Don Petronilo, un venerable setentón, emprendía todos los días el camino a las instalaciones de la mina donde trabajaba como chofer de un automóvil de la empresa que de tan viejo, se caía a pedazos; y de tan frágil, que se movía de un lado al otro al paso de los otros vehículos que a fuerza de toques de bocina le conminaban a apartarse del camino.
Atado su destino a la mina por razones del todo incomprensibles, Don Petronilo acudía a cumplir con sus religiosas 8 horas -mas tiempo extra ¡naturalmente!- a las ordenes de un obeso y explotador patrón que en su opinión solo conocía de exigir dinero para mantener a una familia de desobligados buenos para nada.
Si bien flaco, cansado, ojeroso, triste… por dentro… pero con un aspecto relativamente saludable por fuera, en el fondo del corazón de nuestro amigo Petronilo brillaba aun la luz de la esperanza de un milagro para salir de su penosa circunstancia. Con esa plegaria en mente cerraba sus ojos al final de la jornada a la espera de un nuevo día que siempre esperaba promisorio pero que al final resultaba como siempre, deprimente.
Así las cosas, su máxima ilusión era conducir uno de aquellos flamantes, aerodinámicos y potentes autos de los que olía el escape y recibía insultos cada mañana. ¡Muevete! ¡héchate el carro al hombro! Y Petronilo aguante y aguante ¡vamos! que podían decir del modelito como el que él conducía, ya casi un clásico, prófugo del deshuesadero dirían otros desde hace ya muchos años… y era así pues todo era para el patrón y nada para la mina, casi abandonada a su suerte, con los tiros al punto del derrumbe, con las vetas a punto de agotarse, con una maquinaria que de tantos remiendos se descomponía un día si y otro también.
Sin embargo un buen día al cabo de casi 20 años de continuas quejas lo impensable ocurrió ¡soplaron vientos de cambio! y de pronto los enemigos irreconciliables, los que de la descalificación pasaban al insulto y de ahí a los golpes, los que nunca se podían poner de acuerdo, lo hicieron por primera vez promulgando nuevas leyes que no fueron las mejores pero tampoco las peores, se dijo en ese entonces que fueron las que podían ser.
También se dijo que las condiciones estaban dadas, que la mina podría ahora llegar a ser lo que fue, que ahora lo que faltaba era ponerse a trabajar…y un viento frío permeó hasta los huesos del setentón de Don Petronilo cuando reflexionó en sus achaques, en sus pesares... ¿Trabajar? ¿Yo? ¿A mis años? Está bien ya me dieron el sí pero ahora ¿Cómo?
Petróleos Mexicanos ante el cambio de circunstancias enfrenta los más grandes desafíos. El principal de todos serán los muchos “Don Petronilo” que hay en la émpresa y no necesariamente setentones. “Petronilos” con conocimientos, si; con experiencia, si; honrados, sí; pero flacos, tristes y sin ilusiones a fuerza de tantos años de ver como deterioraban paulatinamente la institución. La caja ya tiene nuevas herramientas ahora falta ver si se sabe que hacer con ellas.
Con mis mejores deseos,
Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
Las ideas son por los demás... así que en este espacio encontrarás las ideas que antes no lo eran por quedarse en la intimidad de mis temores. No serán buenas, ni malas, acaso ideas que lo serán por tí.
domingo, 26 de octubre de 2008
3 comentarios:
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Enrique no había podido entrar a leer tus interesantes artículos en las semanas anteriores, ahora me encuentro con este último sobre la Reforma energética (muy interesante parodia de Don Petronilo) y no puedo menos que felicitarte por tu sutil y elegante forma de decir las cosas.
ResponderBorrarTambién dejas espacio para la discusión, los comentarios entregados, sin embargo creo que lo dices todo en esta parte:
"...de pronto los enemigos irreconciliables, los que de la descalificación pasaban al insulto y de ahí a los golpes, los que nunca se podían poner de acuerdo, lo hicieron por primera vez promulgando nuevas leyes que no fueron las mejores pero tampoco las peores, se dijo en ese entonces que fueron las que podían ser."
Desgraciadamente, no fueron del todo buenas, sin embargo, un avance considerable a pesar de que hubo un "hueco" al artículo de que lo que no está prohibido está permitido y que bien lo expresa el emérito profesor e investigador, Arnaldo Córdova, en La Jornada del día de hoy (1), donde cito textualmente el asunto de los "bloques":
"Ganamos casi todo, como bien lo resumió Jorge Eduardo. Pero quedó abierta la puerta a la corrupción en Pemex (los cinco consejeros del sindicato seguirán allí); no estarán en las leyes los “bloques”, pero nada impide que luego el gobierno, violando la Constitución, los establezca (por eso López Obrador exigió que se prohibieran expresamente);"
Felicidaes por tu artículo y tu alto nivel de conciencia participativa en los procesos de nuestro país por medio de ellos. Además que estas lecturas nos sirvan para investigar más y estar atentos y con los ojos bien abiertos. Un abrazo de tu amigo: Modesto Herrera.
http://modestoh.bitacoras.com
PS Arnaldo Córdova entre otros méritos es autor del libro ya clásico en nuestro acervo histórico de "La ideología de la Revolución Mexicana" Anoto el link de el artículo que menciono, por si alguno de tus lectores quiere leerlo:
(http://www.jornada.unam.mx/2008/10/26/index.php?section=politica&article=006a1pol)
fe de erratas
ResponderBorrarEn mi comentario anterior escribo:
"a pesar de que hubo un "hueco" al artículo de que lo que no está prohibido está permitido."
debería decir:
al artículo 27 constitucional...
El otro punto se encuentra en el PS, y dice: "de el artículo que menciono..." debe decir "del..",
Mis disculpas
La industria petrolera esta en un círculo perverso que hay que romper. La reforma definitivamente no es la que me hubiera gustado, quedan muchos temas importantes pendientes, sin embargo el gran resultado es que la colocará en una nueva circunstancia ahora bajo la lupa del país, que puede y subrayo "puede" permitirnos salir del atolladero. El contenido, que pudo ser mejor insisto, definitivamente y afortunadamente no es lo que presentó el ejecutivo y en cambio si considera muchas de las aportaciones derivadas del debate que solo se concretarán en logros si no quitamos el dedo del renglón, como dicen por ahí más vale "tercos" que efectivamente traidores..
ResponderBorrarMi artículo está dirigido al interior de Pemex donde efectivamente hay muchos "Petronilos" que durante muchos años, contra la marea, impidieron que la industria se fuera al caño pero que ahora ya no quieren queso, si no salir de la ratonera.