Caminar de su mano por aquella polvosa
calle era el único recuerdo que tenía de su papá. Ahí esperaba el arribo del
vetusto transporte escolar que le transportaba a donde hacía sus pininos en el
jardín de niños de la escuela donde trabajó su padre como profesor hasta su
muerte unos cuantos meses después. Así las cosas, el maestro no tuvo tiempo de
enseñar con el ejemplo. Pero el tiempo sí para desvanecerlo, hasta que un día,
cuando el niño, ya adulto, al descubrir los viejos manuscritos pudo conocer las
inquietudes de su padre, su bohemia, sus emprendimientos y la ideología que
guiaron sus pasos.
Sin embargo, tampoco hubo tiempo para
el resentimiento o la decepción. Nuestro amigo estudió lo que se propuso, no
docencia solo porque sus padres fueron maestros; ni se hizo militante de algún
partido por razones de la tradición familiar. Impulsado por otros afectos se
desarrolló con plena libertad sin imposiciones de vocación, fundamentalismo o
ideología por lo que afirma, no sin cierto pesar, que las cadenas que arrastra
él las ha forjado todas.
Su caso es afortunado, pues cuantos hay que acorralados, “eligen” continuar la tradición familiar para construir
una realidad que dista mucho de la que expresan sus anhelos. Y así hay
tinterillos hijos, nietos y bisnietos de tinterillos; miembros del mismo club,
militantes del mismo partido, parroquianos de la misma cantina, fanáticos del
mismo equipo que el padre, el abuelo y el resto de los bigotones con leontina cuyo
retrato cuelga de las paredes; o cónyuges que cumplieron estrictamente con el
perfil de la convocatoria para los señoritos y señoritas de la casa pero solo
al principio, pues después resultaron coscolinos o coscolinas; desobligados o
desobligadas, beodos o beodas… según sea el género.
Esos predicamentos sufren muchos de
nuestros políticos. Unos con apellidos de alcurnia; otros, versiones nuevas de
especies ya extintas y finalmente aquellos que sobrevienen de raros mestizajes.
Que mucho debieran preocuparnos pues sus máscaras vemos, pero de sus corazones,
resentimientos e intereses, todo desconocemos.
¿Qué sabíamos de aquel expresidente informante de la CIA? O ¿De las dolencias-secreto-de-estado del expresidente
viajero? O ¿Del hermano incómodo y corrupto del expresidente que fue denunciado
por otro expresidente que pintado de gris ingresó a las páginas de nuestra
historia? O ¿De aquel que hizo de sus pasiones una secretaria de estado? O ¿De
la amante del candidato, luego esposa, que pretendió heredar el poder del que
usaba botas para protegerse de las víboras prietas y aplastar “peces gordos”
que nunca señaló?
Apatía respecto a los grandes
problemas nacionales; pragmatismo a ultranza que tolera, promueve y sebeneficia de la corrupción; deshonra de la institución presidencial; obsesión
por mantener el poder a cualquier precio; venganza por el sentimiento de orfandad, el resentimiento, la imposición y la decepción para demostrar que
pueden lograr lo que sus mayores no. ¿Qué sabemos de lo que les condujo a ello?
¿Qué sabemos de sus motivaciones?
Hay que despejar las dudas. Conocer no
solo lo que dicen de sí mismos, también, tal vez lo más importante ¡lo que no
dicen! ¿Quién es el menos transparente? ¿Qué resultados podemos constatar? Se
impone una profunda reflexión alejando los prejuicios, descartando la gran
cantidad de desinformación con la que nos están bombardeando para orientar en
un sentido u otro nuestro voto. Recordemos que en las campañas del 2000 y del
2006, triunfó la mercadotecnia política, en una apelando a la esperanza, en la
otra al miedo. ¿Qué intentarán ahora? Seguramente serán más sutiles pero igual
de peligrosos.
Recordemos que el tiempo apremia y que
hoy, más que nunca, el futuro de la nación está en juego.
Reciban un afectuoso abrazo,
Enrique
Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
twitter.com/enriquechm
Físico, me parece que es muy importante otorgar el voto a quien queremos que sea nuestro proximo Presidente de la República, porque luego por el que votamos no llega a servir a su nación, si no a servirse de su nación y ver que se lleva de ella, por desgracia y para verguenza de nuestro querido País así ha sido, ojala! nuestro siguiente gobernante sea un mejor ciudadano, incorruptible, preocupado por su País y por su gente.
ResponderBorrarMuy de acuerdo a la ocasión su escrito Físico. Que tenga un bonito inicio de semana.
elia*
Yo....votaré por Josefina!!
ResponderBorrarEstimada Anna, Lo importante es la convicción. Si tu reflexión te condujo a decidir dar tu voto a Josefina eso es justo lo que México necesita. Ciudadanos convencidos y participativos.
Borrar¡Saludos y mil gracias por hacer tu comentario!
:)
Efectivamente es un juego mercantil, donde el
ResponderBorrarpoder ciega, el dinero apremia y un México, sublime ante corruptibles voluntades dan como resultado un sofocamiento del cual urge terminar.
En nuestras manos está, Forjemos y motivemos a nuestras futuras generaciones, preparémoslos para la guerra: La guerra del Patriotismo, de la Innovación, de la Creatividad, de la Solidaridad. Y al fín gritar a los cuatro vientos "México ha sido liberado!"
Así que como siempre, ponte la verde! uy! que el tema no es de futbol?? ;)
Noris