domingo, 21 de octubre de 2012

Vacaciones en Cancún


La complejidad de la vida moderna plantea el reto de elegir correcta y rápidamente entre una diversidad de alternativas cada vez mayor, sin embargo la calidad en la toma de decisiones es cada vez menor por lo que al final del día nos encontramos insatisfechos, a disgusto o francamente arrepentidos. Veamos la siguiente historia:

Después de una  temporada de arduo trabajo Rodolfo, un joven ejecutivo de una empresa muy demandante, piensa en lo bien que le sentarían unas vacaciones. De mejor humor, alentado tan solo con la posibilidad de un viaje, plantea la idea a María, su esposa, quien de inmediato se imagina en las playas de Cancún disfrutando del esplendido Hotel Spa que está de moda o por lo menos, el tradicional viaje a Acapulco donde se hospedarían en el mejor hotel del puerto como han acostumbrado en los últimos años.

Rodolfo escucha aterrado los planes de su esposa pues si bien es cierto que  necesita descansar, su nivel de gastos y el escaso ahorro no alcanzarían para ninguno de esos destinos. Sus finanzas, en todo caso, cubrirían sólo una semana en un destino eco-turístico bellísimo donde los niños podrían divertirse, su esposa hacer las travesías por el campo que tanto le gustan; él alejarse del tráfico, del caos citadino y del estrés y finalmente todos disfrutar de la mutua compañía que la ciudad tanto restringe.

Pero su idea no se parece en nada a la propuesta de María, sin embargo no desea contradecirla pues negar sus deseos significaría una seria discusión, ya que le había prometido que las próximas vacaciones serían… “a donde ella quisiera”.

Ya sin el buen humor de antes, hace sus cuentas y concluye que podría cumplir el deseo de su esposa tomando el escaso ahorro, saturando la tarjeta de crédito y aguantar, no le quedaría de otra, pagando el “mínimo” hasta el bono que piensa obtendrá a final del año así que con una alegría fingida le dice a María… “vamos a donde tu decidas mi amor”…

La anterior es la patética historia que se repite una y otra vez, en distintas modalidades, cuando hemos de tomar una descisión. En el 99 por ciento de los casos las decisiones no tienen mayor propósito que optar por uno u otro camino hacia la misma meta sin mayores consecuencias. Sin embargo, en el restante uno por ciento, optar por una u otra ruta sí importa pues el destino final de cada una nos ubicará en situaciones distintas. Así, ante la duda sería conveniente contar hasta diez antes de elegir y en el ínterin considerar las lecciones del caso de Rodolfo.

Él tenía muy clara su necesidad: descansar, sin embargo las alternativas incluían los deseos de su pareja y eligió satisfacerlos por temor al enfrentamiento en contra del bienestar familiar ya que su decisión implicó disponer de sus ahorros y comprometer ingresos que ciertamente no estaba seguro de obtener. El resultado fue que regresó de sus “vacaciones” más estresado y endeudado que nunca pues no dejó de pensar, cada vez que firmaba un pagaré de la tarjeta, lo a gusto que hubiera estado en aquel paraíso que prometía descanso en lugar de sufrimiento cada vez que estampaba su firma…

En síntesis Rodolfo supo lo que necesitaba, pero cometió los cuatro pecados capitales que aseguran la infelicidad: no distinguió entre deseos y necesidades; se dejó llevar por el temor; fue un necio pues antes de crear valor para todos, destruyó el valor de los demás y el propio, y finalmente no enfrentó con la actitud adecuada las implicaciones de su elección.

Solo me resta decir que no añoren aquello que no tuvieron el carácter de elegir, ni se arrepientan del camino que tomaron. En todo caso, aprovechen la experiencia.

A propósito ¿A qué conclusión llegarían en el caso de México y la necesidad de la reforma laboral?

Reciban un afectuoso abrazo,

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
twitter.com/enriquechm

6 comentarios:

  1. Muy buen artículo Enrique, me da gusto leerte. Un abrazo

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  2. MAESTRO
    Gracias por tu articulo, reflexione antes de tomar la desicion para hacer gastos innecesarios en esta ocasion; ya vendran tiempos mejores.
    Respecto a la reforma laboral, si es para beneficiar a la gran mayoría de la clase trabajadora BIENVENIDA y si no? que la mejoren y la apliquen como experiencia a los diputados y senadores.
    SALUDOS DE PEPE.

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    1. Pepe,

      Mil gracias por el trato inmerecido. Efectivamente, sería una excelente medida aplicar a los diputados y a los senadores aquello de "Que con la vara que mides, serás medido"

      ¡Un abrazo!

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  3. ¡Hola! bien por tu artículo, me gustó y me quedo con todo, sin responder tu pregunta.

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    1. Es una pregunta para motivar a la reflexión. Solo por poner un ejemplo, muchas de las decisiones a propósito de la reforma laboral están basadas por el miedo y el temor al enfrentamiento.

      ¡Gracia por tu comentario!

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