La historia del Presidente de Corea del Sur que comenté en la entrega anterior pretendió comunicar que sin los consensos necesarios, los modelos aplicados en la experiencia personal de los estadistas difícilmente pueden aplicarse a los asuntos de la nación por más exitosos que estos hayan sido. Y menos aún cuando la naturaleza de esos modelos está muy alejada de la identidad que solo corresponde al pueblo elegir. El mandatario siempre pugnará por conducir a su país por el camino que él juzga correcto; no obstante, debe estar al mismo tiempo conciente de que en la decisión final deben prevalecer los consensos sobre cualquiera otra consideración.
México vive en los debates sobre las iniciativas del Presidente Calderón respecto de Petróleos Mexicanos una experiencia inédita que debe aprovecharse como palanca para definir un proyecto de nación que sume las voluntades.
En los debates los consensos, paulatinamente, han tomado forma en la mente de todos los participantes al margen de su orientación política; el primero de ellos, fue la conciencia generalizada de que, más allá de los “comos”, el estado actual de las cosas no puede permanecer, que obligadamente “algo bueno” debía salir de todo esto. Después –segundo consenso- que si el contenido de las iniciativas omite aspectos fundamentales de la problemática de PEMEX, menos aun acredita el título de “reforma energética” de forma tal que al día de hoy, ya prácticamente nadie se refiere a ella en esos términos.
La siguiente etapa consistió –tercer consenso- en evidenciar que las principales empresas del sector energético operan sin coordinación en ausencia de una política energética. Política que –cuarto consenso- debería considerar un mundo futuro post petrolero y la inclusión de las fuentes de energías renovables o alternativas en el balance energético nacional.
También ha quedado más que claro –quinto consenso- que deben concurrir tres reformas fundamentales: la fiscal para incrementar los ingresos del estado y reducir la dependencia de las acciones de gobierno de los recursos petroleros; la hacendaria para la distribución de los recursos públicos de acuerdo a las prioridades nacionales; y una más, derivada de una política que también se percibe ausente, para incentivar a otros sectores de la economía nacional.
En el debate sobre “Tecnología e investigación científica en el campo petrolero” la argumentación fue más allá del tema del petróleo. Ahí se cuestionaron seriamente las barreras que enfrenta la cadena de valor del conocimiento científico y –sexto consenso- la necesidad de evitar la fuga de cerebros, asimilar la transferencia de tecnología e incursionar en nichos –que existen- a través del desarrollo científico y tecnológico con la participación de la iniciativa privada y políticas públicas apropiadas.
En ese mismo foro, a partir de la pregunta de uno de los más reconocidos científicos mexicanos el Dr. Nicolas Domínguez Vergara… ¿Qué clase de país queremos en 15 años? Sorprendentemente, de los senadores y diputados de todos los partidos ahí presentes, ninguno defendió posturas partidistas y en cambio todos estuvieron de acuerdo en la ausencia de una visión compartida del país. Visión compartida absolutamente indispensable para construir el México que anhelamos.
Así el debate de las iniciativas ya puede calificarse con toda propiedad de histórico, pues ha abonado la conciencia de todos los participantes en la urgencia de desahogar una agenda nacional de la que ya nadie puede disentir.
Habrá quien considere que no nos será posible superar los antagonismos, ni los intereses de grupo, que todo esto ha sido un circo y un montaje. Puede ser, ahora sin embargo, a muchos nos queda claro que el camino no puede ser más la descalificación, el agravio, la búsqueda de culpables y el asumirnos como víctimas de los paradigmas hasta ahora vigentes.
La lista de asuntos pendientes está más que clara ¿Quién dice yo?
No podemos perder la esperanza.
Con mis mejores deseos,
Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
Las ideas son por los demás... así que en este espacio encontrarás las ideas que antes no lo eran por quedarse en la intimidad de mis temores. No serán buenas, ni malas, acaso ideas que lo serán por tí.
domingo, 6 de julio de 2008
4 comentarios:
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Como siempre muy bien!
ResponderBorrarEnrique, tu artículo cuida mucho las tendencias, eso me agrada; se centra en lo importante del debate y su objetivo. Muy bien Enrique, gracias por tu aportación porque tu objetivo es "concientizar", y/o depertar un poco el letargo en que a veces nos encontramos.
Me gustó. Felicidades!
Modesto, Mil gracias, justo esa es la idea.
ResponderBorrarSaludos
Gracias por resumir en una forma tan clara algunos de los acuerdos del debate. Confieso que hace ya mucho tiempo que dejé de tener confianza en la clase política de nuestro país. Es bueno conocer la otra cara.
ResponderBorrarShowmbly: Son consensos, que no acuerdos. Es decir, en el discurso de los políticos muestran coincidencias pero de eso a un acuerdo en firme, dista mucho. Por eso el título y la imagen del artículo. Hay esperanza por los consensos observados y ruego por que finalmente aterricen...
ResponderBorrarEnrique