martes, 1 de mayo de 2007

Sindicalismo


Advierten sindicatos que no permitirán que les arrebaten conquistas,

El Universal.com.mx

Amenazan Sindicatos con sitiar al País,

Reforma.com

En sus orígenes el sindicalismo fue un legítimo mecanismo de defensa ante la voracidad de quienes lucraban con la miseria ajena. Hoy, con honrosas excepciones, los sindicatos se han convertido en instrumentos coercitivos para la explotación de los propios trabajadores en beneficio de un liderazgo corrupto y de una clase política que en otro tiempo legitimó su poder con en el voto corporativo a cambio de concesiones y garantía de impunidad para los líderes sindicales, de tal manera que hoy es imposible marcar una frontera entre el poder político, el poder de los más grandes sindicatos y el inmenso poder económico de quienes los controlan. La simbiosis es total.

Habria que preguntar cuál es el destino de los cuantiosos recursos que de la nómina de los trabajadores, alejados de cualquier rendición de cuentas, se entregan a los líderes sindicales de PEMEX. CFE y el SNTE entre otros; la respuesta a esa pregunta la dio el STPRM y el PRI en la eleción de año 2000.

Habria que preguntar por qué miles de trabajadores cobran en instalaciones que hace años no producen ni un cacahuate.

El sindicalismo debe transformarse y para ello los poderes del estado deben proveer los mecanismos; el concepto de la autonomía sindical no debe entenderse más como una patente de corzo para impedir la actualización del concepto “sindicato” a los requerimientos del México moderno; requerimientos, que no implican renunciar a las autenticas conquistas de los trabajadores, pero si desechar la pesada carga que impide la autentica colaboración entre los factores de la producción.

Pero…

¿Cómo hacerlo? Cuando un PRI; antes beneficiado por el voto corporativo y en la elección del 2000 por recursos que a todas luces demostraron la inmoralidad de las prácticas que ya no pueden permitirse; y que ahora, en la lucha por su supervivencia, enfrenta al País al chantaje que ilustran los encabezados que cito al inicio de este comentario.

¿Cómo hacerlo? Cuando el poder legislativo está poblado de diputados y senadores que han surgido de esa perversa simbiosis.

¿Cómo hacerlo? Cuando el ministerio público del poder ejecutivo emprende acciones en contra de líderes sindicales torciendo los caminos de la ley.

¿Cómo hacerlo? Cuando la democracia sindical no deja de ser más que un sueño.

La tarea no es sencilla, el reto implica desenmarañar el nudo gordiano de los intereses políticos y la corrupción para lo cuál la democracia sindical es un prerequisito y en esa tarea el IFE podría asumir un rol primordial.

Enrique Chávez Maranto

enrique.chm@gmail.com

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