domingo, 16 de marzo de 2008

Amanecer petrolero...

Son las 6 de la mañana del lunes 6 de octubre de 1958 cuando, como todos los días, el imponente sonido de la sirena anuncia al pueblo el inicio de una nueva jornada de trabajo al mismo tiempo que sale al aire el programa el “Amanecer Petrolero” con la frase que aún resuena en mis oídos… “XEPR, transmitiendo desde Poza Rica, la capital petrolera de México…”

Nadie imagina que al caer la noche, caerán igual muchos trabajadores petroleros ametrallados desde los altos del edificio de la Sección 30 del sindicato cuando protesten contra la corrupción, el fraude electoral y el cacicazgo sindical… Ni el tocar desesperado en la puerta de mi casa de quienes buscaban refugio de la muerte, tampoco que días más tarde, en el Boulevard, un niño de la mano de su tía miraría pasar, sin comprender entonces, la imponente marcha del silencio de miles de trabajadores acompañando a féretros vacíos pues de los muertos de aquella noche no quedó ni rastro… eran los tiempos de Jaime J. Merino y de Pedro Vivanco…

El tiempo sigue y años después en mi adolescencia suena como siempre el amable despertador de la sirena pero hoy es diferente, ¡es el 18! cuando marchamos juntos los trabajadores, los estudiantes, los soldados, los viejos y los jóvenes, para celebrar al redoble de los tambores de las bandas de guerra y el sonido de las cornetas un año más de la expropiación petrolera… hoy es el día de vestir el uniforme de gala para el desfile cuya parafernalia diluye aun más lo que ya muchos olvidamos... pero que regresa de golpe un día de febrero de 1981 cuando encuentro entre papeles amarillentos, que de viejos se desbaratan, un telegrama dirigido a mi Papá con fecha 8 de abril de 1941 tan solo tres años después de la expropiación que dice “Extrañadísimos silencio acontecimientos petroleros esa región ocupación campos tropas Federales y huelga anunciada exitámoslos cumplir deber enviando esta vía informaciones hechos palpitantes urgentísimo, LA PRENSA”…

Y más delante un ejemplar del libro de Bruno Traven, “La Rosa Blanca”, obra tantos años censurada, que en 1929 describía la ambición y los atropellos de las empresas petroleras en aquel entonces…

¡Ya no escribas más sobre el tema del petróleo, mira que ni quien te haga caso y si sigues vas a terminar metido en “camisa de once varas”!… y a quien esto aconsejaba le concedí toda la razón para mis adentros: tanta ignorancia, necedad, cerrazón, dogma y fundamentalistas; tantos intereses creados y creándose; tantas comparaciones a modo, de peras con manzanas, con mentiras, verdades a medias o completas pero dichas fuera de contexto para convencer lo que les conviene; tanto chisme de que si el funcionario se reunió en lo oscurito con fulano y con sutano… que si esto, que si lo otro… sin un auténtico debate de cara a la sociedad a la que lo único que dan es publicidad, eso sí ¡bien hecha! pero para manipular y no para informar…

Pero como dice el dicho, más tarda en caer un hablador que un cojo y otra vez la burra al trigo, hablando de lo mismo… ¿Porqué? Por qué sin darme cuenta, enfrascado en el trajín cotidiano, me comprometí a dejar de lado el tema sin recordar que estaba por llegar el 18, sí ¡el 18!

Pero ahora será sin traje de gala, ni redoble de tambor, ni entusiasmo, para celebrar si acaso, lo que no hemos hecho en 70 años desde la expropiación petrolera…trabajar realmente por el bien de México como bien dijo un 27 de septiembre de 1960 el entonces Presidente Adolfo López Mateos “Sin Merinos, ni ladrones”.

Así entendí que tenía que escribir una vez más pero ya no la crítica, ni la propuesta, si no aquello que llevo en las entrañas desde que tengo memoria…

Con mis mejores deseos…

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com

2 comentarios:

  1. Es un Mexico distinto el de hoy, es un proceso de cambio que se ha venido gestando y que aun no termina. Es evidente que aun queda mucho por hacer; afortunadamente ya son pocos los dinusaurios del viejo sistema que aun viven, pero por lo pronto creo que no es momento que regrese al poder el mismo Partido que tanto daño nos hizo, es solo cuestion de no olvidar

    creo que narrar y no olvidar los hechos sirven para que no se vuelvan a repetir

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  2. Así es no hay que olvidar la historia para no repetirla solo que en el caso de Pemex las cosas no han cambiado; han cambiado los "dueños"

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