sábado, 24 de diciembre de 2011

Con mis mejores deseos...


Si algo me ha enseñado la vida es que las 12 uvas esas, las de los buenos propósitos de cada inicio de año, como que no tienen mucho sentido. Será porque nos hacen desarrollar planes para cumplir con las buenas intenciones. Pensando en que en cuanto tengamos… en cuanto lleguemos a la meta… o en cuanto no sé qué, alcanzaremos la felicidad.

Tanto tiempo se invierte en eso, en lo que a lo mejor viene, o a lo mejor será, que olvidamos la felicidad que está al alcance de la mano.

Lo único que existe, es lo que está aquí, ahora; y solo aquí y ahora es donde podemos sentir, experimentar y disfrutar la vida con plenitud pues mañana, ustedes saben, ¡Uno propone y Dios dispone!

De nada sirve realizar un esfuerzo extraordinario y meticuloso haciendo planes y programas si, la verdad sea dicha, solo podemos responder, si acaso, por lo nuestro, de lo demás, de lo que depende de otros o de la naturaleza, nunca.

Siendo así, tener la certeza de lograr en el futuro aquello que pensamos que pudiera darnos la felicidad es imposible. De ahí que en el camino surja el miedo de no alcanzar lo inalcanzable, el miedo de la incertidumbre y de la inseguridad. El miedo, padre del sufrimiento y la angustia.

¿Sufrimiento y angustia en el camino a la felicidad? ¿Eso es lo que deseamos? ¡No! Construyamos hoy una visión de futuro, la casa de nuestros sueños, la realización anhelada pero no esperemos ser felices hasta lograrlo. Seamos felices todos los días acometiendo con pasión y entrega la labor de pegar el más humilde de los ladrillos.

Sean felices hoy, vivan hoy, disfruten hoy. Todos los amaneceres son hermosos así que no hay porqué despertar unos días enojados y otros contentos. Si tienen una pareja disfrútenla, si tienen una familia ámense, si se tienen así mismos sean conscientes del milagro que son, eso es lo verdaderamente importante… todo lo demás es descartable. Fuera de eso, de lo importante, no consideraría nada.

Recuerdo circunstancias que he considerado muy difíciles. Ahora sé que ha sido porque estuve apegado a un sueño y al tratar de alcanzar lo inalcanzable me acometió el miedo de la incertidumbre, del fracaso, de la muerte. Pero al cabo del tiempo todo se ha resuelto. Si, al final del día todo se resuelve.

Finalmente les deseo que disfruten mucho con su familia la navidad, el año nuevo, ¡todos los días! y… que no piensen tanto en las uvas y en los buenos deseos.

Piensen y hagan lo que pueden hacer hoy, en el beso omitido; en el abrazo rehusado; en el cariño y en la mirada hacia el ser amado, a los amigos o hacia quien sea… que niegan y se niegan hoy.

Con mis mejores deseos,

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
twitter.com/enriquechm

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Fiesta de Navidad


En muy pocos lugares se disfrutan hoy noches como aquella. Bajo miríadas de estrellas, testigos de excepción, uno tras otro, ensimismados en nuestros pensamientos; si acaso distraídos por el crujir de las monturas o el susurro de la arena al deslizarse bajo las patas de las nobles bestias; participábamos de una maravillosa aventura impulsados por las viejas profecías que parecían cumplirse.

Algo era seguro. No era obra de la casualidad que originarios de tierras tan distantes, nuestra guía y nuestra intención fueran las mismas… ¡Hace miles de años de esa noche! Tantos que hoy solo me quedan como recuerdos la emoción y  la nostalgia.

Y henos aquí… juntos los tres nuevamente, acudiendo a un llamado semejante pero en circunstancias muy pero muy distintas…

“¡Su atención por favor señores pasajeros! Iniciamos el abordaje del vuelo 2112 con destino a la ciudad de Cancún, México. Los pasajeros viajando con niños, en primera clase o miembros del programa “Brigth Star” favor de iniciar el abordaje…”

Y así lo hicimos. Vestidos a la usanza nunca imaginada en la época de nuestro primer encuentro. Añorando la libertad del desierto pero también, ¿por qué no decirlo? agradecido el paladar por la copa de champagne, y la espalda, por los mullidos asientos de la exclusiva sección donde  viajábamos.

El vuelo, como casi todo en este tiempo, concluyó en un santiamén y pronto nos vimos  cómodamente instalados en un vehículo con rumbo a una hermosa hacienda, balcón privilegiado para disfrutar y ver las festividades del solsticio de invierno que se celebrarían hoy por la noche en la muy bien conservada, pirámide de Chichen Itzá.

Muchas caras conocidas encontramos al llegar, para fortuna de Baltasar, justo a tiempo para la comida… entre otros, el gordito aquél de la barba blanca, Santa Claus, con quien emprendimos años atrás un “joint venture” para salvar la Navidad –así dicen ahora cuando se juntan para hacer negocio-; más allá Catáfito discreto como siempre, brindaba con Meshico, un personaje que se ha mantenido tras las bambalinas, poco conocido, pero de cuyo nombre deriva el que ahora ocupan para denominar estas tierras; la siempre elegante y bella María Magdalena departiendo alegremente con ¿Quetzalcóatl? No perdón con Inti, Tonatiuh, Atón, Ra, o como quiera que se haga llamar ahora. Solo faltaban nuestro anfitrión y ahora sí, Quetzalcóatl, quienes atendían los detalles que nunca faltan en la organización de los grandes eventos. Y el de esta noche ¡vaya que si lo sería!

Casi al finalizar la comida se escuchó el típico “clinc, clinc” pidiendo un momento de atención a las palabras de nuestro queridísimo anfitrión que ya se encontraba  en el salón. Excelentísimo orador, me hizo recordar el famoso sermón de la montaña cuando su voz profunda y clara resonó en mis oídos e hizo vibrar mí alma.

“Mis bien amados amigos, hoy por la noche, como nunca antes, se reunirán los pensamientos de amor y reconciliación de miles de millones de seres humanos. Ellos esperan que suceda el parte aguas hacia un estado de conciencia superior en el camino de la felicidad.

Y en verdad os digo que así le será concedido a quién, aún en la adversidad, pintó de amor sus labios.

Pero también celebraremos mi cumpleaños. Sí, escucharon bien. Hoy también es el aniversario del día de mí nacimiento, cuando los bienaventurados María y José recibieron en el humilde pesebre a Melchor, Gaspar y Baltasar aquí presentes.

Mi aniversario no es el día 24 como todos han creído hasta ahora y la explicación es muy sencilla. Casi nada es perfecto y el calendario gregoriano actualmente en uso, menos. ¡Se equivocaron por tres días!

Por eso prefiero el de nuestros amigos Mayas, es un poquitín más exacto…

Mil gracias por estar aquí.”

Para finalizar les invito a leer los textos que he redactado a propósito de la Navidad:

Pinta de Amor tus labios
Los regalos de Papá Noel


Con mis mejores deseos en esta Navidad,

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
twitter.com/enriquechm

domingo, 18 de diciembre de 2011

La guardarraya H.R. 3401


-Señor, ya hablé con el dueño del rancho vecino y no me hacen caso. Su ganado está lleno de garrapatas, no repara las cercas y emplea a peones muy poco cuidadosos que hacen fuego para calentar el lonche y ya van dos veces que tenemos que correr para apagarlos. Patrón, se acerca la temporada de calor, se va a enfermar nuestro ganado y se incendiarán los pastizales si no construimos guardarrayas…

El hacendado meditó en silencio unos momentos y decidió poner orden en el rancho vecino. Pensó que podría enviar de inmediato a sus “muchachos” para que arreglaran las cosas pero no, de seguro lo acusarían de violar la propiedad privada del inepto ranchero así que mejor lo haría dentro de la ley. Pero como no había una, decidió promover la iniciativa H.R. 3401. Una ley justo a su medida que se llamará la “Ley para una Mayor Seguridad Fronteriza” (“the Enhanced Border Security Act”) cosa que ya se veía venir.

En el 2007 esta columna afirmó, “El narcotráfico genera increíbles flujos de efectivo requeridos para financiar los movimientos guerrilleros y terroristas del mundo a quienes compra protección y financia. El daño colateral es la corrupción, la inseguridad en nuestras ciudades, nuestros policías y soldados muertos en una lucha que no podemos ganar, que difícilmente nadie podrá ganar...

Tres años después, que “el terrorismo internacional está interesado en promover el narcotráfico hacia los Estados Unidos para utilizar las rutas controladas por los cárteles mexicanos de la droga en eventuales ataques terroristas, así como para debilitarlo enviciando a su juventud” y que “los EEUU necesitan controlar a nuestro país para extender su frontera virtualmente y establecer una zona de amortiguamiento –guardarraya- para protegerse del terrorismo”. 

Esto último está por convertirse en una realidad si se aprueba la iniciativa H.R. 3401.

La iniciativa se fundamenta en el fracaso de la iniciativa Mérida dada la expansión geográfica de las operaciones de los cárteles mexicanos en la unión americana, el cometimiento de otros ilícitos como el tráfico y secuestro de personas, de combustibles, de armas, etcétera; el impresionante volumen de sus utilidades, el impacto que debilita al estado mexicano, la búsqueda del control político así como su presunta vinculación con el terrorismo islámico.

De aprobarse, la Ley ordenará al gobierno americano elaborar un diagnóstico y definir las acciones en el marco de una estrategia coordinada y dirigida a combatir dentro de los EEUU, en la frontera y en México; a la “insurgencia terrorista” para proteger a los estadounidenses de las amenazas externas.

La meta final la alcanzarían a través de potenciar en nuestro país a un gobierno amable, competente, que opera dentro de las leyes y reglamentos internacionales capaz de garantizar su seguridad de las amenazas internas, aumentando su capacidad para reducir la violencia, disminuir la corrupción, mejorar la cooperación entre militares y policías, estabilizar las comunidades y fortalecer el funcionamiento de las instituciones.

En pocas palabras, los promotores de la H.R 3401 pretenden, dado que no hemos sido capaces de proteger su frontera, hacer una guardarraya y administrar el rancho por nosotros. Primero la Ley Patriota y después esto. 

Nos restaría tener un poco de dignidad y ¡A votar jóvenes!

Con mis mejores deseos,

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
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sábado, 10 de diciembre de 2011

Las próximas elecciones...


Recuerdo muy bien cuando en las elecciones federales del año 2000 escuchaba azorado, las noticias dando la noticia del fracaso del PRI y el triunfo, no del PAN, sino de la terquedad del “¡hoy!, ¡hoy!, ¡hoy!”, de las tepocatas, víboras prietas y demás alimañas de un Vicente Fox que tocó la esperanza de cambio de la mayoría de los electores.

Ya presidente en marzo del 2001, le envié una carta expresando las preocupaciones de aquellos días, que concluía con una pregunta ¿Y cómo le vas a hacer? Obvio nunca contestó pero tampoco hizo falta. Después del “Comes y te vas…” y del “¿Y yo por qué? me quedó más que claro que Chente podría ser buen gerente, pero de estadista ¡Nada!

Seis años después, en las elecciones del 2006, Roberto Madrazo Pintado el abanderado de un PRI que aún no asimilaba la derrota anterior se fue al fondo del marcador; el PRD con un López Obrador que pecó de confiado perdió la oportunidad y ahora sí, el PAN, se alzó muy apenitas con un triunfo muy, pero muy cuestionado que sumió al país en un conflicto post electoral sin precedentes que por cierto, ahora se me hace parecido al de Manny Pacquiao en las Vegas que hizo de Juan Manuel Márquez otro campeón “legítimo”.

Después de que el presidente Felipe Calderón asumió la presidencia en circunstancias vergonzosas, en febrero del 2007, comenté que tenía que abonar lo antes posible el saldo vencido que dejó su antecesor y en marzo de ese mismo año, que tendría también que atender sin demora, sin espantar con el petate del muerto a nadie, el tema de la corrupción. Obvio, Felipe como Chente, tampoco contestó ocupado como ha estado en librar, cómo quiera que se llame, la ¿guerra, lucha? contra la delincuencia organizada.

Pero tampoco hizo falta que contestara, pues rápidamente se vio que en los hechos hizo suya aquella famosa frase de Carlos Salinas de Gortari “ni los veo, ni los oigo” cuando se le pedía una estrategia que atendiera las causas y no solo los síntomas de la enfermedad endémica que padece a nación: la corrupción.

El hecho es que hoy se sustituyó el Año de Hidalgo por algo peor ¡el Sexenio de Hidalgo! Y que más allá de la ¿lucha, guerra? en contra de los cárteles del narcotráfico con sus centenas de miles de deudos –sí, dije deudos-, ahora también tenemos afianzados los cárteles de cuello blanco que proliferan en el aparato gubernamental y en la industria paraestatal de los cuáles solo en los últimos meses hemos visto algunos en capilla. Cosa curiosa, justamente en tiempos electorales.

“Haiga sido como haiga sido” dentro de unos cuantos meses tendremos una nueva oportunidad de cumplir con el compromiso mínimo del ciudadano con la Patria: acudir a las urnas y votar para decidir cuál de los candidatos será el presidente durante los próximos seis años.

¿Qué hacer en el ínterin? Considerando que Usted tiene el derecho a construir su verdad: escuche, aléjese de posturas radicales, de los resentimientos, sea lo más objetivo posible y ese meritito día olvide las tepocatas, los “comes y te vas”, el “ni los veo, ni los oigo”, el “haiga sido como haiga sido”, el “¿y yo por qué?” y si después de todo ninguno le convence, pues ¡eso escriba en la boleta!

Con mis mejores deseos,

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
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sábado, 3 de diciembre de 2011

Tiempo


Al descender por la escalerilla del avión me capturó el escenario. Los últimos rayos del sol, a punto de desaparecer tras la línea del horizonte, nos bañaban a través de un cielo transparente, límpido, brindando un maravilloso espectáculo de color que del rojo intenso, transitaba al azul profundo de la noche que cobijaba, en lo alto, en la negrura, a un brillante planeta intenso y solitario. 

¡Vaya combinación! Un atardecer simultáneo a la noche profunda y a una brisa sutil, fresca, delicada...
           
Pero ¿Qué creen? Ni uno de los que caminaban junto a mí se dio cuenta de lo que la madre naturaleza nos brindaba en aquel mágico momento. Algunos, si acaso, atinaban a obsequiar un adiós apresurado a sus casuales compañeros de viaje antes de encaminar sus pasos apresuradamente rumbo a la salida.

Tal vez pensando en esforzarse aún más para cumplir las metas de otro, o en los fantasmas que amenazan sus apegos, o en la batalla cotidiana por un pequeñito espacio vital. Tal vez sufriendo por sus temores… ciertamente todos, bailando torpes al ritmo de orquestas desafinadas conducidas por otros que también intentan interpretar lo de alguien más.

Hoy el mundo, nuestro querido Meshico, todos, vivimos un frenesí doloroso que se incrementa minuto a minuto. Un ímpetu, que agota el tiempo para amar, para crear, sentir y experimentar la vida; que enarbola como bandera a una caricatura de libertad para unos pintada de deudas, compromisos y frivolidades; de fundamentalismos y paradigmas impuestos; para otros pintada de hambre y desesperanza, como candados de la celda donde mantenemos prisionero al espíritu.

Y así el tiempo, como el agua entre las manos, se escurre al mismo ritmo apresurado sin detenerse a tomar siquiera respiro pues se preguntará…

¿Para qué?

Moderemos el paso a nuestro ritmo. Desconectemos el reloj que por corazón portamos. Permitamos que el tiempo se detenga para disfrutar los regalos que la madre naturaleza nos obsequia; para invertirlo en la necesaria reflexión, imaginar un futuro promisorio y tomar mejores decisiones como hijos, como padres, como mexicanos y ciudadanos del mundo.

“El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños” dijo alguna vez Anna Eleanor Roosevelt (1884-1962) y tuvo toda la razón.

Con mis mejores deseos,

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
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domingo, 27 de noviembre de 2011

2012


Todos somos intérpretes de la gran orquesta sinfónica que dirige magistralmente la madre naturaleza.

Todos tendríamos que aportar un sonido, de ritmo, intensidad, timbre y tono distinto para sumarnos a la expresión más pura de la armonía creadora que nos hace sentir y experimentar la vida.

Ingresar, superarse hasta quizás llegar a ser el primer violín o el solista, disfrutando al ejecutar, vibrando de emoción al escuchar el resultado y a la espera del aplauso final que marcará el inicio de otro ciclo de estudio y práctica de la nueva partitura que nos llevará más adelante en la ruta interminable hacia la excelencia. Tal es el devenir y el reto de la existencia.

Todo en el universo se comporta de acuerdo a ciclos que inexorablemente han de cumplirse, nada es ajeno, aun aquello que en la coyuntura de nuestra breve existencia parece inmutable en realidad no lo es.

La humanidad lo ha hecho en innumerables ocasiones. Las evidencias son en algunos casos apenas enigmáticos vestigios y en otros, culturas y civilizaciones que eventualmente fueron consideradas tan solo mitos y hoy son hechos comprobados por la arqueología, dejaron muestra de su grandeza en ciudades y monumentos como Teotihuacán, El Tajín, Chichén Itzá, Tulum en México, las pirámides de Egipto, Machu Picchu en el Perú y muchas otras; y también un cúmulo de información no escrita en un CD, que es una tecnología pasajera, si no en piedra que dura un poquito más...

Los mayas, particularmente, nos legaron entre otras muchas cosas, un calendario extraordinariamente exacto muy superior al que actualmente está en uso -que insulta a la actual soberbia para quien todo lo antiguo es primitivo- donde plasmaron los ciclos que percibían para la humanidad. El último día de ese calendario es el 21 de diciembre del año 2012.

La proximidad de esa fecha y otros hechos han dado lugar a un sinfín de especulaciones  simplemente porque encontraron tierra fértil en una sociedad desesperanzada y culpable por las calamidades que enfrenta.

¿Qué iniciará un nuevo ciclo? Sí, de acuerdo a la visión maya. Pero la realidad es que no hay motivo alguno para temer nada. La humanidad, después de aprender sufriendo como lo hemos hecho a lo largo los último cientos de años, iniciará la etapa de estudio y práctica de una nueva partitura que puede conducirla a un futuro promisorio pleno de realizaciones.

Es momento, siempre lo ha sido, de recuperar los equilibrios perdidos.

Con mis mejores deseos,

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
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martes, 22 de noviembre de 2011

A la vuelta de la esquina...


El pasado fin de semana fue realmente excepcional. En las cercanías de Tlaxco, Tlaxcala, en un hermoso valle flanqueado por los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl y una agreste serranía se ubica el antiguo rancho productor de pulque Toltecapa, fundando en el año de 1857. Ahí disfruté el fin de semana pasado de la cercanía de los afectos más cercanos en un paraíso alejado de todo y de todos hasta las 12:29 a.m. del domingo 20 de noviembre cuando recibí una inesperada llamada por el celular. -¿Hola? Sí, a  tus órdenes... Era un buen amigo que apresurado preguntó -¿Sentiste el temblor, escuchaste la explosión? -¿Temblor, explosión? No para nada ¿Qué pasó? –Pues nada que Don Goyo hizo erupción.

Volteé apresurado en dirección al Popocatépeetl y efectivamente se veían los restos de una gran fumarola. Retomé entonces la conversación procurando cambiar de tema como queriendo olvidar, no tanto el asunto de la erupción en sí, sino que a no muchos kilómetros hay una realidad distinta que la llamada me recordó.

México está a punto de enfrentarse a una tormenta perfecta y pocos parecen estar conscientes. El resto entretenidos, discutimos sobre el nuevo técnico del américa; del por qué si AMLO y no Ebrard; que si Cocoa debió exigir voto x voto, casilla por casilla; que si el “Buen fin” tuvo buenas ofertas o fue puro cuento… En fin, entretenidos en todo menos en preparar -azules, amarillos, tricolores, descoloridos, sin color, ricos y pobres, todos tomados de la mano- el barco para lo que se viene…

Dicen que la mesa del desarrollo sustentable tiene tres patas: El desarrollo económico, el desarrollo social y naturalmente la cuestión ecológica. Tres componentes que deben estar debidamente equilibrados de forma tal que una canica colocada sobre la superficie no ruede. Otro enfoque, la Trilogía Intuitiva, postula que en  cualquier organización tiene que cuidar tres aspectos: la gobernabilidad, la producción y la creación, y finalmente los temas referidos a la protección y la seguridad; representados en el caso de un país por el poder ejecutivo, los empresarios y la fuerza laboral, y finalmente por todas aquellas instituciones creadas con el propósito de brindar servicios de seguridad, salud, procuración e impartición de justicia, etc…

No relataré ejemplos específicos ya de sobra conocidos; el hecho es que la canica por más que queramos se cae de la mesa pues las patas están unas más cortas que otras, o de plano se están fracturando como son los casos de la gobernabilidad que ya no puede garantizarse, ni el crecimiento de las economías que están en picada y mucho menos aún proveer la necesaria protección y la seguridad de los ciudadanos y las instituciones. La cosa está realmente de la chifusca pero no piense que únicamente estoy hablando de México, me refiero a ¡todo el mundo!

Me encantaría que el mundo modificara su actitud pero si eso es muy difícil, nosotros, los mexicanos, deberíamos dejar las diferencias a un lado, desarrollar una visión de futuro y ponernos a trabajar no sin antes avituallar el barco, cerrar las escotillas, arriar el velamen, por qué la tormenta y el riesgo de naufragio no está en el futuro, está a la vuelta de la esquina.

Con mis mejores deseos,

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
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domingo, 13 de noviembre de 2011

Mirando lejos...


“Vivo en un México que hace ya muchos años, consolidó la educación y el respeto a la diversidad, como las principales palancas del desarrollo nacional, tanto de la calidad de vida de sus habitantes, como de la efectividad y transparencia de sus instituciones, que hoy son el ejemplo a seguir para la comunidad internacional...”      

Durante la ceremonia fúnebre en honor del licenciado Francisco Blake, el presidente Felipe Calderón lo recordó como un hombre que “nunca cayó en la vociferación, ni en el encono, tampoco buscó declaraciones llamativas, ni su afán fue “ganar la primera plana” de los periódicos”.

Lo que es justo el comportamiento que esperamos ver en quienes ostentan el poder, para que florezca el páramo de la desesperanza donde el país se encuentra.

Muchos conocemos como único lenguaje la diatriba. Quien vocifera y denigra, quien acusa sin más fundamento que su resentimiento o gobierna desde la soberbia, desconoce que la firmeza en las convicciones no excluye la mesura, ni la diversidad de las ideas, ni la apertura, ni el respeto al oponente o al caído para consensuar las medidas que el pueblo de México necesita para su desarrollo.

Existen un poco más de 113 millones de percepciones distintas de la realidad mexicana. Cada una de ellas representativa de la experiencia, los sentimientos, la cultura y los paradigmas individuales. Cada una de ellas actualizándose permanentemente y en general luchando por imponerse sobre las demás, no obstante, cada una merecedora no de tolerancia, sino del respeto que no juzga.

Conciliarlas es imposible pues para ello habría que reconstruir una historia que ya está profundamente enraizada en la mente de cada uno de nosotros y que, en muchos casos, es la fuente del miedo, la desesperanza, del resentimiento, de la radicalización y los fundamentalismos que se expresan en la violencia, la diatriba, el encono, la descalificación y los agravios que vivimos cotidianamente.  

Lo que no es un hecho es el futuro, sobre el cuál es perfectamente posible construir una visión independientemente de las circunstancias y la situación actual. Una visión de futuro ideal que al alejarnos en el tiempo igualmente nos distanciará de todo lo que hoy nos separa. Definitivamente no intentemos conciliar lo que ya es imposible. Y sí, emprendamos el reto de imaginar, de soñar, de visionar el futuro del México anhelado.

La visión una vez establecida y perfeccionada, sería el primer paso en un camino que, sin estar exento de dificultades, nos conducirá hacia un futuro promisorio sumando voluntades, induciendo las estrategias, las líneas de acción, las leyes y las instituciones más adecuadas para el país.

El primer párrafo de esta reflexión podría formar parte de la visión a que me refiero.

Con mis mejores deseos,

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
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domingo, 6 de noviembre de 2011

¡Es el colmo!


El cierre del 2011 es realmente alentador. Todo lo que de una forma u otra desde hace ya algunos años se anticipó en esta columna respecto a la recesión mundial del 2008, las crisis que enfrentan actualmente las grandes economías, la avidez de las naciones desarrolladas por los energéticos, el factor China, el impacto climático, el efecto del narcotráfico en nuestra vida cotidiana, el fundamentalismo religioso y político, la hambruna, los estallidos sociales, el movimiento de los indignados, la coerción de las libertades civiles,  la violación de la soberanía de los estados, la influencia de las redes sociales; se ha cumplido con un razonable margen de error.

Y dirá usted, con todo el derecho e indignación, ¡Es el colmo de lo absurdo que pueda considerar a esas calamidades como alentadoras!

Apelando al último verso de la poesía “Las dos linternas” de Ramón de Campoamor (1817-1901) que dice: «Y es que en el mundo traidor nada es verdad ni es mentira todo es según el color del cristal con que se mira» le pido que no abandone la lectura y conozca mi punto de vista.

La recesióndel 2008 y el riesgo de colapso actual de las economías, sumado a los estallidos sociales, el número creciente de gobiernos de izquierda  y la indignación manifiesta en muchos países del mundo son hechos que aun los más renuentes han tenido que aceptar como evidencia indiscutible del agotamiento del sistema impuesto a partir del término de la 2ª Guerra Mundial. De ahí que algunos de los países poderosos ya se han manifestado a favor de implantar un nuevo orden económico mundial más justo y equitativo.

La motivación principal de los que disfrutan la riqueza del mundo es el temor a perder su apego al poder político y/o económico. Esos oscuros personajes -léase explotadores y pillos de cualquier ralea y escala de operaciones- que antes actuaban con la valentía de la soberbia, ahora están verdaderamente conscientes del peligro inminente que corren y tienen mucho miedo a perder su hegemonía.

Evidencia de esto es la promoción que unos hacen de leyes, con el pretexto del combate al terrorismo y al narcotráfico, que restringen las garantías constitucionales y los derechos políticos de los ciudadanos para evitar que escapen a su control; y otros de acciones en las que renuncian voluntariamente a parte de sus fortunas en favor de las clases más necesitadas 

Por su parte, un número creciente de ciudadanos de todos los países del orbe, son ahora conscientes de que el estado actual de las cosas permanecerá si no se llevan a cabo acciones para promover el cambio a escala global.

Lo que hasta hace unos pocos años era inconcebible, la protesta global a un mismo tiempo, hoy es una realidad utilizando los medios de comunicación y coordinación que provee la Internet. Baste como ejemplo las  manifestaciones que el pasado 15 de octubre se llevaron a cabo en todo el mundo.

En síntesis, las calamidades actuales han servido para ordenar el desalojo de las campanas de cristal donde por muchos años, los pertenecientes a la clase media y los que detentan el poder, disfrutamos de una zona de confort. Todos, tirios y troyanos, saldrán obligados por las circunstancias pero eso sí, con una pastilla de “ubicatex” en el estómago y nueva conciencia en el equipaje.

¿Cuál será el nuevo orden mundial? No atino a concebirlo. Con toda seguridad no será el mundo ideal que románticamente he soñado, pero tampoco el mundo de hoy plagado de soberbia, avaricia, excesos y atrocidades de todo tipo. ¿Será el parto sin dolor? Difícilmente pues el sistema actual se defenderá hasta el último momento.

Sin embargo, es un hecho, la calma chicha de antaño se tornó en vientos del cambio justamente por las calamidades que sufrimos hoy y esto es muy, muy alentador.

Con mis mejores deseos,

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
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domingo, 30 de octubre de 2011

La prudencia del Rey


“Un rey prudente, por amor a su pueblo, debe construir murallas que cerrarán temporalmente sus puertas para protegerlos del enemigo. Pero también debe mantenerlas abiertas en épocas de paz pues si permanecen cerradas ya no serán puertas de murallas, serán puertas de cárceles construidas por la tiranía para controlar y aprisionar al pueblo.”

Ese es el caso de la Ley Patriótica que, hecha permanente, ahora es la puerta de una cárcel donde se cometen crímenes con garantía de impunidad.

Escasos 15 días después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, a propuesta del entonces presidente Busch, una abrumadora mayoría del Congreso de los Estados Unidos  aprobó la Ley Patriótica con el propósito de otorgar temporalmente mayores facultades al estado para combatir al terrorismo.

Su vigencia concluyó en marzo de 2006 sin embargo, después de un ríspido periodo deconciliación entre las dos cámaras del congreso, la ley se promulgó nuevamente con cambios menores, pero ahora con carácter permanente salvo algunas de las disposiciones más controvertidas que finalmente, en este año, fueron refrendadas.

La Ley Patriótica desde su promulgación ha sido fuertemente criticada por organismos internacionales defensores de los derechos humanos y algunos de los propios legisladores estadounidenses por el desproporcionado costo que representa restringir las libertades y las garantías constitucionales de los ciudadanos; y su aplicación extraterritorial. Así, nadie está fuera del alcance de esta ley, ni ciudadanos, ni instituciones, ni la soberanía de los países.

Capturados vivos, como lo fueron, Osama Bin Laden y Muamar el Gadafi debieron ser presentados ante la justicia no obstante, los dos fueron asesinados. En el primer caso, fueron soldados de elite americanos los que irrumpieron sin permiso en Pakistán, mataron a Bin Laden y transmitieron los hechos por televisión en vivo a los autores intelectuales que observaban sentados en una sala a miles de kilómetros. Todo en el marco de sus leyes extraterritoriales. En el segundo caso, los asesinos de Gadafi serán sometidos a juicio por la exigencia de los mismos países que ante la ejecución del líder de Al-Qaeda guardaron silencio.

¿Y a México, en qué afecta? Aquí el gobierno decidió seguir los pasos de los Estados Unidos. Han modificado e intentan modificar leyes que les facultarán a restringir las libertades y las garantías constitucionales de todos nosotros para combatir a la delincuencia. Tales son los casos de la Ley Federal de Telecomunicaciones; de las iniciativas para penalizar a los usuarios de las redes sociales que se gestan en diversos estados de la república y de la propuesta de reforma a la Ley de Seguridad Nacional que está en proceso de aprobación.

Me pregunto: ¿Cuál es la diferencia entre los asesinatos de Gadafi y de Bin Landen? ¿Por qué juzgar a unos asesinos y a otros no? ¿Por qué la permanencia de esas leyes? ¿Por qué el gobierno mexicano sigue los mismos pasos? ¿Lo vamos a permitir? Finalmente ¿A qué tienen miedo los gobiernos? ¿Al pueblo? ¿A las decenas de millones que de un momento a otro pueden sumarse a los que ya manifiestan su indignación en muchos países?

En verdad no puedo responder, solo atenerme a la evidencia, dispersa por cierto, de lo que hoy se gesta en México.

Con mis mejores deseos,

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
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domingo, 23 de octubre de 2011

¿Por qué el mundo está cómo está?


A propósito de la columna anterior un lector me hizo doce preguntas las que, abusando de la síntesis, expresé en una sola ¿Por qué el mundo está cómo está? La respuesta está en el siguiente cuento:

Había una vez una colonia donde un bravucón invadió las propiedades de los vecinos más cercanos. En respuesta, los afectados se unieron para defenderse con lo que tenían a la mano pero el malo, acostumbrado al pleito, pronto empezó a sacarles ventaja.

Estando así las cosas, un vecino decidió no comprar pleitos ajenos y mirar para otro lado. Sin embargo, cuando un pariente le pidió ayuda, sin involucrase directamente en el conflicto aprovechó la oportunidad para hacer un buen negocio vendiendo y prestando recursos, armas y alimentos al bando de su pariente lo que acabó inclinando la balanza a favor de estos.

Solo cuando el malo estaba prácticamente contra las cuerdas, el prestamista nada tonto, entró al pleito para ayudar a rematarlo. Pero no hizo solo eso, acordó con sus aliados a) dividir la colonia en vecindarios, uno para él, otro para su pariente y uno más para otro de los vencedores; b) establecer una junta de vecinos controlada por un comité; y c) fundar un par de cajas de préstamos para financiar y sacar de la pobreza al resto de los vecinos quienes conservarían sus predios pero, eso sí, siempre bajo la férula de uno de los tres alegres compadres...

El resultado fue que no se acabó la pobreza, es más creció. Pues más allá de las buenas intenciones, explotaron a los vecinos a quienes mantuvieron permanentemente endeudados con las casas de préstamo hasta que algunos ya no pudieron pagar ni los intereses. Cuando esto último ocurrió los compadres empezaron a tener problemas… y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Los personajes reales del cuento anterior son: El bravucón, Alemania; el pleito la 2ª Guerra Mundial; el prestamista, Estados Unidos; el pariente, Inglaterra; el otro, Rusia; la junta vecinal, la Organización de las Naciones Unidas (ONU); su comité, el Consejo de Seguridad (CS); las casas de préstamo, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial; los vecinos, los países subdesarrollados, en vías de desarrollo, emergentes, etcétera.

Hoy en los países más pobres, como Somalia, millones están muriendo de hambre y prácticamente están abandonados a su suerte; a los que están en problemas como Grecia, pero que aún les pueden exprimir algo, los países altamente desarrollados -los que ganaron la guerra, los que controlan desde su fundación a la ONU a través del CS - les ofrecen más préstamos a cambio de enormes sacrificios, más desempleo, más impuestos; así como menores salarios, servicios de salud, educación, etcétera. Y como consecuencia, la inconformidad social en muchos países ya estalló.

Pero no son almas de la caridad cuando ofrecen los préstamos, están desesperados, les urge prestar. Pues dinero que no se presta no da réditos; que no se invierte no da utilidades; o que no sirve para comprar, por qué el otro ya no tiene nada que vender; simplemente es dinero que no vale nada. Y así, hoy los países desarrollados corren el riesgo de disminuir su el nivel de vida algo inaceptable para su población.

Por eso los vientos del cambio soplan cada vez más fuerte. Los miles de indignados en los países ricos muchos de ellos son jóvenes conscientes de la problemática. Jóvenes que no encuentran el trabajo que les permita el nivel de vida que se les prometió. Saben que los países pobres son cada vez más; que tienen que salir a exigir un cambio pues los siguientes son ellos. Saben que sus padres probablemente ya la libraron, pero difícilmente lo harán ellos y sus hijos. Solo en los EEUU la población desempleada es del orden del 9%, en España más del 20%.

Y están desempleados porque si bien podrían emplearse de barrenderos, limpiabotas, gerentes de un changarro sin importancia no lo hacen porque desde chicos les enseñaron que merecían lo mejor y los acostumbraron a gastar porque eso convenía al sistema. Consumo, consumo, consumo y más consumo... solo que el sistema que ya no funciona solo puede ofrecerles el trabajo mal pagado para sustituir a los que ya exprimió.

Así a los indignados no los financia nadie, prefieren manifestarse antes que estar en casa. Conocen de tecnología y aprovechan la Internet y las redes sociales. Unos cuantos activistas pero millones de seguidores potenciales en todo el mundo. Unos cuantos anonymous, wikileaks y hackers solitarios de los cuales algunos ya han hecho mucho daño, pero que no conviene al sistema difundirlo.

Esta historia apenas empieza, se va a complicar. Pues el sistema tiene miedo y no va a morir sin pelear, acostumbrado a la sumisión, hace ya hasta lo imposible para coartar las libertades ciudadanas para mantener el control. Esto lamentablemente es un hecho.

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
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twitter.com/enriquechm

sábado, 15 de octubre de 2011

Es cuanto, señor presidente...


“Es cuanto” es parte de la jerga de los abogados utilizada por el de la voz para poner fin a su intervención cuando no tiene más que agregar. La han  adoptado  los legisladores. Se dice que da “cache”…


Recomendaría a los legisladores cambiarla  por “Es cuento” porque las argumentaciones en la pasada  discusión de la reforma política fueron atole con el dedo para los ingenuos, ¡puro cuento!


Al final resulta que nuestros votos solo sirven para elegir, pero ¡incongruencia absoluta!, no son buenos para des elegir –revocación del mandato; ni para reelegir diputados o alcaldes; ni para sugerir iniciativas ciudadanas pues, pobrecitos ellos, ¡tan preocupados! dicen tener miedo a “paralizar el país” 
Para los que los que se sienten desanimados por el estado actual de las cosas… tercera llamada, ¡empezamos!  

-¿Por qué esa cara larga Catáfito?
Preguntó el Señor que de vez en vez visitaba la tierra para obtener de primera mano las impresiones de aquél, quien después de un par de miles de años, más que un observador privilegiado de las vicisitudes de los habitantes del pequeñito planeta azul, se había convertido en un buen amigo.
Y con el rostro pintado de preocupación, Catáfito, procedió a rendir informe de la precaria situación que prevalecía en aquel mundo llamado Tierra. Señor, el necesario equilibrio, dijo apesadumbrado, se ha roto. De los 6,775 millones de personas la gran mayoría han perdido la alegría devivir.
¿Cómo pueden sentir alegría? -preguntó- si se les impide emprender el reto de alcanzar sus anhelos; si cuando están enfermos no tienen medios para sanar;  si cuando llueve sus casas son pocilgas que no protegen de nada; si cuando recurren a la autoridad… está no les hace justicia ni les protege… si viven en un mundo desesperanzado y violento donde igual les matan las balas que, con el tiempo, la violencia de la marginación.
 ¿Cómo pueden sentir alegría, si solo son dignos de que se refieran a ellos como “consumidores”  o  “trabajadores”?
¿Cómo pueden sentir alegría si acaso solo superviven en un sistema que no promueve desarrollo global y si mecanismos de depredación e inequidad global?...
A ver, a ver Catáfito, ya escuché. Y no debes preocuparte por ello pues estaba previsto que así ocurriera. Me explico, la solución la han tenido siempre al alcance de su mano, bastaría con que cumplieran al pie de la letra dos frases muy sencillas: “Ama a tu prójimo como a ti mismo” y “No hagas a otro lo que no quieres para ti” No obstante, he de decirte, que de tan sencillas que son no las alcanzaron a comprender. Y así ha sido porque en general los seres humanos lamentablemente no aprenden encabeza ajena.
Pero ya están aprendiendo, solo que a costa del dolor y el sufrimiento que me informas. En los últimos meses –y esto lo omitiste en tu reporte- se han presentado una serie de acontecimientos que son evidencia del resurgimiento de una conciencia que sobra decir, siempre ha estado en ellos pero de la que han hecho caso omiso. Una conciencia que les pondrá en el camino a un futuro promisorio y que cada día cobra más fuerza.

El liderazgo actual, que ya ha sido desenmascarado, no va a cambiar catequizándolo en la conciencia del Amor que es uno de los extremos de la motivación humana. Solo lo hará impulsado por el otro extremo, el temor que ya  sienten al ver que las grandes potencias, las economías y las instituciones bajo su férula se fracturan y que las recetas de siempre ya no son solución para la profunda crisis que enfrentan.   
Por su parte los pueblos, de todas las geografías y culturas, están derrocando a sus victimarios; y la desesperanza, igual de todas las geografías y culturas, ahora sale a la calle a manifestarsu indignación en los lugares que son símbolo de la avaricia. En el pasado 15 de octubre, el llamado "15o", en casi un millar de ciudades de 82 países los pueblos se unieron en una protesta global sin precedentes coordinada a través de las redes sociales.
¿Qué me duele su dolor? Sí, Catáfito, si me duele pero el caso es que en todos ellos ha estado la causa y la solución. Afortunadamente ya lo están entendiendo y creando los contrapesos necesarios para recuperar el equilibrio entre las fuerzas, que dicho sea de paso, son causa de la maravillosa diversidad de su existencia.

Es cuento estimados lectores... perdón ¡es cuanto! je je


Con mis mejores deseos…  

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
twitter.com/enriquechm

sábado, 8 de octubre de 2011

A la fuerza... ¡Ni los zapatos entran!


Nota: El siguiente texto se publicó originalmente en febrero de 2009. A reserva de su mejor opinión, continúa vigente con el agravante de la patética situación del Instituto Federal Electoral.

«…Entre el sonido del motor de mi inolvidable Renault R8/S, la música de Bob Dylan, las estrellas, el friíto, la vista de las pirámides de Teotihuacan, era un placer conducir rumbo a una Ciudad de México entonces  segura, sin tráfico y bellamente iluminada por la temporada navideña…

Sólo que nada es para siempre, la música de Dylan provenía de una estación de radio que como todas las del país, concluiría su programación normal  minutos más tarde para enlazarse como cada domingo a las 10:30 pm en una cadena nacional de estaciones de radio.

En 1973 aún no se inventaban el Ipod, ni el CD, ni los reproductores de cintas chiquitas. Mi auto tenía un moderno reproductor de aquellos enormes cartuchos de ocho “tracks,” que por esos días estaba inservible. Así que o escuchaba la “Hora Nacional,” o nada.

La decisión no estaba en duda. El programa de la Hora Nacional, concebida como un medio para estrechar la comunicación con la sociedad y fortalecer la integración nacional logró, no sé si logró esos objetivos pero sí, el milagro de sumar las voluntades de millones de mexicanos en un acto simbólico de un gran significado: “La Hora Nacional, la hora en que todos los mexicanos apagamos elradio” era la frase favorita al momento de silenciar el radiorreceptor en cuanto concluíamos de escuchar respetuosamente el Himno Nacional que antecedía al programa.  Podría haber estado muy bueno el programa, pero… ¿En cadena nacional? ¿Obligado? ¡Nada!

La iniciativa de reforma electoral del año 2007 me hizo reflexionar sobre el significado de la frase “Sufragio Efectivo, No Reelección” y concluir que la reforma en ciernes, debería hacer de lado la basura legislativa acumulada por tantos años de privilegiar intereses de los gobernantes en turno. Se debía partir de cero y construir un nuevo sistema que permitiera a México consolidar su incipiente democracia. Imaginé entonces el contenido mínimo de una verdadera reforma electoral que incluyera un IFE fortalecido con figuras como el referéndum, el plebiscito, la reelección y las candidaturas ciudadanas; y no demeritado, como ahora, reducido al papel de una moderna inquisición electoral.

Poco me duró el gusto de soñar el sueño guajiro de un México democrático. De hecho tuve un muy amargo despertar. No se aprobó una reforma, se aprobó un retroceso electoral que impuso la partidocracia que mostró tal cual su verdadero carácter a Juan Pueblo; los tres grandes superaron con toda diligencia y prontitud sus “diferencias” para ponerse de acuerdo en un crimen de lesa humanidad, como en su oportunidad comenté: Abortar la gestación de la democracia.

Juan Pueblo puede votar como siempre, pero no aspirar a un cargo de elección popular pues es concesión de los partidos políticos; puede escuchar las promesas de campaña pero sólo eso, pues no puede reelegir a los candidatos que efectivamente las cumplan; tiene ahora campañas blancas donde esta prohibido decir cosas “impropias” pero sólo eso, pues no puede escuchar las verdades que también se dicen; tiene libertad de expresión pero sólo en el café, pues no puede difundirla al no tener acceso a los medios de comunicación; puede mantenerse informado, pero solo de lo que digan los partidos políticos; puede ver como se despilfarra el dinero pero no exigir rendición de cuentas; tiene campañas más cortas pero solo eso, porque el dinero que gastan por día es mayor con precampañas que ahora si están “reguladas”; tiene un IFE como árbitro pero solo eso, porque los jugadores le podrán sacar tarjeta roja y expulsarlo del campo…»

Hasta ahí lo escrito en el 2009. Ahora ni la burla perdonan los legisladores violando la ley por disputarse el control de un IFE del cual ya solo queda una caricatura. Me pregunto, los indignados ya están en Nueva York, Washington, ¿Cuánto tiempo creen que pasará antes de que veamos lo mismo aquí? 

Por qué, recuerden, a fuerza, ¡ni los zapatos entran!

¿Cuantos años existirá una montaña, antes que se deshaga en el mar? 
¿Cuantos años debe alguna gente existir, antes de que se les permita ser libres?
¿Cuántas veces puede un hombre volver la cabeza, pretendiendo que no ve?
La respuesta, mi amigo, está soplando en el viento.  Bob Dylan.

Con mis mejores deseos… 

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com
twitter.com/enriquechm