sábado, 7 de abril de 2012

Caminos de Tormes...


-No, no veo como las cosas vayan a cambiar. Dígame ¿Qué hará él distinto de los otros? ¿Recuerda a Cipriano? Aquel que por andar de coscolino y seguir a una muchacha me dejó a media calle y por poco me atropella un coche… ¿Y al tal Ruperto? que me traía desgastando mi bastón buscando el nombre de una calle hasta que me di cuenta que el muy burro no sabía leer…

-Todos son iguales, me conducen por donde se les pega la gana, después de pasar charcos e inmundicias mis zapatos apestan a todo lo que pueda imaginar; me arrastran en medio de multitudes y termino lleno de moretones que no veo, pero sí siento; se aprovechan de mi ceguera para robar todo lo que pueden. Y cuando reclamo dicen que merecen eso y más, porque sin ellos no sabría como llegar ni a la esquina de mi casa… No, la verdad no veo como pueda confiar en esa runfla que se hacen llamar lazarillos. Yo ciego y ellos descuidados, irresponsables… ¡pillos buenos para enriquecerse a mis costillas!

-Entiendo, perdida la confianza, ¿Cómo dejarse conducir? Pero ahora será distinto. Su nuevo lazarillo ha estudiado, no le robará, estará satisfecho si le da casa, comida y cuida de él en la enfermedad. ¡Créame amigo ciego! Será el compañero que tanto necesita: discreto, fiel y dispuesto a dar su vida por la suya.

-¿Está seguro que no me engañará, ni me robará, ni me meterá en charcos, ni hará que pise inmundicias y que tampoco me abandonará a mi suerte cuando más lo necesito?

-Así será, podrá confiar plenamente en él, pero no le resolverá la vida. Si lo acepta, su nuevo Lazarillo, sólo le prevendrá de los peligros cuando camine por las calles pero quien tendrá que saber a dónde quiere ir, y cómo, será usted… Tendrá entonces que esforzarse en comunicarse con él como nunca lo ha hecho con los otros lazarillos, pues tome en cuenta que no habla: ladra…

La moraleja de cuento anterior es que el éxito del ciego y el lazarillo dependen de la confianza mutua, de la corresponsabilidad, de la comunicación y de un cambio de actitud respecto al tema del liderazgo pues, si bien es cierto que es al ciego a quien le corresponde, en los hechos lo ejercieron los lazarillos haciendo lo que les vino en gana con todas las consecuencias negativas que se acumularon a lo largo de los años en el hígado del ciego.

Por su parte para el ciego es indispensable recuperar el liderazgo perdido y establecer una posición de confianza desde la cual pueda construir un nuevo pacto con el lazarillo que respete las pautas arriba mencionadas. Sin ellas caerían nuevamente en el círculo vicioso en el que todos pierden. Los dos, ciego y lazarillo, deben dejar de ver la vida en blanco y negro, buenos contra malos, pues viéndola así, aun cuando ganen, pierden. Lo anterior aplica en cualquier tipo de organización.

En el caso México, hasta hoy los lazarillos no han respetado su papel sirviendo a los “ciegos”, por el contrario, se han servido de ellos. Por eso necesitamos realizar un acto de voluntad que el día de las elecciones transforme a México. Parece un sueño imposible, pero… ¿Podemos imaginar el impacto que tendría en los partidos políticos si todos, absolutamente todos, los mexicanos acudiéramos a las urnas?

México sería otro al día siguiente.

Reciban un afectuoso abrazo,

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
twitter.com/enriquechm

4 comentarios:

  1. Muy buena alegoría Enrique. Es un placer leerte.
    Saludos y Gracias

    ResponderBorrar
  2. No estoy seguro que con solo votar baste. ¿Qué pasa si solo podemos elegir entre un copete vacío, una señora desdibujada o un amoroso redentor?

    Si se trata de elegir entre tres males, no hay voto bueno.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Lamentablemente aun con solo un voto -no de diferencia ¡un solo voto! un candidato puede ganar la elección. Así que el hecho es que uno de los cuatro ganará. Y ante eso lo único que podemos hacer es decidir nuestra actitud. En lo que a mi toca votare pues de otra forma otros tomarán la decisión por mi y así estaré contribuyendo a que no gane el más malo. Antes el 20% de votos nulos podría anular una casilla, ahora no.

      Borrar

Todos los comentarios son muy bienvenidos ya sea que estés de acuerdo o no con el contenido del artículo. Si te los quedas nos impiden considerar tu punto de vista que es valioso. Puedes seleccionar la opción anónimo y solo si lo deseas firmar con tu nombre. ¡Mil gracias por colaborar! Enrique