sábado, 11 de agosto de 2012

No fue casual...


En el último momento, después de luchar un poco consigo misma, Carmen aceptó acompañar a su hijo, Octavio, en un viaje de negocios que les tomaría siete horas, que se hicieron nueve a causa de uno más de los acostumbrados bloqueos de la autopista.

Sorteando los obstáculos, finalmente arribaron a su destino y como casi siempre suele ocurrir a los viajeros agotados que bajan el equipaje con premura, algo olvidan en el automóvil y así ocurrió en el caso de Carmen quien, más a fuerzas que de ganas, se vio en la necesidad de regresar a buscar sus imprescindibles gafas…

Pero al día siguiente, con el espíritu emprendedor en alto y el sol apretando, al momento de abordar su coche el conductor de una camioneta les preguntó si desocuparían el cajón del estacionamiento a lo que respondieron que sí, solo para caer en cuenta, cuando Octavio intentó poner en marcha el automóvil, que la batería estaba agotada pues la noche anterior “alguien” había dejado las luces encendidas al regresar por sus gafas…

El pesar fue breve pues el conductor de la camioneta resultó un buen samaritano, se ofreció a ayudarles a resolver el problema y así lo hizo. Solo que  la historia no concluyó ahí y eso es lo relevante: después de conversar unos minutos, Octavio se percató que el samaritano, José, era una persona clave con la cuál podría llevar a cabo el negocio y así fue. A partir de ese momento y por el resto del viaje José se convirtió en un invaluable apoyo para conocer mucha más gente de la que Octavio tenía registrada en su limitada agenda…

¿Fue casual el encuentro con José? No lo creo, en la historia, verídica por cierto, de Carmen, Octavio y José; se pueden observar una cadena de hechos, uno a causa de otro anterior, que de no darse habrían hecho imposible el encuentro entre Octavio y José. Encuentro que en absoluto fue una casualidad, fue toda una causalidad.

Cómo tampoco fue por casualidad el hecho de que el equipo mexicano haya obtenido la presea dorada para beneplácito de todos nosotros aun cuando Edson Arantes do Nascimento (“Pele”) opine que “El futbol es una caja de sorpresas y algunas veces el mejor equipo no gana”. Me parece, dicho con el debido respeto a la experiencia indiscutible de Pelé en el futbol, que se equivoca. Si ya sé que yo de futbol se menos que nada, pero si un poquito de equipos de trabajo.

Un equipo es el mejor cuando es efectivo. Cuando entrega los resultados como, donde y cuando se le requieren, el equipo brasileño simplemente no lo hizo; pues para eso necesitaba competencias, temple y liderazgo. Sus jugadores pudieron tener las competencias, pero no tuvieron el temple, ni el liderazgo para impulsarles al triunfo.

Nunca esperaron ir abajo en el marcador y mucho menos a escasos 28 segundos de iniciar el partido. A partir de ese momento los jóvenes jugadores brasileños contemplaron la posibilidad real de perder y el miedo hizo presa de ellos. Lo de después es corolario, reclamos e insultos, un entrenador fuera de sí, agresiones a los mexicanos…

Así fue como el “pobre” equipo mexicano que cuesta 33.7 millones de euros, como coloquialmente se dice, “le ganó el valor” a uno valuado en más de 300 millones de euros.

Y definitivamente no fue por casualidad que se encontraran ese día en esa cancha. Y no lo fue porque el equipo mexicano adquirió con técnica, disciplina y esfuerzo sumadas a la vocación natural de los jugadores las competencias necesarias para llegar a la final; también porque tuvieron el temple demostrado en partidos anteriores para venir de abajo en el marcador y superar a sus contrarios; y ni duda cabe que el liderazgo requerido.

La alegría y el orgullo que nos hicieron sentir no fueron resultado de la casualidad o de enfrentar a un rival que sorpresivamente tuvo una mala tarde. La alegría y el orgullo fueron el resultado de un proceso exitoso que ya rinde frutos. El equipo mexicano simplemente fue el más efectivo, ni duda cabe, el mejor equipo sobre la cancha, contra la opinión de Pelé y muchos que piensan como él.

Solo me queda una pregunta ¿Cuándo será el día que después de una elección el pueblo se reúna espontáneamente en el Ángel a celebrar con alegría y orgullo el triunfo de la democracia? La respuesta es muy sencilla, no será por casualidad, será por causalidad así que no esperen que las cosas vengan del cielo.

Reciban un afectuoso abrazo,

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
twitter.com/enriquechm

10 comentarios:

  1. Querido Maranto: realmente espero con ansia el dia que tengamos una democracia real y no una de juguete como la que tenemos ahorita aunque por como van las cosas creo que tendre que esperar otros 70 años y no creo vivir para verlo, sin embargo educare a mi hija para que siga luchando por los valores universales entre ellos la justicia y la equidad, de futbol pues igual que tu no se mucho, pero me sorprendio que le ganaramos a brasil, que gusto ver que la nueva generacion empieza a hacer oidos sordos a la negatividad y aprende a creer en si mismo como la unica herramienta verdadera del exito, espero tu columna de la proxima semana como siempre, te mando un abrazo y aunque nunca te lo digo te aprecio y te quiero mucho.
    atte. Karina Pang

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  2. No creo en el destino, pienso que nosotros lo hacemos y que por alguna razón siempre están quienes tienen que estar y en donde tienen que estar, lo importante en eso es aprovechar cada oportunidad, no dejar pasar lo que tenemos en frente, porque así como Octavio encontró a José e hizo lo mejor de esa situación, y el equipo mexicano, preparado, trabajando como equipo, se topó con el equipo brasileño y salió victorioso, todos debemos de tener visión en las oportunidades que se nos presentan.... Esperemos que no pase mucho tiempo para que eso pase con la democracia, por lo pronto vamos paso a paso, persona a persona con nuestro granito de arena. ¡Bonito domingo!

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    1. La vida nos ofrece a cada momento todo un portafolio de alternativas, uno ejerce su libre albedrío, se produce la nueva circunstancia, nuevas alternativas, nuevas decisiones y así hasta el infinito. El asunto es cuando elegimos sin hacer un balance adecuado entre necesidades y deseos, entre razón y sentimientos. Cuando abrimos nuestra mente a todas las posibilidades... En el caso de Carmen, Octavio y José esa "por alguna razón" sincronizó todo para que las cosas se dieran. Tal ves esa "por alguna razón" sea la fuerza que nos ayuda a construir nuestro destino.

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  3. El mensaje, en mi opinión, es que este triunfo se debe a una nueva generación de mexicanos que lograron por fin "hacer equipo". Ojalá y los jóvenes se sintonicen en esta misma frecuencia.
    Saludos

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    1. Para lograr el futuro deseado las alternativas siempre han estado ahí pero la mayoría de la gente no puede o no quiere verlas. El hecho es que en esta ocasión los actores en el proceso -donde los muchachos son los principales- tomaron la decisión correcta: comunicarse, coordinarse y colaborar, ser equipo para lograr la meta que todos anhelaban.

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  4. Muy bueno, por que sabes de la vida, a lo mejor... ¡por viejo!

    Saludos

    CGV

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    1. Efectivamente, más sabe el diablo por viejo que por diablo!!!
      jAJAJA

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  5. SOLO, SE QUE SABEMOS, POCO, Y A LA VEZ NADA.

    UN BUEN TRIUNFO, NADA MAS, JAMAICA, TIENE, MAS QUE MEXICO, Y ES UN PAIS, CARIBEÑO, COMO EL ESTADO DE CHIAPAS O GUERRERO, Y GANO TRES DE ORO, CON UN ATLETA, FUERA DE LO COMUN, UN CICLON DE LAS PISTAS,,,,,,,,
    UN ABRAZO,

    JCK

    SALUDOS

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    1. Así como no hay enemigo pequeño, tampoco hay logros pequeños.

      Solo enemigos y logros, que merecen el primero toda nuestra atención, el segundo todo nuestro reconocimiento.

      Efectivamente en el mundo hay países mas "pequeños" con "mayores" logros sin embargo también cada cuál tiene sus circunstancias y su historia lo que les hace incomparables.

      Este primer triunfo es memorable, ojala también sea sustentable.

      Un abrazo,

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  6. En el fondo sabes más de fut tú que muchos que pregonan saberlo todo, recibe un fuerte abrazo.

    JJOG

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