sábado, 21 de abril de 2007

Se les olvido poner la otra mejilla...




Evangelio según San Mateo, capítulo 5, 39-48

[39] Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra: [40] al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; [41] y al que te obligue a andar una milla vete con él dos. [42] A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda. [43] «Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. [44] Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, [45] para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. [46] Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? [47] Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? [48] Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial.


He de confesar que nunca he leído formalmente la Biblia, que tampoco soy un Católico practicante pero que salvo alguna irreverencia como la de mi artículo sobre Adán y Eva; siempre ha guardado un profundo respeto a la Iglesia Católica y a todas las religiones del mundo de las que estoy convencido tienen un tronco común al margen de la formas.

Aclarado lo anterior, les comento que de la instrucción religiosa que recibí de niño recuerdo muy particularmente lo que está escrito en el Evangelio según San Mateo que para pronta referencia anoté al inicio de este comentario.

Esa enseñanza me vino a la mente en cuanto leí la siguiente noticia:



Notimex
El Universal
Ciudad de México
Viernes 20 de abril de 2007

14:47 La Arquidiócesis Primada de México y el Colegio de Abogados Católicos anunciaron que presentarán una demanda civil contra el diputado local Víctor Hugo Círigo por un millón de dólares, por las declaraciones hechas contra el sacerdote Hugo Valdemar Romero.


¡No puede ser!

El debate sobre el aborto, correcto o incorrecto, debido o indebido, necesario o nó, ya no lo es más, quien promueve ese tipo de acciones en la Arquidiócesis con el debido respeto, no tiene idea de lo que es la Palabra de Dios expresada en la Biblia.

¿A qué la han reducido?



Enrique Chávez Maranto



enrique.chm@gmail.com

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