniciativa privada y la participación de la banca extranjera pues no vivimos
aislados.
Lo que no debe volver a permitirse es
la inequidad y la depredación del país por un entreguismo absurdo. El patéticocaso de Islandia es una muestra extrema de lo que puede hacer la desregulación, la avaricia y la manga ancha.
Quien en todo caso debe decir ¡Viva
México! es nuestro pueblo, no ejecutivos de corporaciones extranjeras.
¡Viva México!
Reciban un cariñoso abrazo,
Enrique
Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
twitter.com/enriquechm
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Todos los comentarios son muy bienvenidos ya sea que estés de acuerdo o no con el contenido del artículo. Si te los quedas nos impiden considerar tu punto de vista que es valioso. Puedes seleccionar la opción anónimo y solo si lo deseas firmar con tu nombre. ¡Mil gracias por colaborar! Enrique