domingo, 11 de marzo de 2007

Sobre un juicio sin testigos - La polémica sobre el aborto...

¿Tenemos todos los elementos para juzgar?

En la búsqueda de respuestas a nuestras interrogantes es más fácil ignorar que buscar la verdad; es más fácil aceptar lo que otros afirman, sea esto correcto o no; es más fácil privilegiar la forma y la estructura antes que el propósito y el concepto.

Dicho de otra manera tememos al esfuerzo que significa la búsqueda de nuestra verdad; tememos a no ser aceptados por nuestra comunidad; tememos a confiar en nuestros sentimientos en un mundo racional; tememos a simplemente equivocarnos y asumir con plena responsabilidad las consecuencias de nuestros errores.

Así la polémica sobre el aborto, entendida como la búsqueda de la respuesta al “aborto no, o si y bajo que circunstancias”, se enmarca en el contexto de una sociedad temerosa a equivocarse a la luz de los paradigmas que correctos o no nuestra cultura privilegia. Se enmarca en el contexto de una sociedad que prefiere aceptar el dogma e ignorar los hechos antes que realizar un esfuerzo real que alejado de todo prejuicio nos conduzca a la búsqueda de nuestra verdad.

Quienes con todo derecho deberían asumir el papel protagónico en la polémica son todas aquellas mujeres que en algún momento de su vida, por cualquier causa, experimentaron un aborto y sus consecuencias. Sin embargo dudo mucho, que a la luz del justificado temor al rechazo social, estén dispuestas a rendir testimonio.

Por otro lado persistirá siempre el hecho insoslayable de que un hipotético aborto hubiera cancelado el proceso que me permite hoy brindar mi opinión sobre el tema y a usted amigo lector, considerarla.

¿Cuando podemos considerar que ya existe un Ser Humano? ¿un día después del embarazo? ¿una semana después? ¿cuándo? Jamás estaremos en condiciones de responder con toda certeza a estas y muchas otras preguntas. Lo único que podemos afirmar es que el aborto cancela definitivamente el proceso que nos ha permitido a Ud. y a TODOS nosotros compartir esta lectura.

Sin embargo no podemos emitir opinión ni para bien ni para mal ante el hecho de un aborto y mucho menos legislar sobre lo que difícilmente conocemos en todos sus aspectos, nos harían falta los testigos principales del juicio: las mujeres que han experimentado el aborto y que sobrevivieron, las que lo experimentaron y murieron en el transcurso y todos aquellos que pudiendo ser no fueron....

La sociedad entera se debería de avocar a coadyuvar al desarrollo de la conciencia plena del significado de la sexualidad en nuestra juventud y en los adultos en pro de la prevención de los embarazos no deseados y nuestros legisladores a promover el castigo ejemplar y expedito a los violadores antes que pensar en castigar aún más a las víctimas.

Realmente es para Ripley: ¡ Un juicio sin testigos con un jurado de hombres en su inmensa mayoría castigando a mujeres víctimas de los propios hombres !.

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