“♫… Un elefante se columpiaba, sobre
la tela de una araña. Como veía que resistía, fue a llamar a otro elefante…Dos
elefantes se columpiaban, sobre la tela de una araña. Como veían que resistía, fueron
a llamar a otro elefante... Tres elefantes... Cuatro elefantes... Cinco
elefantes se columpiaban, sobre la tela de una araña. Como veían que no
resistía, mira como caen los elefantes… ♫”
¿Tendrían conciencia los elefantes de
que la tela de la araña terminaría por romperse y que ellos acabarían con su enorme “paquidermidad”
por el suelo?
Pienso que no. Tan enojada la araña,
como ellos estaban divertidos, cante y cante en el “columpio”, que con toda
seguridad les pasó de noche el refrán aquel que dice “tanto va el cántaro al
agua que termina por romperse”… Inexorablemente, en algún momento, la tela de la
araña terminaría por deshilacharse empezando justo por lo más delgado… Me
pregunto, así a ojo de buen cubero, ¿cuántos elefantes más podrían columpiarse?
¿Uno más? Difícilmente, si con cuatro, decían que los rechinidos de la tela ya anunciaban
un desastre.
¡Ah! pero necios los elefantitos hicieron
oídos sordos a las voces de advertencia, a los rechinidos de la tela, y en su
afán por continuar con el jueguito, y demostrar que no pasaba nada, ¡Hágame
usted el favor! fueron a llamar a otro elefante… Pero si pasó y terminaron con
el orgullo herido, con raspones y uno que otro hueso roto, como antes dije, con
su enorme “paquidermidad” por el suelo…
Hoy a lo largo del territorio nacional
se escuchan el crujir de una tela que ya no soporta más el peso de quienes, como
los elefantes del cuento, solo se preocupan por su bienestar a costa de lo que
sea. Los 12.7 millones de mexicanos que superviven en medio de la pobreza
extrema y los 52 millones, el 46.2 por ciento de la población, que viven en la
pobreza son los hilos crujientes por donde la tela empezará a deshilacharse La
gran pregunta es ¿Cuándo?
Un psicólogo que sobrevivió al campo
de concentración de Auschwitz-Birkenau, observó que en el mes de diciembre casi
no había fallecimientos de prisioneros fuera de aquellos asesinados en las cámaras
de la muerte pero sí, y muchos, en el mes de enero. Él se preguntó por qué ocurría
ese fenómeno si los maltratos de las SS eran los mismos, la alimentación igual
de pésima y las jornadas de trabajo agotadoras como siempre.
Su conclusión fue que a finales del
año los prisioneros elevaban su espíritu pues imaginaban iniciar el año de
regreso en casa. Tenían la esperanza de que terminara la guerra para poner fin
a su suplicio; sin embargo concluido diciembre sin que se cumplieran sus
anhelos, al iniciar enero la pesadumbre les invadía, pensaban “otro año más no
lo aguanto” y simplemente se dejaban morir.
Haciendo un paralelismo, el mes de “diciembre”
en México está por concluir. Para esos 52 millones de ciudadanos sumidos en la
pobreza, la esperanza de cambio morirá en defiitiva cuando el PRI asuma el
poder y las condiciones estén dadas para un “enero” donde la pesadumbre invadirá
a muchos de ellos, pensarán “otro sexenio más así no lo aguanto” y con toda
seguridad, como dejarse morir no es opción, harán patente de alguna manera su
inconformidad.
Solo espero que no ocurra lo que me
dijo un fontanero a quien contraté para resolver algunos problemas en casa. Cuando
el hombre, enjuto, de tipo costeño y curtido por el sol terminó su trabajo, le
llevé de regreso a su modesto establecimiento. En el camino pregunté cuál era
su opinión sobre el tema de la inseguridad, su respuesta me dejó helado. “Mire
patrón” me dijo endureciendo el ceño, “bendito sea Dios que ahora tengo
trabajo, porque cuando no, cuando no puedo comprar las medicinas para mi hijo o
no me alcanza para llevar que comer a la casa, pues yo si le entro, aunque me
tenga que llevar a un cristiano por delante…” Terminamos el recorrido en medio
de un silencio que se podía cortar con tijeras.
Nunca más lo volví a ver y de todo
corazón deseo que continúe trabajando, porque ese hombre tenía más que claro hasta
donde podía soportar.
Por cierto ¿A cuanto amaneció el huevo
hoy? El maíz dicen que va a subir…
Reciban un afectuoso abrazo,
Enrique
Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
twitter.com/enriquechm
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
ResponderBorrarTienes toda la razón, excelente artículo. . Gracias y Felicidades
ResponderBorrarsaludos
modestoh
Más cuando es evidente que lo que muchos carecen está en manos de unos cuantos. Esa es la raíz de muchos de nuestros problemas, que al ver el dispendio ofensivo de quienes deberían dar ejemplo de probidad, se va acumulando el rencor a tal punto que se corre el riesgo de busque manifestarse agresvamente.
ResponderBorrarLa solución es fácil de identificar pero difícil de implementar, por los "intereses" que afecta.
En todas las escalas los intereses siempre han existido y seguirán existiendo, forman parte de la naturaleza humana. El reto es como evitar el enfrentamiento entre los extremos de una sociedad polarizada. Se requiere lograr consensos basados en la convicción de que todos debemos ceder algo de nuestra parte y responsabilizarnos del cambio. En esto no hay víctimas ni victimarios.
Borrarme pregunto si alguna vez el Chapulin Colorado sera usado para este proposito, algo asi como... "y todos pensaron que El era un heroe, el proximo "Pancho Villa" pero los incredulos fueron una vez mas engañados por los mismos de siempre, por los que Ellos mismos votaron"... hmm, esto me parece "mas con lo mismo"... Tito enviando saludos.
ResponderBorrarGracias por tu comentario Tito,
BorrarDifícilmente el Chapulín Colorado podrá salvarnos, no llega a tanto su poder. Respecto al engaño, es un hecho que un buen porcentaje de la población son seguidores motivados por el temor prefieren aplicar el refrán: "Más vale malo por conocido, que bueno por conocer".
¡Un fuerte abrazo Tito!
Si de magia se tratara, la solución estaría ,creo yo, en pedir un solo deseo : Que Toooooodos absolutamente todos cumplieran la ley, y que al fin humanos , los que no lo hicieran, fueran castigados.
ResponderBorrarSaludos Enrique
@manezddpr
Así es si de soluciones mágicas se tratara... solo que el statu quo cambiará si y solo sí algunos, no todos, se logran unir para promover la transformación del país. No esperaría milagros de un día para otro, eso es imposible habría que sudar mucho, con compromiso y decisión.
BorrarSaludos Manez!!
Mi percepcion es que tampoco nos fue bien con el pan, y definitivamente lo mismo sucederia con la izquierda, yo creo que el cambio esta en nosotros los ciudadanos, en las nuevas generaciones, no tengo el gusto de conocerlo pero sus comentarios me parecen excelentes y con gran verdad, saludos
ResponderBorrar