domingo, 1 de noviembre de 2009

Tierra fértil...

“Los días transcurrían plácidamente en esa época del año. Atrás habían quedado las arduas jornadas de la cosecha que, como ellos, generaciones atrás habían levantado de esa bendita tierra fértil donde todo se daba.

Con los graneros rebosantes, más allá de sus necesidades, era la temporada para disfrutar del maravilloso espectáculo de la naturaleza que les llevaba, envueltos por la brisa fresca y apacible, de las noches iluminadas por miríadas de estrellas, a los encendidos tonos del amanecer siempre cambiante. Nada parecía amenazarles.

Decían los ancianos a su prole: «así ha sido y así será». Pero no ocurrió así, las lluvias menguaron hasta no llegar, y la tierra se tornó yerma. Lo demás, es la historia que hemos vivido juntos sus padres y yo cuando peregrinamos durante muchos meses en busca de una nueva tierra llevando a cuestas unos pocos bultos de semilla para sembrar.

En esos días difíciles, mucho hubimos de luchar, cuando las frutas del campo se nos negaban y el hambre apretaba, para no convertir la semilla en pan... Al cabo, casi sin fuerzas, llegamos a estos predios con tierras que se veían buenas, pero que no estaban preparadas.

Discutimos mucho entonces para vencer la tentación de sembrar nuestro tesoro y sentarnos a esperar las lluvias como lo hacían nuestros padres. Allá en las tierras de las que venimos -les dije-, nuestros mayores nunca lo pensaron necesario, «así ha sido y así será» dijeron y ya vieron que un mal día las lluvias nos abandonaron.

Finalmente nos ganó la prudencia y construimos las terrazas, las presas y los canales de riego donde nuestro tesoro rindió los frutos para bien nuestro, de ustedes y de los hijos que aún no les han nacido…”

Cuando con visión de estado el gobernante tiene la voluntad política de resolver los desequilibrios que afectan a sus gobernados puede, a pesar del costo que le represente, conducir a la promulgación de leyes y a la fundación de instituciones idóneas para restablecer el orden deseado en favor de la sociedad. Sin embargo, no bastan visión de estado, voluntad política, leyes e instituciones para asegurar el éxito.

Se requiere también, de tierra fértil y abono para que las leyes puedan aplicarse y las instituciones alcancen sus objetivos. La tierra fértil es una ciudadanía comprometida y co responsable; el abono es la necesaria confianza que el poder político debe inspirar en sus gobernados. Compromiso y confianza que han de reconocer, tanto la ciudadanía militante, como quienes ejercen de buena fe el poder; toma su tiempo construir antes de que la tierra de frutos.

Y en lo que eso se logra, habrán de no perder la paciencia, ni permitir que les venza la tentación de saciar el hambre con la semilla que resguardan para la transformación del país.

***

A propósito de calaveras e impuestos: Brava la Parca iba / Pues no es posible, se dijo encorajinada… / Que en el panteón por mortaja / ¡Ahora impuesto le harán pagar! / / En esa bravura de ánimo / A las puertas del senado llegó, / Buscando a Paredes, a Nava o a Manlio… / Para arrastrarlos de la greña al panteón… / / No nos lleve… / Temblando los tres suplicaron / Que por su alta investidura / Su señoría tendrá una exención… // Ya sin pretexto la Parca les dijo: / ¡Dejen de lloriquear! que en su curul quedarán / Pero ¡vamos!... díganme y pronto… / ¿Dónde están Carstens y Calderón?

A propósito de solidaridad y apoyo: Miranda Sánchez es una bellísima niña de 6 años de edad que necesita trasplante de médula. Necesitamos reunir fondos de manera urgente para realizar lo antes posible la operación que le ayude a vencer esta enfermedad. Mayores informes en la página
www.ayudemosamiranda.com o a los teléfonos (998) 185-5042 (998) 171-3501

Con mis mejores deseos,

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Todos los comentarios son muy bienvenidos ya sea que estés de acuerdo o no con el contenido del artículo. Si te los quedas nos impiden considerar tu punto de vista que es valioso. Puedes seleccionar la opción anónimo y solo si lo deseas firmar con tu nombre. ¡Mil gracias por colaborar! Enrique