domingo, 13 de noviembre de 2011

Mirando lejos...


“Vivo en un México que hace ya muchos años, consolidó la educación y el respeto a la diversidad, como las principales palancas del desarrollo nacional, tanto de la calidad de vida de sus habitantes, como de la efectividad y transparencia de sus instituciones, que hoy son el ejemplo a seguir para la comunidad internacional...”      

Durante la ceremonia fúnebre en honor del licenciado Francisco Blake, el presidente Felipe Calderón lo recordó como un hombre que “nunca cayó en la vociferación, ni en el encono, tampoco buscó declaraciones llamativas, ni su afán fue “ganar la primera plana” de los periódicos”.

Lo que es justo el comportamiento que esperamos ver en quienes ostentan el poder, para que florezca el páramo de la desesperanza donde el país se encuentra.

Muchos conocemos como único lenguaje la diatriba. Quien vocifera y denigra, quien acusa sin más fundamento que su resentimiento o gobierna desde la soberbia, desconoce que la firmeza en las convicciones no excluye la mesura, ni la diversidad de las ideas, ni la apertura, ni el respeto al oponente o al caído para consensuar las medidas que el pueblo de México necesita para su desarrollo.

Existen un poco más de 113 millones de percepciones distintas de la realidad mexicana. Cada una de ellas representativa de la experiencia, los sentimientos, la cultura y los paradigmas individuales. Cada una de ellas actualizándose permanentemente y en general luchando por imponerse sobre las demás, no obstante, cada una merecedora no de tolerancia, sino del respeto que no juzga.

Conciliarlas es imposible pues para ello habría que reconstruir una historia que ya está profundamente enraizada en la mente de cada uno de nosotros y que, en muchos casos, es la fuente del miedo, la desesperanza, del resentimiento, de la radicalización y los fundamentalismos que se expresan en la violencia, la diatriba, el encono, la descalificación y los agravios que vivimos cotidianamente.  

Lo que no es un hecho es el futuro, sobre el cuál es perfectamente posible construir una visión independientemente de las circunstancias y la situación actual. Una visión de futuro ideal que al alejarnos en el tiempo igualmente nos distanciará de todo lo que hoy nos separa. Definitivamente no intentemos conciliar lo que ya es imposible. Y sí, emprendamos el reto de imaginar, de soñar, de visionar el futuro del México anhelado.

La visión una vez establecida y perfeccionada, sería el primer paso en un camino que, sin estar exento de dificultades, nos conducirá hacia un futuro promisorio sumando voluntades, induciendo las estrategias, las líneas de acción, las leyes y las instituciones más adecuadas para el país.

El primer párrafo de esta reflexión podría formar parte de la visión a que me refiero.

Con mis mejores deseos,

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
twitter.com/enriquechm

5 comentarios:

  1. Muy puntual Enrique, gracias por permitirnos enriquecernos con su colaboración en todos los temas. Un abrazo.
    Yolanda Valenzuela
    @yovaro

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  2. físico, su comentario muy elegante y oportuno siempre es un placer leer sus temas.
    Que Dios me lo bendiga siempre.
    Elia*

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  3. Fis. Enrique, creo el cambio podemos realizarlo no perdiendo el respeto, excelente post, como todos.... Mariela

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  4. "Tener glorias comunes en el pasado, una voluntad común en el presente; haber hecho juntos grandes cosas, querer hacer otras más; he aquí las condiciones esenciales para un pueblo.. En el pasado, una herencia de glorias y remordimientos; en el porvenir un mismo programa a realizar ... La existencia de una Nación es un plebiscito cotidiano" Renan

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  5. Siempre es grato leer pensamientos que expresen tolerancia, inclución y respeto. La base de una sociedad más evolucionada y madura,siempre se construirá en individuos capaces de eliminar los prejuicios y fundamentalismos que sus historias personales les han contruido en la mente.
    Lo felicito.

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