sábado, 10 de marzo de 2007

La importancia de la visión compartida

Las decisiones que tomamos son el punto de partida para la creación o destrucción de valor en alguno de los eslabones de las cadenas de valor en las que participamos, en la familia, en el trabajo, en nuestra comunidad, así podemos:

1. Crear valor para alguien más a costa de nuestro propio valor.
2. Crear valor solo para nosotros, a costa del valor de otros.
3. Destruir nuestro valor y también destruir el de los demás.
4. Crear valor para nosotros y también para los demás.

Lo ideal es, que el valor creado a lo largo de una cadena se distribuya equitativamente entre todos los eslabones que la conforman, para que cada uno de ellos pueda entregar en forma sostenida los productos que requiere el siguiente eslabón y así la cadena permanezca.

Cuando el valor no se distribuye en forma equitativa, solo algunos de los eslabones se fortalecen en tanto que el resto se debilita hasta romperse y con ellos la cadena completa.

Es decir, si las decisiones solo favorecen a nuestro eslabón, a costa de la fortaleza de otros, al final del día, más tarde ó más temprano, todos sufriremos las consecuencias.

Es cotidiano observar como, conciente o inconcientemente, nos convertimos en víctimas o victimarios, de quienes nos provee o de quienes nosotros proveemos; sin considerar que en el tiempo, igual seremos nuestras propias víctimas o victimarios. Padres de hijos; hijos de padres; esposos de esposas; esposas de esposos.

Nosotros, de nosotros mismos lo que conduce a la muerte por inanición en la soledad.

¿Cómo lograr la equidad en la distribución del valor creado y fortalecer a todos por igual? Un camino es promover una visión compartida por todos los que participan en la cadena de forma tal que la percepción de valor pueda ser homologada.

Si esa visión de conjunto no se logra, habría entonces que cuestionarse si es ahí donde realmente deseamos estar o que debe cambiar en nosotros si nos interesa permanecer en la cadena.

¿Cuántos de nosotros pensamos que nuestro producto es el que nuestro cliente desea sin haberle consultado antes? ¿Cuántos padres hemos visionado un futuro para nuestros hijos que ellos no comparten?

¿Cuántos?

Saludos cordiales,

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
http://ramari.blogspot.com

1 comentario:

Todos los comentarios son muy bienvenidos ya sea que estés de acuerdo o no con el contenido del artículo. Si te los quedas nos impiden considerar tu punto de vista que es valioso. Puedes seleccionar la opción anónimo y solo si lo deseas firmar con tu nombre. ¡Mil gracias por colaborar! Enrique