El siguiente artículo lo escribí en septiembre de 1995 a propósito de las Fiestas Patrias, lamentablemente hoy no le puedo cambiar una sola letra… sigue vigente:
Esta frase, que en nuestra niñez demandaba el mayor de los esfuerzos para construirnos un futuro promisorio, el día de hoy no tiene mayor sentido.¿Cuál es el México en el que debemos creer?
¿En el México de los privilegiados? ¿En el México de la pobreza extrema y la ignorancia? ¿En el México de una clase media endeudada, en peligro de extinción, sumisa y temerosa? ¿En el México de las “privatizaciones”? ¿En el México que nos pintó Salinas? ¿En el México de la corrupción generalizada, el narcotráfico y la violencia?...
Realmente no encuentro un México en el cual creer. Tendríamos que regresar a lo básico, darle plena vigencia a los principios fundamentales que hoy solo han sido teoría pisoteada una y mil veces: democracia, federalismo, municipio libre, derechos humanos, estado de derecho…
Banderas que han sido retomadas solo cada seis años, promesas incumplidas una y otra vez que han tornado a un pueblo decidido y solidario, que en 1938 se unió a un líder, su presidente el General Lázaro Cárdenas, en un pueblo que hoy ya no cree en nada.
Golpe tras golpe, la roca de la credibilidad del pueblo y la fe en las instituciones republicanas ha sido pulverizada. El daño está hecho y aún con las mejores intenciones recuperarlo será una labor muy, pero muy difícil.
Pudiera ser que nuestro presidente actual fuera el líder que buscamos, pudiera ser que su visión del México del futuro fuera la correcta, pudiera ser que su honestidad fuera real… pero lo que aún así le haría falta para superar la crisis es reencontrar a aquel pueblo decidido y solidario que en 1938 se unió en torno a su líder.
En estas fiestas patrias cabría la reflexión… ¿Qué es más importante, controlar las variables macro económicas o recuperar la fe que el pueblo ha perdido? ¿Cómo debería el gobierno hablarle al pueblo de México? ¿En términos de balanza comercial, tasas de interés, UDIS, ADE, etcétera o con hechos satisfaciendo el anhelo de justicia metiendo a la cárcel a los que han dispuesto y siguen disponiendo con impunidad del patrimonio del pueblo?
Debe evidenciarse la voluntad política de llegar hasta las ultimas consecuencias y cumplir fielmente, con transparencia lo que solo hasta ahora ha sido teoría; democracia, federalismo, municipio libre, derechos humanos, estado de derecho…
Y entonces, solo entonces se podría decir de nuevo: México creo en ti.
¡VIVA MÉXICO!
Con mis mejores deseos,
Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
Estimado Enrique:
ResponderBorrarNada más cierto que el desencanto generalizado que sentimos los mexicanos -hablo del grueso de la sociedad-, cuando cada sexenio "despertamos" a una realidad más amarga que la del período anterior.
Sin embargo, estoy convencido, dentro de cada uno de nosotros vive un México. Ese país que diariamente tratamos de forjar y a veces, de manera injusta, las circunstancias nos desbaratan.
¡Ánimo!. ¡Mexicano, tu puedes!
No bajemos los brazos. Sigamos luchando por el país que queremos y que merecen nuestros hijos y nietos.
Un abrazo.
Carlos González Barreto